Tabla para usar las consecuencias educativas según la edad del niño
Cómo aplicar las consecuencias educativas según la edad de nuestro hijo
- Tabla orientativa para usar las consecuencias educativas según la edad del niño
- Cómo deben ser las consecuencias educativas en los niños para que funcionen
Imagina que tu hijo se pasa el día jugando conla pelota en casa. Por más que le regañas y le dices que no lo haga, que va a romper algo él sigue y sigue... hasta que claro, rompe algo. ¿Qué haces en ese momento? A) Destapas la caja de la ira y explotas en gritos B) Te enfadas y le dices que está castigado sin salir C) Le explicas que ya le advertiste y que tendrá que pagar con sus ahorros lo que acaba de romper.
Si eres de los que apuestan por las consecuencias educativas, tu opción correcta sería la C. Él lo rompió, él lo repara. Sin embargo, esto no es tan fácil. Todo depende, obviamente, de la edad del niño. No todas las consecuencias sirven para todos por igual. ¿De qué servirían en este caso si el niño tiene solo 2 años? Te explicamos cómo utilizar las consecuencias educativas según la edad del niño mediante esta práctica tabla.
Tabla orientativa para usar las consecuencias educativas según la edad del niño
Empezaremos por aclarar qué son y qué pretenden las consecuencias educativas. Ante todo, no son castigos (aunque a veces lo parezcan). Se trata de que el niño se de cuenta de sus actos y en la medida de lo posible, intente reponer un mal cometido. De esta forma el niño se da cuenta de que debe hacerse responsable de sus actos. Todo acto obtiene una reacción. Acción= reacción. Cuando la acción es mala, las consecuencias también los son.
Las consecuencias educativas apuestan porque el niño intente reparar en la medida de lo posible aquello que hizo mal. Pero también depende de la edad del niño. Los niños más pequeños no entenderían ciertas consecuencias educativas. Por eso, las consecuencias educativas se deben adaptar a la edad de nuestro hijo de esta forma:
- A partir de 3 años: Tiempo fuera. El niño es aún muy pequeño para entender que debe reponer un error. Ni tiene dinero ahorrado para pagar algo que rompió. Pero sí puede reflexionar (con ayuda de sus padres) sobre aquello que hizo mal. Si tu hijo pegó a otro niño, debes apartarle del lugar en donde esté, y aparte, dejar durante unos minutos que piense sobre lo que hizo. El tiempo de reflexión también va en función de la edad del niño. Los expertos recomiendan un minuto por año. Si tu hijo tiene 5 años, serán 5 minutos. Es importante que no le dejes solo, o no pensará en eso, sino que se dedicará a hacer cualquier otra cosa.
- A partir de 4 años: Pérdida de privilegios. A partir de los 4 años tu hijo comienza a ser consciente de aquello que está mal y lo que está bien, pero intenta constantemente 'saltarse' esas normas o buscar el límite. Si no es capaz de cumplir una norma, perderá una serie de privilegios. Si por ejemplo tu hijo no te hace caso y no se quiere poner el casco cuando sale a la calle con los patines, no podrá usar los patines más, hasta que al fin se ponga el casco. No hay casco = No hay patines.
- A partir de 6 años: Reparar el error. O también el daño causado. El niño comienza a tener conciencia de esta ley: Toda acción tiene una reacción. Si comete un error e implica un daño, tendrá que repararlo. Si rompe algo, deberá pagar con su dinero lo que rompió, o buscar la forma de repararlo. Si pegó a un niño, deberá disculparse y comprometerse con él a no hacerlo más.
- Para todas las edades: Consecuencias naturales. Por ejemplo, si no es capaz de llevar la ropa sucia al cesto para lavar y se lo pediste muchas veces, no podrá ponerse esa camiseta que tanto le gusta porque no pudiste lavarla.
Cómo deben ser las consecuencias educativas en los niños para que funcionen
- Las consecuencias educativas deben estar pactadas. Puedes hablar con tu hijo y dejarle claro que si hace daño a un amigo, deberá disculparse. Si rompe algo, deberá pagarlo y reponerlo... De esta forma, cuando ocurra, se lo podrás recordar y el niño lo aceptará mucho mejor.
- Nunca deben ser más severas de lo que el niño hizo. De esta forma, el niño lo vería como una 'pena', un castigo.
- Deben ser coherentes y siempre debemos estar seguros de que lo hizo él. No hay nada peor para un niño que sentir que le acusan de algo que no cometió, y sentir que además ni sus padres le creen. Lo verá como una terrible injusticia y poco a poco dejará de creen en los demás. Se volverá un niño desconfiado que está siempre a la defensiva, algo que incluso puede arrastrar en su vida adulta si esto se da con frecuencia.
- Deben ir acompañadas de una explicación. Las consecuncias educativas en sí no les enseña nada más a los niños que 'si lo haces, lo pagas'. El objetivo es que además aprendan ciertos valores y normas. Para ello, debes acompañar a las consecuencias educativas con una explicación o ciertas actividades que ayuden al niño a desarrollar ciertos valores como el del respeto, la tolerancia, la empatía...
- Nunca deben ser en público. Las consecuencias educativas deben aplicarse en privado. En público, podría suponer una humillación para un niño.
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