Mi hijo me pega cuando se enfada - ¿Cómo puedo corregir su conducta?

¿Qué lleva a un niño a agredir e insultar a sus padres y cómo hacer frente a ello?

Revisado por Beatriz Acosta López, Pedagoga y Psicopedagoga
En este artículo
  1. Por qué algunos niños pegan e insultan a sus padres - Falta de normas y límites
  2. ¿Qué hacer si tu hijo te agrede o insulta a su familia? 7 consejos eficaces
  3. Fortalece la comunicación con tus hijos y evita las conductas agresivas

Se suele hablar mucho del maltrato de padres hacia los hijos, pero en menos ocasiones, se trata el tema cuando ocurre a la inversa: cuando son los hijos quienes agreden física o verbalmente a los padres. En estos casos, la víctima suele ser la madre y generalmente no ocurre porque la familia esté desestructurada, los padres sean demasiado autoritarios o tengan un bajo poder adquisitivo. Entonces, hablemos de: Mi hijo me pega cuando se enfada - ¿Cómo puedo corregir su conducta?

Por qué algunos niños pegan e insultan a sus padres - Falta de normas y límites

Niños que pegan cuando se enfadan

Todos hemos visto en alguna ocasión a un niño que, en medio de una gran rabieta, intentaba empujar o golpear a sus padres, e incluso insultarles. Son situaciones delicadas, en las que muchos padres se quedan petrificados u otros reaccionan con violencia, pero, sobre todo, no entienden por qué sus hijos tienen esas reacciones agresivas.

Al margen de aquellos casos en que la razón es biológica y está asociada a algún trastorno, las estadísticas muestran, por un lado, que no se relaciona con familias separadas o con un nivel socioeconómico bajo, y por otro lado, señalan que con mayor probabilidad sucede en entornos familiares en los que no ha habido límites con anterioridad. 

El principal problema es la falta de normas y límites en la educación. Así tal cual: no hay reglas. Los niños con falta de límites suelen caracterizarse por haber recibido una educación demasiado permisiva, baja o limitada tolerancia a la frustración, impulsividad, y dificultades para adaptarse a situaciones y aspectos que no son de su agrado

Factores que pueden influir en la agresividad infantil

Además de la falta de límites, existen otros factores que pueden contribuir a que un niño adopte conductas agresivas con sus padres, por ejemplo:

  • Exposición a modelos violentos. Los niños que consumen contenido violento, ya sea en películas, videojuegos, así como los que crecen en ambientes donde hay discusiones constantes, gritos o violencia física normalizan estas conductas y las replican en su entorno.
  • Falta de herramientas emocionales. Si un niño no ha aprendido a gestionar su ira o frustración, es probable que recurra a la agresión para expresar sus emociones.
  • Uso excesivo de tecnología. La exposición prolongada a videojuegos o contenidos con conductas violentas refuerza comportamientos agresivos.
  • Dificultades en la comunicación. Cuando un niño se siente incomprendido, no tiene validación emocional por parte de su familia, o no se propicia un ambiente comunicativo, es más probable que recurra a la agresión como forma de canalizar esa incomprensión, o incluso para llamar la atención de su entorno
  • Inteligencia emocional escasa. También influye mucho crecer en un entorno en el que no se ha trabajado la inteligencia emocional o ha habido pocas herramientas para ello.

¿Qué hacer si tu hijo te agrede o insulta a su familia? 7 consejos eficaces

Niños que agreden a sus padres

Los estudios revelan que los niños que desarrollan conductas agresivas a temprana edad tienen la tendencia de continuar este comportamiento cuando son mayores, para frenarlo los padres podemos:

  1. Establecer normas y límites: dejar el consabido 'pórtate bien' y explicarles qué esperamos de ellos y cómo se han de comportar. No hace falta inundarles a normas, pero sí establecer unas básicas que comprendan y que respeten.
  2. No razones cuando está en plena explosión: el momento de la rabieta no es el más adecuado para dialogar. En esos momentos intentaremos que no se hagan daño a ellos mismos, a otros niños o a nosotros y esperaremos a que haya pasado la pataleta para hacerles comprender por qué no está bien lo que hicieron.
  3. No reaccionar con violencia: si gritamos, pegamos o insultamos a nuestros hijos, ellos imitarán esas conductas violentas. Asumirán el maltrato como algo normal.
  4. Estimular el vínculo: hacerles saber cuánto les queremos, participar de sus aficiones, hablar con ellos, mostrarles afecto, en definitiva, fomentar también la inteligencia emocional en nuestros hijos y el apego es fundamental.
  5. Controlar su impulsividad: debemos ser un ejemplo en ese sentido, además hemos de establecer consecuencias para que ellos entiendan cuándo no actuaron bien o incluso podemos enseñarles a seguir instrucciones paso a paso, haciendo juegos o recetas de cocina, para que ellos aprendan a auto-controlarse.
  6. Educar en la empatía: enseñarles a ponerse en el lugar del otro es básico para que controlen esa agresividad y persistan en su actitud hiriente hacia los demás.
  7. Validarles emocionalmente. Cuando expliquen sus preocupaciones, hablen de sus sentimientos, de su día a día… es importante que validemos siempre sus emociones y les escuchemos.

Fortalece la comunicación con tus hijos y evita las conductas agresivas

Comunicación de padres e hijos

Una de las claves para evitar la agresión en casa es mejorar la comunicación con los niños, dedicar tiempo de calidad y compartir momentos juntos sin distracciones, ya que esto ayuda a fortalecer el vínculo y generar confianza. Además, es importante que los niños sientan que su opinión cuenta y que pueden expresar sus emociones sin ser juzgados.

También hay que enseñar estrategias de resolución de conflictos porque los niños deben aprender alternativas para manejar el enojo, como respirar profundo, contar hasta diez o pedir ayuda. Evita las etiquetas negativas, es decir, llamar al niño 'agresivo' o 'malo' solo refuerza la conducta. En su lugar, es mejor describir su comportamiento y buscar la manera de ayudarlo a mejorarlo.

Si a pesar de aplicar estrategias de crianza positiva el niño sigue mostrando conductas agresivas, puede ser necesario acudir a un especialista. Algunos signos de alerta son:

  • Agresiones físicas constantes o con alta intensidad.
  • Dificultad para controlar su enojo en cualquier situación.
  • Problemas en la escuela o con otros niños debido a su agresividad.
  • Cambios bruscos en el comportamiento sin motivo aparente.
  • Ansiedad o tristeza persistente junto con la agresión.

Cuando un niño agrede a sus padres, es fundamental actuar con paciencia y firmeza para establecer límites. La clave está en la educación basada en el respeto mutuo, la comunicación y la enseñanza de herramientas emocionales para gestionar la frustración. Con el apoyo adecuado, se puede corregir el comportamiento y fomentar una relación positiva de padres e hijos.

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