A partir de qué edad usan internet los niños

Mi hijo ya nació con una tablet debajo del brazo. Con dos años movía a su antojo las ventanas de la pantalla y encontraba sin problemas lo que buscaba. Con cinco, navega por la Red y aunque aún no sabe escribir, sabe localizar en Youtube todo lo que le interesa.

Por eso me choca que el último estudio sobre acceso a Internet de los niños marque los siete años como el comienzo de la aventura. Sé que muchos comienzan antes.

Los padres y el uso de internet por los niños

La nueva generación no ha tenido que aprender como nosotros. El conocimiento de Internet es algo innato en ellos. Crecen rodeados de aparatos fascinantes que les permiten acceder a toda la información que quieran. No son capaces de imaginar el mundo antes de Internet.

El problema de comenzar a navegar tan pronto es la vulnabilidad de los niños. Es como si navegaran a bordo de una pequeña balsita a merced del temporal, tiburones, sirenas, villanos y piratas. Su inocencia les hace confiar de todos y de todo. 

La solución no creo que sea prohibir el acceso de los niños a internet. Alejarles de la red sería como aislarles y apartarles del mundo donde viven. Lo mejor es comenzar desde muy pronto a informar, advertir y cuando son muy pequeños, mantenerse alerta y vigilar. 

Según el mismo estudio que revela que los niños comienzan a navegar por internet a los siete años, encontramos un dato preocupante: la mayoría de los padres dejan que sus hijos se descarguen contenido sin supervisarlo previamente.

Y es cierto, que las prisas y la falta de tiempo hace que terminemos dándole libertad plena y confiando, quizá en exceso, en que el niño será capaz de reconocer algo que no le debe ver. 

El problema no está en que Internet sea un lugar peligroso para los niños. El problema está en que los padres no les preparamos para ese mundo ni les ofrecemos las herramientas necesarias para que naveguen seguros. Información, límites y vigilancia. Para mi son las claves para que los niños naveguen más seguros por Internet. 

Desde el momento en el que veamos que el niño comienza a moverme por internet, y pide descargarse juegos, hay que advertirle que nunca se descargue nada sin consultarlo (muchas veces los juegos para niños incluyen cláusulas de acceso a datos e incluso publicidad violenta).

También podemos usar los filtros parentales (un programa que se instala en el ordenador, recoge las páginas por donde navega el niño  y nos 'avisa' si entra en alguna página con contenido catalogado como 'no apto' ).

Cuando el niño sea más mayor y sea capaz de escribir y leer, quizás sea el momento de advertirles sobre el ciberbullying (acoso por internet), el sexting (intercambio de fotografías de contenido sexual) y el grooming (cuando un adulto se acerca a un niño con intenciones sexuales).

Ante todo, advertirles tal y como hicimos cuando eran más pequeños, sobre lo importante que es no 'hablar con desconocidos' ni mucho menos intercambiar datos ni fotografías. Que ellos puedan confiar en sus padres para contarles que alguien les 'insulta' por internet.

Armarles con escudos antes de levar el ancla y dirigir su rumbo. Darles un mapa para que sepan sortear los icebergs. Y sobre todo, mantener la comunicación con ellos. Eso, siempre.

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