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Mamá, de mayor quiero ser youtuber
Vídeo del canal de la pequeña youtuber Kitty Sweety

Niños que nos enseñan a hacer pulseras de gomitas, manualidades con material reciclado o nos descubren sencillos experimentos. Niños que hablan a otros niños. Niños que se han convertido en auténticas estrellas mediáticas. Y no hablamos de la televisión, la radio o las revistas, sino del nuevo medio de comunicación que arrasa: youtube.

Cada vez empiezan antes. Cada vez vemos niños más pequeños que se aferran a la tablet o el smartphone, y sin apenas saber leer ni escribir, aprenden de memoria una serie de letras, letras que les llevan a todo un mundo fascinante e infinito de entretenimiento. Y de pronto se encuentran con otros niños, que les hablan de tú a tú. Estos niños, jóvenes youtubers, triunfan en la red.

Mamá, de mayor quiero ser youtuber

Niña graba

Sólo hace falta navegar unos minutos por Youtube para darse cuenta de que también es un lugar de niños para niños y de niños para mayores. Entre los youtubers, también los hay pequeños. Niños que emulan a los mayores, que también quieren crear sus propios vídeos.

En Youtube hay videotutoriales protagonizados por niños de todo tipo, aunque los que triunfan, tienen que ver con las manualidades y los trucos de belleza. Pero también hay niños que desvelan sus secretos y muestran su pericia con los videojuegos y niños que a pesar de su corta edad son auténticos filósofos de la vida, como el famoso Kid President's, que ya cuenta con más de un millón de seguidores.

Entre las razones de su éxito: la naturalidad, la soltura con la que hablan. La inocencia. Entre su público: niños que se sienten identificados con la persona que habla y mayores encandilados con la simpatía de los pequeños.

Sin embargo, y aquí llega la duda: ¿está bien permitir a los niños entrar en este mundo inmenso y depredador? ¿Están preparados los niños para enfrentarse a las críticas, los comentarios ( muchas veces crueles y a menudo destructivos) que circulan por la red?

Hemos oído mucho acerca de los peligros a los que se enfrentan los niños en la red. Y sin embargo les dejamos campar a sus anchas por ellas y les animamos a convertirse en estrellas. Con lo que la fama conlleva. Si los adultos a veces sienten la presión y la responsabilidad cuando tienen tantos seguidores... ¿cómo lo llevarán los niños? Porque hay niños a los que siguen miles y miles de personas. Como el ejemplo de Kitty Sweety. En su canal, ella nos enseña a hacer pulseras, nos explica cómo jugar con los compañeros en el patio del colegio y hasta nos presenta un unboxing de chuches. Sólo le falta club de fans (aunque igual ya lo tiene).