¿Eres una madre culpable?

Mommy Guilt o Madre culpable, es un libro sobre la maternidad que está teniendo un éxito tremendo en Estados Unidos y, es que, sólo tu título provoca la empatía de millones de madres que se sienten culpables con algún aspecto de la crianza de sus hijos.

¿Eres tu una madre culpable? Supongo que la mayoría, o al menos las que nos analizamos como madres, lo somos. A veces somos 'malas madres', madres imperfectas, madres que aun queriendo ser las mejores del mundo, cometemos errores que nos hacen sentir culpables. Pero, ¿son buenos esos sentimientos?, ¿cómo podemos manejar el remordimiento?

Cómo superar la sensación de ser una mala madre

Mommy Guilt, escrito por Julie Bort, muestra una encuesta nunca antes realizada, en la que de los más de 1.300 padres encuestados, el 96% se sentía culpable por algún aspecto de la crianza de sus hijos. Los errores más frecuentes confesados incluían gritar a los hijos o el poco tiempo que deja el trabajo para su cuidado. El libro pretende ser una autoayuda para todas aquellas madres y padres que tienen remordimientos y ofrece consejos para manejar la sensación de culpa.

No me gusta cambiar cacas, levantarme ocho veces por la noche, ya no disfruto la hora del baño que pasó de idílica a agotadora en un año, ir al parque me resulta aburrido, cuando estoy cansada y pierdo la paciencia grito a mis hijos y, el tiempo que les dedico, no siempre es de calidad... Todas esas sensaciones que yo tengo y que, estoy segura tienen otras muchas madres, nos lleva a sentirnos culpables y malas madres.

¿Cómo dejar de sentirnos así y no caer en la frustración cuando nos empleamos al 100% en el cuidado de los niños? Este libro nos ofrece una herramienta: no caer en la trampa. A nadie le gusta cambiar cacas, ni dormir a trompiconeu, bañar a un niño es agotador y todo el mundo pierde la paciencia. Somos humanos, no somos superhéroes.

Los libros de autoayuda como este, no son milagrosos, por el hecho de leerlos no vamos a dejar de perder la paciencia o a hacer que ir al parque nos resulte una fiesta, pero sí harán que aprendamos a lidiar con estas sensaciones y a hacer que nos sintamos más satisfechos con nosotros mismos cuando damos el máximo por nuestros hijos. En definitiva, a aprender a actuar de forma responsable con nuestros hijos sin que nos paralice la culpa.

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