Miedo a que intercambien al bebé en el hospital

¿Es posible que confundan a mi bebé en el hospital?

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  1. ¿Es posible que confundan a mi bebé en el hospital?

Es un miedo muy común en los padres: que confundan e intercambien a tu bebé con otro que acaba de nacer. Sin embargo, la situación actualmente es casi improbable debido a los protocolos que se efectúan en los hospitales nada más producirse el nacimiento. Aunque, siempre hay una excepción que confirma la regla.

Hay pocos casos por todo el mundo. Uno de ellos es el de Mercedes Casanellas y su marido Richard Cushworth. Eran misioneros en El Salvador y, cuando volvieron a casa tras el parto en el hospital sospecharon que no era su bebé biológico el que se llevaron consigo. Tras una lucha de cuatro meses, una prueba de ADN confirmó las sospechas de estos padres y se produjo el intercambio, esta vez correcto de bebés. No se ha llegado a aclarar si se trató de un error humano o una acción criminal relacionada con la trata de bebés.

¿Es posible que confundan a mi bebé en el hospital?

Intercambiar al bebé en el hospital

Supongo que muchas mamás hemos tenido ese miedo. Yo pedí a mi marido, cual mamá primeriza, que no perdiera de vista a mi bebé cuando se lo llevaron a hacer pruebas tras nacer. Y, cada vez que le sacaban de la habitación para hacerle algún examen médico, pedía que fueran tras él. Una actitud quizás un poco obsesiva y desconfiada a día de hoy.

En los hospitales existen protocolos para identificar a los recién nacidos. Todo ello está dirigido a evitar que se pueda intercambiar a recién nacidos en el paritorio o en las salas de hospitalización, a poder verificar la identidad del recién nacido en caso de duda y a permitir que se pueda comprobar la identidad del bebé y su madre en cualquier momento. 

Cada hospital tiene su protocolo, pero se suele identificar al bebé y a la mamá con una pulserita con la información necesaria. Esta pulserita sirve como identificador y se comprueba cada vez que hay una separación física entre ambos. Además, se toma la huella dactilar de ambos y se archiva en su historial.

Además, hoy en día se favorece desde las clínicas el contacto constante y directo de la madre y su bebé para estimular el apego, la lactancia y el vínculo. Ya no es tan común aquellos nidos llenos de bebés mientras las mamás descansaban en su habitación. Por lo tanto, la cercanía entre ambos complica el hecho de que puedan intercambiarse.

En las pocas ocasiones en las que se da un intercambio de bebés, suele ocurrir en el paritorio en centros grandes donde hay partos simultáneos y suele ocurrir ante el fallo humano del personal que no ha extremado las medidas de precaución que se recomiendan, o en esos momentos en los que hay una separación física entre ambos. Generalmente los códigos penales de los distintos países contemplan el intercambio de bebés como un delito penado con cárcel. 

Hay padres que para evitarlo, dibujan la huella del pie de su hijo, le toman muchas fotos o se fijan en pequeños detalles como si tuviera algún lunar o mancha. En cualquier caso, los padres miramos tan embelesados a nuestro bebé cuando nacen que, por muy iguales que sean entre ellos, seguro que podemos reconocerle entre docenas de ellos, ¿no crees?

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