Cómo combatir la tos y la fiebre en niños y bebés

Dormir toda la noche de un tirón es, a veces, un deseo inalcanzable para los padres que tenemos niños pequeños, cuando están enfermos.

En ocasiones, la tos persistente de los niños que no les v deja dormir ni a ellos, ni a nosotros, o la preocupación por si les sube la fiebre cuando están acatarrados nos hace pasar la noche en un duerme-vela, que nos invita a levantarnos cada poco tiempo para averiguar cómo está nuestro bebé.

La fiebre y la tos de los niños

Después de varios días así, es habitual acudir a la consulta del pediatra en busca de un remedio que alivie la tos, la fiebre y, por qué no, repare nuestras bolsas y ojeras con una dosis de sueño reparador. Sin embargo, según han asegurado los Pediatras de Atención Primaria en el 9º curso de Actualización en Pediatría, es importante que los padres sepan que la fiebre es una respuesta del organismo para hacer frente a las infecciones y que la tos sirve para eliminar secreciones. 

Es cierto que el miedo de los padres a la fiebre, conocido como fiebrefobia, surge por desconocimiento y por la creencia de que ésta puede ser perjudicial y provocar convulsiones. La clave es que los padres reciban educación sobre qué es la fiebre y cómo hay que tratarla.

Así, llama la atención que afirmen que debe tratarse el dolor o las molestias que causan la fiebre y no la fiebre en sí misma, y por este motivo, recomiendan hablar a las familias de la necesidad eventual de analgésicos y no de antipiréticos o antitérmicos.

Siguiendo esta misma línea, los pediatras consideran más importante conocer el origen de la fiebre y el estado del niño, que la temperatura en sí, ya que las convulsiones sólo se presentan en 4 de cada 100 casos. 

La tos aguda, un síntoma molesto que dificulta el descanso tanto de niños como de mayores, es otra de las preocupaciones de los padres más frecuentes en las consultas de pediatría. Al igual que ocurre con la fiebre, la educación sanitaria de las familias es fundamental para el tratamiento de la tos y, la mejor solución no es acudir a una farmacia en busca de algún fármaco que alivie estas molestias.

Algunos pueden tener efectos adversos y provocar arritmias y trastornos cardiovasculares. La AEPap aconseja que el niño con tos por procesos catarrales esté perfectamente hidratado, que se favorezca la humificación del ambiente y que se eviten los espacios con humo.

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