El beso de las madres puede curar las heridas de sus hijos

Nunca dudes del poder del amor ni de lo milagroso que resultan las muestras de afecto en situaciones de estrés, por eso el beso de las madres puede curar las heridas de sus hijos. Por ejemplo, si tu hijo se cae en el parque, tropieza y se hace un rasguño en la rodilla o se araña con algún juguete... ¿qué haces ante las primeras lágrimas?

Apostamos a que corres a dar un beso en ese dedo magullado o en la rodilla dolorida mientras le calmas y... ¡oh sorpresa! Tu hijo deja de llorar y vuelve a sus juegos como si nada hubiese ocurrido, ¿no es así? El pequeño siente de inmediato el consuelo y el amor de mamá. Nosotros creemos que definitivamente el beso cura heridas, ya lo sabíamos todas las madres, pero ahora lo confirma un estudio.

Por qué el beso de una madre tiene un poder curativo

Cuando nuestro hijo se cae, antes de sacar la famosa barrita de árnica que toda madre precavida lleva en el bolso, antes incluso de limpiar la herida y poner una tirita, no hay nada mejor que el "beso de curar". Generalmente es mejor que cualquier otro método, sobre todo para heridas menores. Y es que, no hay que subestimar el poder curativo que tiene un beso.

Esto, que ya sabemos las madres, lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos. La investigación se centró en 248 casos de niños con lesiones menores, a unos se les aplicó medicamentos para el dolor y a otros tan solo un beso. El estudio indicó que el beso funciona tanto o mejor que cualquier medicamento o la homeopatía.

¿Cuál es la razón? El cariño, el afecto, la caricia, el abrazo o el beso transmiten inmediatamente una sensación de placer y seguridad al niño. Cuando sentamos a nuestros hijos en nuestro regazo, les abrazamos y les besamos la herida, están en contacto con nuestro corazón, que les tranquiliza, con nuestro tacto, que les transmite amor, y con nuestra voz, que les aporta confianza. Es un momento en el que todos los sentidos se activan.

Los besos de mamá también tienen efectos positivos en la salud física porque ese mismo estudio indicó que los besos pueden mejorar el sistema inmunológico y reducir la presión arterial. Científicamente los besos son una forma natural de aliviar el dolor, gracias a la liberación de endorfinas que se produce durante un beso, lo que actúa como un analgésico natural.

Beneficios de los besos para la salud de los niños y bebés

Desde hace muchísimos años los besos han sido considerados como muestra de amor y cariño, sin embargo, gracias a varios estudios se ha demostrado la reacción química a nivel cerebral que libera las hormonas asociadas al bienestar, la confianza y la felicidad. Hablamos de la oxitocina, también conocida como la hormona del amor.

Cuando un niño siente que está en un ambiente de confianza o cuando entra en contacto que alguien que le hace saber que le quiere, segrega más oxitocina, lo cual produce una sensación de bienestar y felicidad. Es cuando los niños sienten felicidad, soporte y apoyo en mamá, además, de ayudarles a reducir el estrés y la ansiedad.

Tanto a niños como a adultos nos pasa que cuando estamos ansiosos o estresados, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol, que pueden impactar negativamente en la salud, entonces si alguien (y más un ser al que amamos como mamá) nos llena de besos, esto ayuda a reducir los niveles de cortisol y hacernos sentir más relajados.

Eso sí, evita besar a tu hijo en la boca, debido a que los bebés y niños pequeños tienen un sistema inmunológico inmaduro y son propensos a contraer infecciones. Besar a un bebé o niño en la boca aumenta el riesgo de transmitir enfermedades, como el resfriado común. Incluso se aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades más graves, como el herpes o el virus del papiloma humano (VPH).

Psicológicamente hablando también puede resultar confuso para un niño ser besado en los labios, ya que si no se le enseña tempranamente que esas muestras de cariño son entre adultos, puede quedar propenso a abusos por parte de otras personas. Lo mejor es enseñarle a proteger su espacio personal y a decir 'no' cuando no se sienta cómodo ni tampoco debemos obligar a besar a alguien que no quiere.

En cualquier caso, el beso de mamá ayuda pero no desinfecta. Por lo que, cuando hayamos calmado a nuestro hijo con un cálido beso, si es necesario, debemos curar la herida correctamente, es decir, limpiándola y colocando una tirita, pero si es una lesión mayor, acudan al pediatra para que sea él quien prescriba el tratamiento adecuado.

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