Tu hijo no es hiperactivo: tú eres hiperpasivo
Cuando los padres sufren de hiperpasividad con sus hijos
- El Trastorno de Hiperpasividad en los padres
Pongamos que tu hijo es un niño inquieto, muy inquieto. Desde que se levanta hasta que se acuesta, no deja de saltar, moverse, hablar... Piensas una y otra vez '¿Cómo puede tener tanta energía?... ¡si hasta le cuesta dormir!'.
Pongamos que piensas y sospechas que tu hijo es hiperactivo, o que sufre de TDAH, aunque no tenga problemas en clase y saque buenas notas. Buscas un diagnóstico y los expertos, lejos de confirmar tus sospechas, te aseguran que tu hijo no tiene ningún problema. Que tal vez seas tú el que sufre de hiperpasividad. ¿Sabes qué significa?
El Trastorno de Hiperpasividad en los padres
Se habla mucho de hiperactividad en los niños, y del TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad), y todos los padres con hijos muy inquietos piensan que tal vez pueda tenerlo... Y sin embargo, se diagnostican muy pocos casos de TDAH al año. De hecho, se calcula que sólo un 5 por ciento de la población infantil sufre este trastorno. El resto de niños inquietos son simplemente eso: inquietos.
Los psicólogos sí alertan sin embargo del alarmante aumento de un trastorno en los padres con hijos muy nerviosos: La Hiperpasividad. Pero cuidado, esto no significa que estos padres no se preocupen por sus hijos (que también los hay). De hecho, les quieren con locura. El problema es el nivel de estrés en el que viven inmersos estos padres: cargas familiares, trabajo, dependencia de las redes sociales y nuevas formas de comunicación escrita...
La mayoría de ellos son padres que llegan tarde a casa, y están tan cansados que escuchan a sus hijos sin atenderles. Que están sin estar. Que no tienen energías suficientes para dedicar a sus hijos. Ni para jugar, ni para leer cuentos... Y buscan otras formas de liberar su estrés, como por ejemplo, el teléfono móvil. Y esto a su vez, crea más ansiedad y tristeza en los niños... Así que termina siendo un círculo vicioso. Padre cansado = hiperpasividad = Niño más nervioso = padre agotado.
¿La solución? Los psicólogos hablan de un re-planteamiento de la paternidad y la maternidad. De volver a establecer la escala de valores. De sacrificar ciertos 'ratos de ocio' para dedicárselo a los hijos ( no se trata de sacrificar todos los ratos de ocio, sólo alguno). Tal vez no se pueda dedicar mucho tiempo, pero el poco tiempo que estemos con ellos, dedicarlo en exclusiva. Lo que ellos llaman 'tiempo de calidad'. Fuera televisión y fuera dispositivos móviles. Y siempre dedicar un rato, un momento al día para cambiar el whatsapp por la sonrisa de tu hijo. ¿No crees que merece la pena?
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