Por qué una palomita de maíz puede matar a un niño pequeño

Si hay algo que les guste a los niños cuando van al cine o se sientan frente a la televisión para ver una película, es poder tener entre las manos un montón de palomitas de maíz. Sin embargo, dependiendo de la edad del niño, puede llegar a ser muy peligroso. La historia de la pequeña Mirranda, de sólo 2 años de edad, sirve como voz de alarma para todos los padres.

El peligro de las palomitas de maíz para los niños pequeños

Alison, madre de familia numerosa, disfrutaba de su cumpleaños. En su fiesta, evidentemente, estaban sus cuatro hijos. La más pequeña, Mirranda, sólo tenía dos añitos. Era una fiesta de cumpleaños muy normal, con sus patatas fritas, sus refrescos... y sus palomitas de maíz, la estrella de todas las fiestas en donde hay niños.

Mirranda no pudo resistirse a la tentación y comió palomitas, con tan mala suerte que una de ellas se quedó alojada en su tráquea. La pequeña no podía respirar, y a pesar de que sus padres intentaron reanimarla y llamaron a los servicios de emergencia, acabó falleciendo en el hospital.

Desde allí informaron a los padres que no se trataba del primer caso. La asfixia de menores por culpa de las palomitas de maíz es más común de lo que quisiéramos. La recomendación es prohibirlas a bebés y niños pequeños por precaución. La franja de edad más peligrosa y en la que más casos de atragantamientos se presentan, es de 0 a 4 años.

Las palomitas NO son para niños pequeños

Las palomitas de maíz son perfectas para acompañar una sesión de películas, celebraciones familiares, pero NO para los niños pequeños. Sus vías respiratorias son estrechas y los granos de maíz pueden pasar a las vías respiratorias y provocar asfixia o una infección por cuerpo extraño si se instalan en los pulmones.

También puede que el grano de palomita se quede retenido en la laringe, la tráquea o en el bronquio del niño. El niño empezará a toser y si no consigue expulsar el grano, puede sufrir una obstrucción en su respiración, y en algunos casos, llegar a fallecer.

Si lo que molesta al niño es la concha de palomita de maíz que se ha quedado pegada a la garganta, es importante saber que la concha no genera riesgo de ruptura de mucosas o perforación esofágica como sí lo puede causar una espina de pescado. En ese caso, lo mejor es darle mucho líquido para aliviar la molestias y hacer con que la concha se despegue.

Más alimentos que pueden provocar atragantamiento en niños

Los médicos advierten de que hay otros alimentos que provocan muchos casos de asfixia en los niños, como es el caso de las uvas, los caramelos duros, las aceitunas con hueso o las salchichas. Para evitar atragantamiento, no sirva alimentos pequeños (del tamaño de una canica), pegajosos ni duros que sean difíciles de masticar o fáciles de tragar enteros. Se debe evitar:

- Alimentos enteros redondos o en forma de tubo
Cómo las uvas, tomates cherry, cerezas, zanahorias, salchichas o perritos calientes

- Frutas duras
Nos referimos por ejemplo a la manzana (que debe siempre ofrecerse rayada, asada o cortada en láminas finas)

- Alimentos pegajosos y gomosos
Alimentos pegajosos como las chucherías blandas (nubes, gominolas...) o gomosos como calamares, pulpo...

- Cubos de hielo

- Dulces duros
Dulces como caramelos duros, piruletas, caramelos con palo, bolitas de chocolate...

- Frutos secos
Panes con semillas, bollería con trozos de frutos secos...

- Pretzels o chips de pretzel
Crackers, galletas infantiles...

Cómo salvar la vida de un niño que se atraganta

Si tu hijo (mayor de un año) se atraganta, seguramente empiece a toser (si no lo hace, anímale a ello). Deja que tosa y aunque te veas tentado a hacerlo, no le des golpes en la espalda, porque podrías empeorar la situación.

En el caso de que él sólo por sí mismo no consiga deshacerse de eso que le impide respirar con normalidad, debes hacer esta maniobra (después de llamar a los servicios de emergencia). Recuerda que, si consigue hablar, toser y respirar, hablamos de un atragantamiento incompleto (si no puede hacerlo, es un atragantamiento completo).

- Inclinado hacia delante o tumbado en tus rodillas, darle cinco golpes secos entre las escápulas de la espalda (zona alta, entre los omóplatos).

- Si no ha salido el cuerpo ingerido, localizar la zona dos dedos por encima del ombligo. Nos colocamos por detrás y abrazándole desde atrás, localizamos este punto con el puño, y presionamos cinco veces ligeramente hacia arriba y hacia adentro para aumentar la presión en la caja torácica.

- Buscar en su boca el objeto que le impide respirar y si está al alcance de la mano, retirarlo. Si no es fácilmente extraíble, no intentarlo.

- Repetir la secuencia de cinco golpes en la zona escapular y cinco presiones entre las costillas.

- Si pierde la consciencia, tumbarle boca arriba, tapar su nariz y hacer cinco ventilaciones.

- Presionar en el centro del pecho, entre las dos mamas, 30 veces.

- Repetir hasta que lleguen los servicios de emergencia.

Si tu hijo es un bebé menor de un año, colócale en 45 grados hacia abajo, encima de tu brazo o pierna. Golpea 5 veces en la espalda y gíralo. Coloca al bebé boca arriba, inclinado hacia abajo, y haz 5 comprensiones torácicas. En caso de que pierda la consciencia, hay que jugar tu boca con su boca y nariz (al mismo tiempo) y realizar 5 ventilaciones.

Técnicas de primeros auxilios para padres de bebés y niños

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