¿Cuándo llevar a nuestro hijo al psicólogo? Señales en niños que alertan
Te decimos las señales clave que indican que tu hijo puede necesitar terapia infantil
- ¿En qué momento debemos ir al psicólogo infantil con nuestro niño?
- 6 razones que alertan a los padres para que lleven a su hijo al psicólogo
- Más señales que indican que es momento de buscar ayuda psicológica
Ir al psicólogo ha cambiado mucho en los últimos tiempos, ahora no se acude solo cuando hay una patología grave o un problema de salud mental. Cada vez más gente viene a consulta para solventar una crisis de ansiedad o problemas en el trabajo. En el área infanto-juvenil, los motivos más comunes por los que los padres nos traen a sus hijos a consulta es por problemas de conducta, porque les faltan habilidades sociales, se ponen nerviosos y somatizan o porque tienen dificultades escolares. No todos los casos son calificados como patológicos, muchas veces solo necesitan una orientación. Hablemos de ¿Cuándo llevar a nuestro hijo al psicólogo? Señales en niños que alertan.
¿En qué momento debemos ir al psicólogo infantil con nuestro niño?
Ir al psicólogo no implica que tenga que haber un problema de salud mental. Nos preparamos mucho a nivel académico para realizar un determinado trabajo, y para una de las facetas más importantes de nuestra vida, 'ser padres', apenas recibimos formación. Muchas veces los psicólogos hacemos de coach familiar, y asesoramos a los padres como enfocar y como resolver los problemas de sus hijos a todos los niveles.
Lo hacemos tanto cuando hay un diagnóstico clínico, como a la hora de tomar decisiones respecto a la educación de los niños, o sobre momentos estresantes en la vida cotidiana. Muchas veces lo que nos dicen los padres después de haber recibido nuestra ayuda, es que con un asesoramiento claro y concreto han ganado calidad en el día a día y que consiguen que sus hijos realicen sus tareas cotidianas.
Incluso nos cuentan que lo han logrado con mucho menos esfuerzo que antes, y sobre todo sin el desgaste emocional al que estaban sometidos. Es fundamental normalizar la figura del psicólogo infantil como un apoyo en el desarrollo emocional, cognitivo y social del niño. De la misma forma que acudimos al pediatra, también podemos acudir al psicólogo si notamos que el niño no se encuentra bien a nivel emocional.
A veces, el malestar de un niño no es fácil de identificar a simple vista. Los cambios sutiles en el comportamiento, como el aislamiento, la irritabilidad o los cambios en los patrones de sueño y alimentación, pueden ser señales de que necesita ayuda. Además, el psicólogo puede actuar como un puente entre el niño y la escuela, por ejemplo, para coordinar estrategias y acompañar al niño cuando lo necesite.
6 razones que alertan a los padres para que lleven a su hijo al psicólogo
A continuación, te enlistamos una serie de razones que alertan a los padres sobre si sus hijos necesitan de apoyo psicológico:
1. Aislamiento progresivo
Si vemos que nuestro niño lo pasa mal, que sufre, que no es feliz y no disfruta en su día a día, al punto de no querer salir de casa ni estar con otras personas. Este tipo de aislamiento puede estar relacionado con estados de ánimo bajos, depresión infantil o ansiedad. Es importante actuar con rapidez, para restablecer su bienestar emocional. También puede ser un síntoma de bullying o dificultades en la escuela.
2. Desgaste emocional elevado
El ambiente familiar tiene un impacto directo en el comportamiento del niño. Cuando el desgaste emocional en casa es muy elevado y genera problemas de conducta como conseguir que el niño obedezca, estudie... con la ayuda de un psicólogo, seguro que se puede mejorar. A veces, los problemas de conducta no son más que una forma de expresar emociones que no saben verbalizar.
3. Problemas de aprendizaje
Cuando los niños tienen problemas en el aprendizaje no les va bien en el colegio y observamos que les cuesta aprender, que no se centran en clase ni a la hora de hacer los deberes. No hay que esperar a que el fracaso escolar se haya producido y el niño esté suspendiendo o que vaya a repetir curso. El psicólogo puede colaborar con los maestros para adaptar las metodologías y reforzar las habilidades necesarias.
4. Falta de habilidades sociales
Cuando el niño tiene dificultad de relacionarse con los demás, es extremamente tímido y retraído. Lo ideal es pedir ayuda pronto, así será más fácil comenzar una reeducación de los aprendizajes. Las habilidades sociales se aprenden, y en muchos casos, los niños solo necesitan un entorno seguro y la terapia les proporciona herramientas para comunicarse mejor, expresar sus ideas y conectar con otros niños.
5. Miedo o ansiedad generalizada
Cuando el miedo que pueda tener el niño le domine, es decir, persista por mucho tiempo y acabe provocando situaciones de ansiedad, es signo de problemas. Hay miedos evolutivos normales (como a la oscuridad), pero cuando estos se intensifican o se vuelven irracionales, pueden transformarse en fobias o trastornos de ansiedad. El psicólogo ayudará al niño a identificar esos temores y aprender a enfrentarlos.
6. Cambios bruscos de comportamiento
Cuando un niño va de estar alegre y participativo a mostrarse apático, irritable o agresivo sin motivo, puede ser señal de que algo no va bien. Estos cambios repentinos suelen reflejar un malestar interno que el niño no sabe cómo expresar. Para ello, el psicólogo infantil va a ayudar a descubrir el origen de su comportamiento y ofrece herramientas para que el pequeño recupere su estabilidad emocional.
Más señales que indican que es momento de buscar ayuda psicológica
Además de lo anterior, hay otras situaciones menos evidentes que podrían requerir intervención profesional:
- Regresiones, como hacerse pis en la cama después de haberlo superado.
- Somatizaciones como dolores de cabeza, barriga o vómitos sin causa médica.
- Separaciones, divorcios o duelos mal gestionados por el niño.
- Exceso de perfeccionismo o autocrítica en niños demasiado exigentes consigo mismos.
- Dificultades en la identidad o autoestima, en especial en la adolescencia.
Es fundamental que los padres no esperen a que el problema sea muy grave para actuar. La prevención es la clave en la salud mental. Una intervención a tiempo puede evitar el agravamiento del malestar y dotar al niño y a su familia de herramientas para enfrentar futuras situaciones. En la primera consulta, el psicólogo evaluará la situación a través del diálogo con los padres y, si es posible, con el niño.
Es habitual que el profesional realice preguntas sobre el desarrollo, el entorno escolar, la dinámica familiar y las rutinas diarias. También puede echar mano de algunas pruebas psicológicas adaptadas a la edad del niño, pero es importante que los padres colaboren de forma honesta y abierta. No se trata de juzgar, sino de comprender mejor el contexto y ofrecer las mejores soluciones.
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Bibliografía
- López Martínez, O., Piñero Ruiz, E. (et al) (2011) Psicología positiva en la infancia. International Journal of Developmental and Educational Psychology, Vol. 1, Núm. 1. 2011, Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores (ed.) España, pp. 417-424 Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/3498/349832328042.pdf