Leyendas de Halloween para niños que los harán temblar de diversión

Lee estos cuentos cortos de Noche de Brujas a tu hijo, ¡le pondrán la piel de gallina!

Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
En este artículo
  1. Historias de Halloween para niños - Leyenda de la calabaza perdida
  2. Los fantasmas juguetones - Leyenda de Noche de Brujas para tu hijo
  3. Leyenda corta infantil de Halloween - Calaquín, el esqueleto bailarín
  4. Emocionantes cuentos de Halloween para leer a los niños

Leer estas leyendas de Halloween para niños que los harán temblar de diversión será el complemento perfecto para una noche llena de magia, misterio y emoción. Estas historias están cargadas de fantasía y personajes espeluznantes pero muy divertidos, además, son ideales para que los más pequeños disfruten de la tradición de Halloween de una manera muy entretenida y segura. ¡Prepárate para contar relatos que los mantendrán al borde del asiento!

Historias de Halloween para niños - Leyenda de la calabaza perdida

Leyendas de Halloween para niños

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo, la gente se preparaba para la noche de Halloween. Todos decoraban sus casas con calabazas iluminadas, fantasmas de papel y telarañas de algodón. Pero había una historia que se contaba cuando llegaba esta noche: la leyenda de la calabaza perdida. Se decía que cada Halloween, una calabaza mágica vagaba por el pueblo buscando un lugar para quedarse.

Esta calabaza no era como las demás: no tenía rostro tallado, ni una luz dentro. Era completamente redonda, grande y de un color naranja brillante. Se contaba que quien encontrara la calabaza perdida y le tallara una cara, recibiría un deseo. Esa noche, dos amigos, Lucas y María, decidieron salir en busca de la famosa calabaza, con la esperanza de pedir lo anhelado.

Con linternas en mano, caminaron por los campos cercanos, donde las sombras de los árboles parecían moverse a su alrededor. Después de mucho buscar, se dieron cuenta de algo extraño: una calabaza más grande que las demás estaba justo en el centro del campo. No tenía rostro, tal como decía la leyenda. María, emocionada comenzó a tallar una cara sonriente en la calabaza.

Cuando terminó, la calabaza brilló con una luz suave. De repente, la calabaza habló con una voz suave: 'Gracias por darme vida. Ahora, pidan su deseo'. Lucas y María, pidieron lo que más querían: que su pueblo siempre tuviera noches de Halloween llenas de alegría y diversión. Y así fue. Desde entonces, cada Halloween, las calabazas en ese pueblo brillaban más que en ningún otro lugar.

Los fantasmas juguetones - Leyenda de Noche de Brujas para tu hijo

Leyenda infantil de Halloween

Cuenta la historia que, cada 31 de octubre, a medianoche, aparecían pequeños fantasmas en la plaza de un pueblo lejano. Pero no eran fantasmas como los de las películas de terror, ¡sino que eran muy traviesos y divertidos! Estos fantasmas no asustaban a nadie, en lugar de eso, hacían muchas bromas y jugaban con los niños que se atrevían a salir esa noche.

Una vez, dos hermanos, Susana y Tomás, decidieron descubrir si la leyenda era cierta. Con sus disfraces puestos y una linterna, salieron de su casa, mientras todos los demás dormían. Al llegar a la plaza, la luna iluminaba el lugar. De repente, una suave risa se escuchó entre los árboles. ¡Era un fantasma! Pero no se parecía en nada a los que ellos imaginaban: era pequeño, blanco y con una gran sonrisa.

'¡Bienvenidos a nuestro juego!', dijo el fantasma con entusiasmo. De repente, aparecieron más fantasmas, todos riendo y volando alrededor de los niños. Les lanzaban hojas de otoño y jugaban a las escondidas entre los árboles. Susana y Tomás no podían creerlo, ¡era la mejor noche de Halloween que habían tenido! Jugaron y rieron con los fantasmas hasta que, poco a poco, el cielo empezó a aclararse.

Los fantasmas sabían que el amanecer estaba cerca, y se despidieron con una última travesura: llenaron los bolsillos de los niños con dulces mágicos que solo ellos podían ver. Desde ese día, Susana y Tomás contaron a todos sobre su encuentro con los fantasmas juguetones, y cada año, los niños del pueblo esperaban la noche de Halloween para salir a jugar con los amigables fantasmas.

Leyenda corta infantil de Halloween - Calaquín, el esqueleto bailarín

Leyenda de Halloween para leer a los niños

En un pueblo muy pequeño había una leyenda que todos los niños conocían: la historia del esqueleto bailarín. Decían que, cada Halloween, cuando la luna llena brillaba en el cielo, un esqueleto bailaba en la plaza del pueblo. Este esqueleto no era terrorífico ni malvado. Al contrario, era conocido por su amor por la música y su habilidad para bailar como ningún otro.

Su nombre era Calaquín, y hace muchos años, cuando vivía entre los humanos, era un gran bailarín que alegraba todas las fiestas. Pero al fallecer, su amor por el baile era tan grande que su espíritu nunca descansó del todo. Una noche de Halloween, un grupo de amigos, Ana, Miguel y Luis, decidió ir a la plaza a ver si la leyenda era cierta.

Llevaban consigo una pequeña radio para poner música, ya que Calaquín solo salía si escuchaba una melodía. Cuando llegaron a la plaza, todo estaba en absoluto silencio. Los niños, algo nerviosos, encendieron la radio y comenzaron a tocar una canción alegre. De pronto, sintieron un leve crujido bajo sus pies. Frente a ellos, en medio de la plaza, el suelo comenzó a moverse, y de entre las hojas secas apareció Calaquín, el esqueleto bailarín.

Con una sonrisa en su rostro huesudo, comenzó a moverse al ritmo de la música, ¡era el mejor bailarín que los niños habían visto! Calaquín saltaba, giraba y hacía piruetas con una gracia asombrosa. La música continuó hasta que el reloj marcó la medianoche. Entonces, Calaquín hizo una última reverencia y desapareció. Cada año cuentan sobre el esqueleto que, en lugar de asustar, llena la noche de alegría.

Emocionantes cuentos de Halloween para leer a los niños

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