6 juegos para fomentar buenos hábitos y rutinas diarias en tu hijo
A través del juego los niños aprenden más, aquí los que te ayudarán con la formación de rutinas y hábitos
- 6 juegos para lograr buenos hábitos y rutinas para tu hijo
- Algunos tips muy útiles para una rutina armoniosa para los niños
- ¿Qué pasa si mi hijo no quiere seguir sus rutinas y hábitos?
Gracias a estos 6 juegos para fomentar buenos hábitos y rutinas diarias en tu hijo, lograrás que tu pequeño pueda tener un desarrollo más integral. Es bien sabido que a través del juego los niños aprenden mucho más, así que aquí te tenemos los que te ayudarán con la formación de rutinas y hábitos en tu pequeño. ¡Toma nota de ellos!
6 juegos para lograr buenos hábitos y rutinas para tu hijo
Comencemos con estos ejemplos de juegos para establecer rutinas en casa.
- ¡Juguemos a vestirnos! Para que tus hijos se vistan por las mañanas con menos quejas, dale una muñeca de papel con ropa recortable. La noche anterior, pide a tu hijo que la vista con ropa similar a la que se pondrá por la mañana. El reto es que quede lo más parecido posible en la vestimenta.
- Cuenta un chiste. Los pequeños estarán más participativos si se visten juntos mientras se cuentan chistes los unos a los otros.
- Déjalo elegir. También pueden preparar juntos, la noche anterior, la ropa que toda la familia se pondrá. Les encantará participar en el proceso, sobre todo si los dejas que elijan según su propio sentido de la estética.
- Lean algunos cuentos.Si quieres establecer el hábito de lavarse los dientes, lee junto a los niños algún cuento corto de esa temática.
- Inventen algunos bailes. Deben inventa un baile que harán todos los días de camino al baño. Un trenecito, dando palmas, cantando...
- 'Simón, dice'. Para que los niños presten más atención, jueguen 'Simón dice'. Simón dice que te laves los dientes con la mano derecha. Simón dice que te cepilles las muelas de arriba o Simón dice que es hora de ir a la cama.
Algunos tips muy útiles para una rutina armoniosa para los niños
La clave para que una rutina sea más armoniosa radica en dos pilares. El primero de todos es que nos vean a nosotros también, es decir, actuar con el ejemplo. Si hay que lavarse los dientes, que también nos vean lavarnos los dientes. Si hay que descalzarse al entrar en casa, que se descalcen todos al entrar en casa. Es importantísimo el ejemplo, porque enseña mucho más que cualquier palabra.
Esto también ayuda en el quehacer diario, porque muchas veces cuando pides a tus pequeños que recojan sus juguetes, pero tu habitación puede parecer una leonera, es cuando ellos no siguen el ejemplo adecuado. Siempre se deben ver los propios argumentos para no caer en una información muy contradictoria. Así que piensa si quieres que tu hijo te vea cumpliendo con las normas o no.
Y la segunda, para las rutinas, no tanto en duración, pero sí en organización vayan siempre las mismas pautas una tras otra. Que si siempre es, nada más entrar en casa hacemos esto, y luego esto, da igual que en unas cosas se tarden 10 minutos y mañana 30, pero que siempre sea la misma consecución de objetivos, porque eso permite al ser humano actuar de forma involuntaria.
Por decirlo de una manera un poco abrupta: ya no estás pensando todo lo que tienes que hacer, sino que lo tienes instalado. Así que, si todos los días es la misma rutina: bañamos, luego cena, luego dientes, luego cuento y luego a dormir, es muchísimo más fácil para un niño adaptarse a esa rutina y saber lo que viene después, en vez de que nosotros estemos repitiendo constantemente lo que sucede.
¿Qué pasa si mi hijo no quiere seguir sus rutinas y hábitos?
Dentro de las rutinas y hábitos diarios, hay que decir que no son esclavizantes. Tenemos que ser conscientes de que no somos robots, entonces siempre tiene que haber un mínimo de flexibilidad. Que no pasa nada si un día se retrasa más una cosa, que no pasa nada si un día no hay baño porque se os ha pillado el toro y están agotados todos y no da tiempo a nada más y ya se quieren dormir.
Si tu hijo no quiere seguir las rutinas y/o hábitos de casa, ten un poco de flexibilidad. De forma puntual también nos ayuda a que las rutinas no se conviertan en algo tedioso, sino en algo lógico. Es importante explicar a nuestros hijos y hacerles entender a través del juego, jugando mucho, que las rutinas no se hacen porque 'soy mamá, quiero que las hagas porque sí'.
Hay que explicar que 'las hacemos porque son beneficiosas'. Acá un ejemplo: ¿por qué te lavas los dientes? ¿Porque mamá quiere? No, porque cuidas tus dientes, porque así puedes comer mejor, porque al estar limpios, tú, cuando hablas con otras personas, te sientes más cómodo a la hora de comunicarte y los demás también se sienten más cómodos a la hora de comunicarse. Infórmate a través del mismo juego y a través de explicaciones adaptadas a su edad para decirle el porqué de las rutinas.
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Bibliografía
- Figueiras, A.C., Neves de Souza, I.C., et al. (2011) Manual para la vigilancia del Desarrollo infantil (0-6 años) en el contexto de AIEPI. Organización Panamericana de la Salud (ed.). Organización Mundial de la Salud. Estados Unidos: Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud, pp. 1-70 Disponible en: https://www1.paho.org/hq/dmdocuments/manual-vigilancia-desarrollo-infantil-aiepi-2011.pdf