El desarrollo de un niño de 8 años y qué hacer para motivarle

Niños y niñas, cuando llegan a la edad de 8 años, se adentran en una etapa de desarrollo tanto intelectual como física que llama mucho la atención de los padres. Tienen mayor resistencia, mejor concentración y más capacidad para entender las emociones. En el plano social, la amistad cobra cada vez más peso. Por todo esto, y por sus ganas de descubrir el entorno que les rodea, tus hijos sentirán un gran interés por experimentar, descubrir y aprender. Así es el desarrollo de un niño de 8 años y así son las cosas que puedes hacer para motivarle. ¡Te vas a sorprender!

El aprendizaje de un niño de ocho años. ¿Cómo va a ser esta nueva etapa?

Cuando un niño o una niña llega a la edad de 8 años se suele decir aquello de '¡cómo ha crecido!' o '¡vaya cambio!' Y es que crecen tanto, aprenden de forma tan rápida y se vuelven tan independientes que parece que, de repente y de un día para otro, se hayan hecho mayores. Por eso es que conocer cómo va a ser esta nueva etapa, en qué se caracteriza, qué van a aprender y qué puedes hacer tú como padre o madre te será de gran ayuda a ti y a tus hijos. ¡Vamos a verlo!

Desde el punto de vista sensorial y motor, son muchas las cosas a destacar que bien se puede decir que coincide con la edad anterior y la siguiente. Si se les da la oportunidad, se vuelven todo unos expertos en el deporte y en el ejercicio físico. Tienen, además de mucha energía, la musculatura muy desarrollada, por lo que todo lo que tenga que ver con moverse les vendrá genial, ¡a las mil maravillas!

Referente a la motricidad fina, también la mejoran. Las manualidades no tendrán secretos para ellos, todo lo contrario, serán de sus nuevas actividades favoritas para hacer en familia. ¿Sabes para qué otra cosa están ya preparados? ¡Para atarse los cordones! Y, como el movimiento de las manos es muy parecido, también podrán aprender, poco a poco, a lavarse los dientes solos, eso sí, siempre con supervisión de los padres para evitar caries.

Qué resaltar en el desarrollo del lenguaje de tu hijo de 8 años

Es posible que ya te hayas dado cuenta de que tu hijo parece todo un mayor hablando, y es que esas pocas palabras y fonemas que antes se resistían, pues ahora las dirá fenomenal. A su vez, usa la gramática de forma correcta, lo que le da una gran ventaja a la hora de escribir y leer. Recuerda leer con él y también anímale a que tenga la lectura como pasatiempo, es divertido y le aporta un montón de ventajas.

Por otro lado, niños y niñas a estas edades son capaces de entablar una conversación fluida con personas que no son de su círculo cercano. A su vez, les llama la atención las palabras nuevas que oyen, por ejemplo, en las noticias o en boca de otras personas. Prepárate porque vas a tener que responder a un montón de preguntas, así que es momento de empezar a usar un diccionario para saciar esa maravillosa curiosidad innata a los niños

Lo que sucede en el área cognitiva de un niño de 8 años

Resolver problemas de matemáticas, hacer ejercicios de lengua, de naturales o de sociales ellos solos sin ayuda de padres o maestras será lo más significativo de esta área. Igual ahora te parece algo sencillo, pero para ellos es todo un logro pues su intelecto se prepara para trabajar con autonomía. Respecto a esto, cuanto te pida ayuda para sus deberes, primero dile que lo piense él para que gane en confianza en sí mismo, y luego ya si sigue con dudas, pues es momento de que le ayudes.

Su capacidad de concentración también es más elevada y cada vez irá a más según se vayan haciendo mayores. La lectura, la escritura y la comprensión lectora pasan a otro nivel. Su capacidad aumenta y, por lo tanto, hay que fomentarlo, sin agobios, lo máximo posible.

El plano afectivo emocional de un niño de 8 años

Lo hemos dejado en el último lugar, pero no quiere decir que sea menos importante, ¡para nada! Hay que entender y gestionar sus emociones igual que cuando tenía dos años, igual que habrá que hacer cuando tenga 15. A esta edad se vuelven más independientes, más amigos de sus amigos y puede que incluso les dé vergüenza que les des un beso en la calle, pero siguen necesitando que estés ahí, que les apoyes y les guíes con límites respetuosos y afectivos.

Comprenden sus emociones y las de los demás y saben gestionarlas según el contexto, por ejemplo no hablar en voz alta por muy contentos que estén cuando están en la biblioteca. Necesitan sentir la seguridad de sus padres, por eso hay que entender el fino equilibrio entre estar ahí y a la vez darles su espacio para que crezcan, cometan sus propios errores y aprendan.

En cuanto a los miedos, tienen temor a las evaluaciones, las críticas por parte de sus compañeros y a que el profesor les pueda regañar. El miedo a la oscuridad, las pesadillas y los monstruos que creías olvidados pueden volver a aparecer. ¡Hay que ser pacientes y comprensivos!

Pasa tiempo al aire libre con tus hijos, planea actividades en familia, permite que se relaciones con sus amigos y haga otros nuevos, establece una buena comunicación en la que el pequeño se pueda expresar libremente y verás que su autoestima y confianza en sí mismo es la mejor de todas.

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