Las 24 cosas que necesitan nuestros hijos para ser felices

Frases que nunca debes decir si quieres una educación positiva para tu hijo 

María José Padilla, Coach educativa
En este artículo
  1. Lo que necesitan los niños para ser felices 
  2. El aprendizaje con emoción es mucho más efectivo 
  3. Cómo aplicar la psicología positiva en el ámbito familiar

Todos sabemos que, aunque siempre ayuda, el dinero no da la felicidad. Entonces, ¿dónde podemos encontrar esa felicidad para nosotros y para nuestros hijos? ¿Qué necesitamos para ser felices? El famoso psicólogo Martin Seligman no habla de religión, ni de cosas materiales, ni de estatus social, ni de belleza exterior, él menciona las 24 cosas que necesitan nuestros hijos para ser felices. ¿Quieres conocerlas? 

Lo que necesitan los niños para ser felices 

24 cosas que necesitan los niños para ser felices

La psicología positiva nace en el año 1996 con la necesidad no solo de cubrir nuestras debilidades o patrones de comportamiento que no nos gustan, sino que también como necesidad de encontrar el sentido de la vida a través de un bienestar. La psicología positiva tiene su base en las emociones positivas, las relaciones interpersonales positivas, el fluir con la tarea (implicación) y el hecho de encontrar el sentido de vida a través de metas y objetivos.

Le debemos su nombre al psicólogo Martin Seligman, que hablaba de que la felicidad es un conjunto de fortalezas que nos pueden ayudar a alcanzar ese gran estado que todos buscamos y que los padres tanto anhelan para sus hijos. A continuación se las dividimos por fortalezas: 

- Fortalezas que implican la adquisición del conocimiento y el uso adecuado del mismo. Aquí no encontraríamos con la creatividad, la curiosidad, el pensamiento crítico, el amor por el aprendizaje y la perspectiva. 

- Fortalezas emocionales, es decir, aquellas que implican coraje y fuerza para superar situaciones de dificultad: valentía, perseverancia, integridad y vitalidad.

- Fortalezas interpersonales. Son las relacionadas con el cuidado a los demás, con la amistad y con el cariño de los que nos rodean. En esta categoría estarían el amor, la amabilidad y la inteligencia social. 

- Fortalezas cívicas que nos llevan a tener una vida en comunidad saludable. Ciudadanía, sentido de la justicia o liderazgo estarían en este apartado. 

Fortalezas de la moderación que nos protegen contra los excesos como, por ejemplo, la capacidad de perdonar, la humildad, la discreción o el autocontrol. 

- Y, por último, están las fortalezas que dan significado a la vida. ¿Sabes a lo que nos referimos? Apreciación de la belleza y la excelencia, gratitud, optimismo, sentido del humor y fe.

Si sumas todas ellas, obtendrás las 24 cosas que hacen feliz a niños y mayores y que permiten que la vida sea más plena. Como padres tenemos el deber y la obligación de enseñarles todos estos valores y virtudes y así poder educarles como propone Martin Seligman, dentro de un contexto de disciplina positiva. 

El aprendizaje con emoción es mucho más efectivo 

aprendizaje y emociones

Esta base se traslada al ámbito educativo y, como resultado, tenemos que en el 2011 Seligman pensó que al igual que queremos una vida de bienestar, también los estudiantes o los jóvenes quieren una educación basada en bienestar.

Para ello aplica las emociones positivas, la mejora de las relaciones entre alumnos y profesores, la implicación de los alumnos en el aprendizaje y la determinación de objetivos educativos para encontrar sentido a lo que hacen y conseguir más logros positivos en el mundo educativo.

Está demostrado que el aprendizaje con emoción es mucho más efectivo que sin emoción, por lo tanto, cuánto más bienestar emocional haya en clase, más atención, más motivación o mejores decisiones se darán.

Igualmente, trabajar con las 24 fortalezas de Seligman hará de nuestro sistema educativo y personal un lugar mejor. Como por ejemplo, trabajar con el agradecimiento como herramienta para reforzar lo positivo que nos ocurra a nuestro alrededor.

Cualquiera de estos enfoques y su aplicación nos acercará a una educación positiva o a lo que yo determino como una educación holística, donde todos los planos se trabajan: el plano físico, el mental, el emocional y el espiritual. A la vez que depositamos la responsabilidad del aprendizaje o el éxito académico, no solo en el profesor sino también en el alumno. 

Cómo aplicar la psicología positiva en el ámbito familiar

la disciplina positiva en el hogar

Toda esta aplicación de la psicología positiva o la educación positiva ese puede trasladar al ámbito familiar, donde como padres podemos trabajar las emociones positivas, fomentar las relaciones, enseñarles a disfrutar del momento presente y, por supuesto, a tener o marcarse objetivos tanto personales como familiares.

Pero para llegar a este punto, los padres tenemos que huir de las excusas y justificaciones que nos alejan de una apertura mental y educacional como son:

- Ya se solucionarán los problemas, son pequeños aún.

- Yo ya he hecho todo lo que podía hacer.

- Lo he probado todo… ¡eso también lo hizo!

- Quiero algo práctico y, si puede ser, práctico

- Es mi hijo el que tiene que cambiar…

Te invito a examinar todos estos conceptos y nuevos puntos de actuar para que puedas elegir cuál es la dirección que mejor se adapta a ti y tu entorno familiar. Y es que la vida da muchas opciones, no tienes que elegir la mejor, ¡sino la que te haga feliz!

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