Por qué decidí educar a mi hijo según Montessori y qué cambié en casa
Una mamá nos cuenta cómo se preparó para empezar a criar a su hijo de 3 años según el método Montessori
- Por qué decidí aplicar con mi hijo el método Montessori en casa
- La importancia de que los padres se formen en la filosofía Montessori
- Cómo preparar el ambiente en casa sin gastar mucho dinero
- Cuando dicen que Montessori es un método elitista y caro
- Por dónde empezar para educar a tus hijos según Montessori
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Soy mamá desde hace tres años y para mí la maternidad ha supuesto un cambio en la forma que veo la vida. Jamás imaginé que lo iba a vivir de una manera tan intensa y que me iba a remover tanto. En este artículo te quiero explicar por qué decidí empezar educar a mi hijo según el método Montessori, cómo conocí y me formé como madre y cómo preparé el ambiente de mi casa para que mi niño fuera más autónomo, sin gastar mucho dinero. ¿Quieres saber más de la filosofía Montessori?
Por qué decidí aplicar con mi hijo el método Montessori en casa
Cuando me quedé embarazada desconocía los tipos de crianza que había, fue solo cuando nació mi hijo que empecé a escuchar sobre las pedagogías alternativas. En el momento que descubrí Montessori, me enamoré de la filosofía, ya que cuanto más indagaba más identificada me sentía. Me fascinaba cada conquista de mi hijo y me preguntaba cómo de la nada era capaz de darse la vuelta, sentarse solo, caminar, hablar... y con Montessori encontré muchas de las respuestas a esas preguntas.
Empecé aplicando poco a poco cosas que iba aprendiendo en casa, comencé a prepararme como adulto y fui realizando cambios en mí misma. La preparación del adulto es uno de los pilares en Montessori y se trata de la visión que tenemos hacia los niños. Debe ser basada en el respeto y la confianza, siempre con la responsabilidad de asegurar su bienestar, pero dejando que el niño sea el protagonista de su autoaprendizaje, pasando el adulto a un plano más observador.
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La importancia de que los padres se formen en la filosofía Montessori
Para realizar un buen acompañamiento a mi hijo, decidí formarme como asistente Montessori, primero de 0 a 3 y seguidamente de 3 a 6 años. Supuso un antes y un después. Me adentré en la filosofía en profundidad, entendí la mayoría de comportamientos de mi hijo, ya que sabía qué eran los planos de desarrollo, los periodos sensibles y las tendencias humanas. Aprendí a observar e identificar cuándo una necesidad de mi hijo no estaba satisfecha y provocaba lo que comúnmente se (mal) entiende como 'mal comportamiento'.
La clave para poder evitar este tipo de situaciones es observar y anticiparse para saber lo que mi hijo realmente necesita, que no es siempre lo que nosotros, los adultos, queremos y necesitamos. Ver que el niño también tiene sus necesidades y gustos es vital para una relación respetuosa. Además entender que es imposible estar en un estado de felicidad continua y que todas las emociones son válidas, también me hace más fácil el día a día con un niño (como cualquier otro) con explosiones emocionales recurrentes.
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Cómo preparar el ambiente en casa sin gastar mucho dinero
Otro de los pilares de Montessori es la preparación del ambiente. El niño tiene que ser capaz de moverse libremente y tener todo lo que necesite a su alcance. En nuestro caso, hicimos pequeños cambios en casa para promover su autonomía, que van evolucionando según nuestro hijo va creciendo y adquiriendo nuevas habilidades.
Es importante eliminar cualquier tipo de peligro según la edad y las capacidades del niño. Por ejemplo, con un año no tenía cuchillos al alcance de mi hijo, sin embargo ahora con tres ya los manipula, sabe el riesgo que tienen y los utiliza con cuidado. Sabe cortar alimentos como una naranja, pelar patatas y zanahorias y es capaz de prepararse el desayuno él solo. Incluirlo en las tareas domésticas, lo que en Montessori se denomina actividades de vida práctica, es darle confianza y hacerle partícipe en la vida familiar, lo cual le va a ayudar a tener una gran confianza en sí mismo y, por ende, aumentar su autoestima.
Asimismo, puede llamar la atención que en ambientes Montessori hay materiales de cristal, cerámica o cualquier otro material que se pueda romper, precisamente por eso mismo, para que los niños y las niñas aprendan a cuidar y hacerse responsables del material. Así lo hemos hecho en casa y sí, se han roto unos cuantos vasos, pero creo que tiene más peso el aprendizaje que ello ha traído, como es el cuidado del material, el hacerse responsable, recoger lo que se ha caído y limpiar, que el simple hecho de que un vaso se rompiera. Por supuesto sin ningún castigo ni reproche. A nosotros, los adultos, también se nos rompen vasos y cuando eso sucede, lo recogemos y no tenemos a nadie que nos castigue o nos grite por haberlo roto.
En mi caso no uso premios, ni castigos, ni chantajes. Considero que no son útiles, ya que quizás pueden funcionar en el momento pero no a la larga.
Cuando dicen que Montessori es un método elitista y caro
Por otro lado, erróneamente se piensa que aplicar Montessori es algo elevadamente costoso y nada más lejos de la realidad. Para adaptar la casa se puede hacer con lo que se tenga disponible por casa. Por ejemplo, en el baño si se tiene un bidet, se le puede poner su zona de cuidado personal ahí y si no se tiene, una banqueta para que pueda llegar al lavabo o, en su defecto y si se tiene poco espacio, un soporte en la bañera o ducha donde se puede colocar un espejo y sus cosas de higiene personal.
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Así como en la habitación, donde no son necesarias esas camas de casitas preciosas que se hacen llamar Montessori, sino que con poner un colchón en el suelo es suficiente. De hecho, nosotros comenzamos con poner una banqueta en nuestra cama cuando aún dormía con nosotros para que pudiera subir solo y después con el colchón de la cuna en el suelo cuando pasó a su habitación. Lo mismo con cada estancia de la casa, solo hace falta un poco de visión para ver qué es lo más adecuado para cada familia y hogar, sin tener que gastarse elevadas cantidades de dinero.
En cuanto a los materiales Montessori (que no juguetes), sí que es verdad que pueden tener un coste elevado, pero considero que es cuestión de prioridades. Yo, a mi hijo, prefiero comprarle algo que sé que le va a ayudar a su desarrollo cognitivo, antes de comprarle un juguete supersofisticado con mil sonidos que solo tiene que apretar un botón. Por suerte, ahora se encuentran online muchos productos de alta calidad a mejor precio que, según tengo entendido, hace unos años. Pero si te interesan estos materiales y no puedes gastar, también existe la opción de hacerlos uno mismo.
Otro falso mito es que Montessori son solo los materiales y puedo asegurar que es una idea equivocada, porque como he ido explicando, considero que es mucho más importante la preparación del adulto y del ambiente. De nada sirve tener una torre rosa, si el cuidador está continuamente diciéndole al niño cómo la tiene que poner. El niño es el que tiene que encontrar la manera, el que tiene que tener la motivación intrínseca de hacerlo por sí mismo. Como decía María Montessori, el niño tiene un maestro interior que le guía, nosotros solo tenemos que seguir al niño y proporcionarle un ambiente adecuado y seguro.
Por dónde empezar para educar a tus hijos según Montessori
Aplicar en mi casa este modelo de crianza, aunque no lo haga al 100%, ha sido motivo de críticas en mi entorno más cercano. En ocasiones es difícil hacer entender el porqué de mis decisiones sin que se sientan ofendidos porque ellos lo han hecho o lo hacen de otra manera. Por supuesto, no es mi intención y creo que lo más adecuado es basarlo en una relación de respeto mutuo, donde cada uno lo hace lo mejor que puede y que se adecua mejor a su familia y a las circunstancias que tiene.
Para terminar, me gustaría animar a todo aquel que esté pensando en aplicar Montessori que realice este cambio en sí mismo, que lea, que se forme si es necesario, que siga su instinto, porque creo que esto también nos sale de adentro y que busque una tribu en la que apoyarse. Que sea la mejor versión de sí mismo, porque los niños no interiorizan lo que les decimos, sino más bien lo que ven. Que lo adapte según le convenga, que se quede con lo que a su familia le puede funcionar. No todo es blanco o negro, como decía anteriormente yo no lo aplico al 100% y creo que está bien, porque es lo que nos funciona. Junto con la disciplina positiva y otras pedagogías alternativas, hay multitud de maneras de llevar a cabo una crianza consciente y respetuosa.
Cada vez somos más, pero ojalá llegase a todos los hogares y todos los niños del planeta tuvieran la suerte de crecer en un ambiente respetuoso que les dejase ser ellos mismos, para sacar todo su potencial. El propósito de María Montessori era educar para la paz y creo que es algo que debería extenderse aún más.
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