Riesgos de la sobrecarga de actividades extraescolares en los niños

Queremos que nuestros hijos estén sanos y preparados, queremos que hagan deporte, que aprendan inglés o chino (que dicen que es el idioma del futuro), queremos que desarrollen su talento artístico en clases de música, baile, patinaje, dibujo o teatro. Queremos que estén al día de las nuevas tecnologías y la robótica les encanta... ¿Y qué actividades extracurriculares se me están olvidando?

Queremos que tengan todas las oportunidades posibles, queremos que tengan todo aquello que nosotros no tuvimos pero, ¿qué quieren ellos, los niños? Tal vez ya se hayan acostumbrado a ese ritmo frenético que llevan tanto antes como durante y después del horario escolar. Pero, si pudieran parar un segundo, seguro que dirían alto y claro que lo que quieren es jugar. ¿Estamos sobrecargando de actividades extraescolares a los niños?

La sobrecarga de actividades extraescolares tiene sus riesgos para los niños

La respuesta es evidente. La cantidad de actividades extraescolares que tienen nuestros hijos hace que tengan una agenda más apretada que la de un adulto. Y se nos olvida que son niños. Y tampoco tenemos en cuenta que la sobrecarga de actividades extracurriculares en niños tiene sus riesgos. Los psicólogos nos alertan del elevado nivel de estrés en los niños de hoy día.

Esta sobrecarga de actividades fuera del horario de clases produce en los niños el mismo estrés que sufrimos los adultos agobiados con horarios laborales imposibles y obligaciones diarias. El estrés pasa factura en forma de dolores de cabeza, alteraciones del sueño, cambios de humor, agotamiento físico y mental, dificultad para concentrarse y, finalmente, ansiedad.

Efectivamente, apuntar a nuestros hijos a demasiadas actividades extraescolares tiene consecuencias a nivel psicológico, pero también a nivel físico.

¿Por qué apuntamos a tantas clases fuera del horario escolar a los niños?

Los motivos por los que exponemos a nuestros hijos a semejante ritmo de vida son variados y hay muchas cosas que no podemos evitar, pero otras sí.

La conciliación entre la vida personal y la laboral no deja de ser un mito, eso es cierto, pero no tienen por qué pagarlo los niños. Que un niño después del horario escolar tenga que salir corriendo a una extraescolar y después a otra es genial para que toda la familia tengamos el mismo horario y lleguemos a casa a la misma hora; y agotados. Ahí se acaban las ventajas, porque nuestros niños caen pronto en la desmotivación a causa del agotamiento. Efectivamente, estamos convirtiendo las extracurriculares en las niñeras de nuestros hijos.

Y no estamos teniendo en cuenta los deberes... Las tareas escolares, que tantos debates provocan, forman parte de esas actividades extraescolares o, al menos, fuera del horario del colegio. Y, por el momento, son obligatorias. Así que, ¿a qué hora terminan nuestros hijos de cumplir con sus responsabilidades? ¿Cuándo tienen tiempo para jugar? ¿Y para descansar?

¿Qué hacemos con las actividades extracurriculares de los niños?

Tal vez conviene no perder de vista la función de las actividades extraescolares. ¿Son un premio o un castigo?, ¿o más bien se están convirtiendo en una forma de vida? Está claro que hay que buscar la forma de reducir esa sobrecarga de actividades extracurriculares pero, ¿cómo?

Elegir la extraescolar en función de lo que más le gusta a cada niño es una solución para evitar la desmotivación. Reconozcamos que muchas veces apuntamos a nuestros hijos a actividades que nos gustaría haber hecho a nosotros o que creemos que les servirá en un futuro.

Pero, dejemos por un lado que sea el niño el que decida a qué se quiere comprometer. Y por otro lado, dejemos que los niños hagan su tarea principal, que es jugar. El juego no programado, el juego espontáneo y libre es lo que más necesitan nuestros hijos. Jugar solos, jugar al aire libre, jugar con otros niños, jugar con la familia. Pero jugar, al fin y al cabo, que es lo que toca en la infancia.

¿Y qué me dices del aburrimiento? Debido a la cantidad de actividades extraescolares a las que les apuntamos después de la escuela, los niños no tienen tiempo ni para aburrirse, para inventarse un juego, para fantasear con historias, para desarrollar su creatividad en ese preciado tiempo que todos deberíamos tener para 'hacer nada'. Así se libera la mente, así se promueve la imaginación, así se deja al niño que encuentre por sí mismo lo que de verdad le motiva...

Es difícil, pero no imposible. Al final la sobrecarga de actividades que deja agotados a los niños no deja de ser una contradicción. Queremos lo mejor para nuestros hijos, pero eso que creemos lo mejor acaba con el resultado de niños estresados. ¿Queremos lo mejor para nuestros hijos? Lo mejor para nuestros hijos es tiempo para jugar.

Cómo gestionar las actividades extraescolares de los hijos

A modo de resumen de todo lo anterior comentado, a continuación te dejamos algunos puntos que debes tener en cuenta si lo que quieres es evitar una sobrecarga por actividades extraescolares:

• Inscribimos a los niños en muchas actividades extracurriculares pensando que es lo mejor para ellos. Sin embargo, esta sobrecarga les puede generar estrés, alterar su descanso y perjudicar su salud física y mental.
• Debemos elegir actividades extraescolares según los intereses reales de cada niño.
• Es importante dejarles tiempo libre para jugar de forma libre y espontánea, porque el juego no programado es una actividad esencial para el desarrollo infantil.
• De la misma forma, también necesitan aburrirse para desarrollar su imaginación e inventiva.
• Lo mejor es equilibrar actividades extraescolares y descanso, evitando el estrés infantil.

¿A qué actividades extracurriculares vas a apuntar a tus hijos este curso? Te leemos en los comentarios.

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