Aprender inglés mejora la autoestima de los niños
Por qué es bueno que los niños aprendan a través de las emociones
- La mejor forma de aprender un idioma
- Aprender inglés a través de las emociones y mejorar la autoestima de los niños
- Más beneficios del aprendizaje del inglés en los niños
- La parte divertida de aprender un segundo idioma
El aprendizaje del inglés (u otros idiomas) puede ayudar a nuestros pequeños no solo a nivel curricular, sino en otros muchos aspectos. Hoy en concreto hablaremos de la autoestima, y es que a través de la enseñanza del inglés se puede mejorar la autoestima de los niños.
La mejor forma de aprender un idioma
Antes de nada hay que aclarar dos puntos. El primero, es que nos referimos a autoestima a la manera en la que los niños se ven a sí mismos. El segundo, es que debemos tener en cuenta que hay dos maneras de desarrollar habilidades lingüísticas: por adquisición o por aprendizaje consciente. Digamos que la adquisición es un proceso subconsciente que se desarrolla de manera natural y el aprendizaje es el proceso consciente de desarrollar una lengua que no es la nuestra, a través de su estudio. Aclarado esto, ¿cómo aprenden nuestros niños?
No es ningún secreto, estamos entrando en una nueva era. Una donde el aprendizaje comienza a valorarse desde supuestos más individuales y no tan globales. Es decir, comenzamos a comprender la importancia de cada alumno y no tanto de un programa o unas lecciones memorizadas.
Si algo ha impulsado este cambio y lo acelera es, sin duda, la comprensión de que el intelecto no es algo solo racional sino que está compuesto por dos tipos de inteligencia: la cognitiva y la emocional. Somos capaces de empoderar a otros e impulsarles y los resultados son simplemente maravillosos.
Aprender así un idioma tendrá unos resultados increíbles. Un idioma no depende solo del intelecto, un idioma es una cultura, tiene un uso gracias a esa cultura y llegar a comprenderlo nos ayuda a abrir la mente y su cambio constante nos motiva a experimentar.
Aprender inglés a través de las emociones y mejorar la autoestima de los niños
Las emociones son reacciones impulsivas o predisposiciones biológicas que pueden llegar a ser intensas, que como reacción automática de nuestro cerebro resultan esenciales a la hora de valorar nuevas maneras de aprendizaje y llegar a conseguir el éxito en aquello que nos propongamos.
Conocerse uno mismo es clave para conseguir una buena interacción social (tan importante para nuestra autoestima). Nuestra inteligencia emocional es la que aporta las cualidades que nos convierte en verdaderos seres humanos. Y ¿qué tiene que ver esto con el aprendizaje del inglés? Pues mucho, ¡sigue leyendo que te lo cuento!
El aprendizaje de un segundo idioma hace referencia al desarrollo gradual de la capacidad de comunicarse en un entorno donde la lengua principal no es la nuestra propia. Es un aprendizaje consciente de acumulación de vocabulario, gramática y su correcto uso tanto de manera verbal como por escrito. Llegar a controlar un segundo idioma nos aportará un sentido de seguridad, identidad, pertenencia, un propósito y desarrollo de una competencia personal. ¡Veamos!
Cuando aprendemos otro idioma, nuestro cerebro crece. El lenguaje es una capacidad que los humanos tenemos y que implica el uso de determinadas áreas del cerebro. Con cada nuevo aprendizaje, nuestro cerebro se modifica y se fortalece. Si además lo hacemos incorporando nuevos fonemas, vocabulario, estructuras... mayor agilidad mental tendremos que podremos extrapolar a cualquier ámbito de nuestras vidas. Seremos personas más prácticas y seguras.
Más beneficios del aprendizaje del inglés en los niños
Además aprender un segundo idioma ayuda, por descontado, a nuestra memoria. Esto nos aporta agilidad y también nos ayuda en el ámbito afectivo. Pero no solo eso, sino que nos aporta mayor capacidad de relacionarnos, mejorando así nuestro entorno social.
Nos ayuda a comprender el mundo de una manera más completa y empática al darnos cuenta del uso del idioma aprendido y cómo otras culturas diferentes a la nuestra se expresan o interactúan. Se reducen las fronteras, las distancias parecen menores. Los miedos desaparecen porque ya no estamos ante algo desconocido. Nuestra libertad crece, incluso nuestra imaginación.
También mejora el uso de nuestra propia lengua, ya que a nivel gramatical es muchas veces más completo el estudio de idiomas adquiridos que el nuestro propio. Es lógico ya que mucho del vocabulario que aprendemos en nuestra propia lengua lo hacemos de manera social e inconsciente por nuestro entorno, mientras que la traducción requiere un mayor esfuerzo y concentración.
Al estar constantemente en una conversión de uno al otro, conseguimos también aprender a utilizar nuestro idioma de una manera más correcta (por ejemplo evitando los laísmos), y completa. Además favorece la adquisición de más idiomas y, por lo tanto, todo lo dicho hasta el momento se traslada y crece exponencialmente. Seguimos mejorando nuestras relaciones personales y conseguimos expresarnos de una manera más acorde a lo que pensamos. Nos sentimos satisfechos y mejoramos la visión en que nos vemos a nosotros mismos.
El entrenar a nuestro cerebro de esta manera nos ayuda, además, a ser resolutivos y esto a su vez a disminuir el nivel de ansiedad. Señalar que está demostrado que aquellas personas que aprenden un segundo idioma llegan a tener un autoconocimiento más completo de sí mismos que aquellos que aún no se han animado a hacerlo. Desarrollan una mayor confianza y una mayor habilidad para elegir su conducta. Aprenden de un modo más significativo y desarrollan estrategias de aprendizaje que les motivan a seguir aprendiendo. Todas estas habilidades las trasladan al resto de materias o situaciones de su día a día.
La parte divertida de aprender un segundo idioma
¡Por no hablar de la parte divertida! Darles la posibilidad de poder relacionarse con niños de otras zonas del mundo en su tiempo de ocio (como las vacaciones), de mostrarse a sí mismos de cuánto son capaces, de hacer amigos en cualquier punto del planeta, de poder asistir a campamentos o terminar sus estudios en otro país, de comprender esas canciones que tanto les gusta y poder cantarlas correctamente...
Incluso el verse capaces de entender películas o leer libros en su idioma originario sin las leves adaptaciones de las traducciones. Considerarse parte de un mundo y poder expresar sus opiniones, sabiéndose capaces de conseguirlo.
Sí, aprender un segundo idioma nos aporta muchísimo y ayuda en gran medida a la visión que tenemos sobre nosotros mismos. Y sentirnos a gusto con nosotros mismos influye mucho en la visión que tenemos del mundo. El amor a nosotros mismos, muy lejos de parecer algo egocentrista, es muchas veces la clave para tener éxito en el trabajo, en nuestras relaciones personales, en el rendimiento académico y en la vida en general.
Sentirnos seguros nos ayuda en procesos mentales como la atención, la percepción y la memoria, haciendo que los alumnos puedan desarrollar sus propias estrategias que utilizarán para progresar, para funcionar efectivamente y para convertirse en pensadores independientes pudiendo así resolver más fácilmente problemas. En este último aspecto influirá también mucho el área afectiva.
Aprender un segundo idioma solo puede ayudarte a comprenderte a ti mismo, a comprender tu entorno, a que seamos más analíticos, más creativos, más objetivos, a conseguir el éxito en los proyectos en los que estemos inmersos, a conseguir expresarnos mejor y llegar a los demás, a cerrar barreras, potenciar nuestra imaginación y necesidad de independencia y a ser más prácticos y efectivos. ¿Empezamos?
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