Frases rancias que se dicen a los niños y que debes desterrar ahora mismo
El lenguaje que usamos con nuestros hijos tiene consecuencias en su autoestima
- La importancia de la educación en positivo
- Las frases que debes desterrar de inmediato
¿A quién no le gustaría que los hijos cuando nacieran vinieran con un libro de instrucciones bajo el brazo? Y es que, la crianza y la educación no siempre son fáciles. Cuando nace nuestro bebé muchas son las voces que oímos. Todo el mundo de nuestro alrededor siempre sabe más que nosotros y no dudan en dejárnoslo claro. Pero debemos recordar que solos los padres tenemos las repuestas acertadas: nuestro instinto es la apuesta segura. Y, a menudo, nuestro instinto nos dice que debemos desterrar ahora mismo algunas de las frases rancias que se dicen a los niños (y que probablemente nos dijeron a nosotros cuando éramos pequeños).
La importancia de la educación en positivo
Si nuestro pequeño es feliz es que estamos en el buen camino. Aunque nadie dice que sea fácil. Muchas veces son los niños los que nos ponen a los padres a prueba: rabietas, contradicciones, exigencias, cansancio, peleas... Y a ello hay que sumar nuestro propio cansancio, jornadas laborales interminables (que poco se ajustan a la conciliación familiar), estrés, preocupación por llegar a fin de mes… Suma y sigue. Y, claro, nuestra paciencia desaparece y deja salir al ogro que llevamos dentro.
Sin embargo, los tiempos están cambiando. Y ya sabemos que el aprendizaje y la educación no se consiguen con autoridad severa. Trabajar en familia el cariño y la ternura es la clave. Los padres de hoy en día también nos preparamos y educamos para ser mejores padres. Muchos estudios y corrientes educativas avalan que nuestros pequeños serán más felices con una educación positiva, es decir, aquella que resalta las virtudes del niño frente a sus fracasos y mal comportamientos. Y es que, no hay niño malo ni niño bueno, solo pequeños convirtiéndose en adultos y entendiendo un mundo construido por otros.
Por todo ello, no deben salir del baúl del pasado ni los azotes, ni los bofetones, ni los gritos, ni las cachetadas. De igual forma, debemos desterrar de nuestro vocabulario aquellas muletillas que hemos heredado de nuestros mayores y que hoy ya sabemos que en lugar de ayudarnos en la formación de nuestros hijos, solo sirven para ridiculizarles, etiquetarles y bajar su autoestima y seguridad. Tampoco debemos hacer juicios de valor sobre cómo se educaba antes, ni culpabilizar a abuelos que lo hicieron lo mejor que supieron con las herramientas e información que tuvieron a su alcance. Eran otros tiempos, con otras crisis y otros valores sociales, donde el respeto y las buenas formas por el miedo al qué dirán dejaban a un lado las emociones y sentimientos.
Las frases que debes desterrar de inmediato
A continuación, queremos compartir desde Guiainfantil.com algunas de esas frases de entonces que hoy en día más vale que nos mordamos la lengua antes de pronunciarlas.
1. Porque lo digo yo y punto
Sin duda, este es el gran 'hit' que se ha escuchado en la mayoría de los hogares. Venía a decir algo así como 'aquí mando yo y tú no tienes ni voz ni voto y se hace lo que yo diga'. Afortunadamente hoy integramos a nuestros pequeños y los hacemos partícipes de las decisiones familiares. Hay que explicarse y hacer entender al niño las cosas, de lo contrario acabará pensando que su opinión no le importa a nadie. Es importante escucharles e intentar razonar con ellos las respuestas en familia.
2. Los chicos no lloran
Antes, se preparaba a los varones para ser fuertes y valientes. Y las lágrimas eran símbolo de poca hombría. ¿Cuántos adultos hay hoy en día con nudos en las gargantas por no haberles enseñado a expresar sus emociones de pequeños? La vida está llena de risas y de llantos y ninguna es patrimonio de ningún género. Claro que los niños lloran y además es muy sano hacerlo. Las lágrimas son solo eso, lágrimas, y nadie es más fuerte o valiente por no llorar.
3. Pórtate como una señorita
Si a los niños se les pedía que no llorasen a las niñas se les exigía un comportamiento de 'ver, oír y callar'. No correr, la ropa bien colocada e inmaculada, nada de peleas, ni subir a un árbol… La lista de cosas mal vistas en una 'señorita' es larga. Hoy ya sabemos que el trabajo de la psicomotricidad en los niños tampoco depende del género. Los pequeños tienen que experimentar.
4. No juegues al fútbol que es de marimachos
Es una variante de la frase anterior. También muy escuchada y repetida. Gracias a la lucha feminista, poco a poco, se están dando pasitos para acabar con la desigualdad. Y aunque aún queda mucho camino por andar, ya vemos deporte femenino en 'prime time'. Estamos en el camino correcto.
5. Si te ha regañado y castigado la profesora es que algo habrás hecho
¿Dónde se ha escondido la presunción de inocencia? Si los padres no somos capaces de dar la cara por nuestros hijos entonces quién lo hará. ¡Ojo! Tampoco se trata de desautorizar al profesor, solo de conocer ambas versiones de los hechos porque el maestro por el simple hecho de ser el adulto no tiene porqué ser el portador de la verdad absoluta. Y es que, el mundo está lleno de injusticias.
6. Se están repartiendo tortazos y tú llevas todos los boletos (o papeletas)
Seguro que algún padre o madre al leer esto estáis visualizando alguna zapatilla voladora. Violencia cero. Ese tiene que ser siempre nuestro lema. Ni azotes, ni manotazos. Nada. Debemos resolver los conflictos con palabras y mucha ternura. Si nuestros pequeños aprenden que los problemas se resuelven con golpes seguiremos teniendo una sociedad violenta.
7. Si te portas mal, por la noche vendrá el coco (monstruo, lobo) a llevarte
Susto o muerte. Antes se educaba con el miedo y la amenaza. Pero, ¿qué necesidad había de pasarlo mal con pesadillas? No hay explicación. Nuestros pequeños no deben temerle a la noche y aunque sí deben aprender que sus actos tienen consecuencias, deben crecer en libertad y no pensando en que algo malo les va a pasar.
Estas son algunas 'citas célebres' que generación tras generación han pasado de padres a hijos, siempre bajo la presunción de que era por el bien del pequeño, y que si hoy se escucharan alguien podría acabar llamando a Asuntos Sociales o Protección del Menor. ¿Recordáis las que os decían a vosotros y que jamás repetiríais a vuestros hijos?
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