La paga debe enseñar a los niños a hacer un uso responsable del dinero

¿Cómo, cuánto y cuándo cómo debemos dar la paga a los niños? Muchos padres se ven o se han visto en esta disyuntiva y tienen bastantes dudas sobre si dar o no la famosa paga de los domingos a sus hijos; es más, hay algunos que incluso se plantean 'pagar' a sus hijos por ayudar en las tareas domésticas, colaborar en casa, ¡e incluso aprobar los exámenes! ¿Es correcto esto? Lo que nunca debemos olvidar en ningún caso es que la paga debe enseñar a los niños a hacer un uso responsable del dinero.

Colaborar en las tareas de casa es una cosa, la paga es otra

Por supuesto que hay que reforzar a los niños para que se sientan más seguros y motivados en la adopción de las conductas que queremos instaurar, que en un principio les pueden costar más o que les resultan más pesadas, como puede ser colaborar en casa poniendo y quitando la mesa, haciendo su cama por las mañanas, pero eso no implica en absoluto que dicho refuerzo deba ser económico.

De hecho, cuando los niños son pequeños, su principal refuerzo es la aprobación de sus padres. Basta con darles un fuerte abrazo, la enhorabuena o que les digamos lo orgullosos que estemos porque están colaborando en casa.

Cuando son un poco mayores, además de seguir reforzándolos, se pueden añadir pequeños privilegios o premios asociados a cumplir con sus tareas, como puede ser utilizar el ordenador, jugar con la consola…

Los niños tienen que aprender la importancia de colaborar en casa y de trabajar en equipo, y, además, cuando son pequeños, les gusta el hecho de sentirse mayores y poder realizar esas tareas. Bien planteado, por ejemplo, poner la mesa puede ser divertido, y es algo que pueden aprender desde pequeños. Por eso los padres tienen que tener claro algunos conceptos:

- No hace falta darles dinero por cada una de las actividades con las que colaboren en casa o porque se esfuercen en sus tareas. Tienen que aprender que es algo que hay que hacer, y que por ello obtendrán nuestra aprobación y nuestra atención.

El refuerzo social es más efectivo que el económico con los niños

- El refuerzo social es más efectivo que el económico.

- La idea a trasmitir es que en casa vivimos todos, y, por tanto, colaborar en ella es una tarea de equipo; por eso NO hemos de 'pagar' a los niños.

 - Se trata de fomentar el espíritu de equipo.

La ventaja que puede tener el dinero es que en un primer momento les puede motivar para realizar dicha tarea, pero el efecto se pasa muy rápido, y en el caso en que nos encontremos con un niño o con un adolescente más rebelde o con ciertas dificultades, le dará igual que se le pague por realizar lo ordenado; lo más probable es que deje de hacerlo y que le dé igual el dinero.

Siempre será más efectivo utilizar otros refuerzos con los niños, como la alabanza ante el esfuerzo de colaborar en la casa y hacer sus deberes, o jugar un tiempo con ellos, ver una película o ir al cine.

Cuándo hay que empezar a darles paga a nuestros hijos

Otra cosa distinta es la asignación de una propina o paga semanal. Cuando son algo mayores, es conveniente fijar una cantidad semanal que ellos deben administrar para cuando queden con sus amigos, o para comprar sus chuches. Dicha paga se la ganarán con su comportamiento de la semana, obedeciendo a los adultos de referencia, haciendo los deberes y colaborando en las tareas de la casa.

Ante esfuerzos extra, no les daremos dinero. Siempre hay que mirar cuánto dinero se le da a un niño, e intentar que sea el adecuado según sus necesidades. Por ejemplo, si va a ir al cine con los amigos, basta que lleve el dinero de la entrada y el justo para las palomitas, en el caso que hayamos acordado que las puede comprar.

A los adolescentes sí que se les puede asignar una paga a la semana que ellos administren, y que nosotros veamos apropiada, pero ojo, un niño o un adolescente con mucho dinero en el bolsillo es más fácil que se meta en problemas.

- Es importante que le inculquemos la importancia del esfuerzo, y que vea que dicha paga hay que ganársela con el comportamiento correcto durante la semana, y que esto haya sido consensuado con él o ella.

- Cuando se opta por 'financiar' a los adolescentes a demanda, no aprenden a distribuir sus gastos en función de sus ingresos, no tienen una percepción real de lo que gastan, y este es un aprendizaje fundamental para la vida adulta.

Cómo inculcarles a nuestros hijos el uso responsable del dinero

Otro aspecto importante con los niños y los adolescentes, y más en los tiempos que corren, es que aprendan a darle importancia al valor del dinero. Para eso, es fundamental que vean cómo lo gestiona el adulto. Ya hemos comentado que la principal fuente de aprendizaje de un niño es el modelado, y por eso tienen que ser los adultos los primeros que den valor al dinero delante del niño.

Por muy buena situación económica que disfrutemos, NO es conveniente despilfarrar, o satisfacer todos los deseos del niño, aunque sean permisibles, porque si lo hacemos seremos los propios padres los que estaremos impidiendo que sea consciente del valor del dinero y de lo que cuesta ganarlo.

La paga les ayudará porque les permitirá tomar decisiones sobre en qué gastarla y por qué, y asumir que el dinero hay que ganarlo. Para esto, será fundamental que los padres se mantengan firmes y no les den más cantidad si se les acabó el dinero, porque, de esa forma:

• No aprenden a administrar correctamente el dinero.
• Les enseñamos a vivir por encima de sus posibilidades.
• No fomentamos que aprendan a decir, por ejemplo: 'No puedo permitirme comprar determinado juego, o ir al cine esta semana'.

Nos puede dar mucha pena cuando nuestro hijo nos diga que es el único que no tiene un determinado objeto o el único que se queda sin ir con los demás a una excursión. Pero seamos realistas, seguro que hay muchos otros chicos en su situación, y, además, tienen que aprender a hacer frente a sus frustraciones, porque en la vida uno no puede hacer todo lo que le gustaría, y cuanto antes lo aprendan, mejor.

Se trata de valorar lo que se tiene, de luchar por lo que se quiere conseguir, y de no frustrarse por lo que no se tiene o no se consigue.

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