Enseña a los niños a defenderse del daño que causan los apodos del colegio
9 claves para ayudar a tus hijos a que los motes e insultos que les ponen en la escuela no les hagan daño
- ¿Por qué los niños ponen motes a otros niños?
- El daño que causan los apodos del colegio
- 9 claves para enseñar a los niños a defenderse de los apodos
Es muy común ver que en los colegios los niños se dirigen entre iguales por medio de apodos o motes. Estos son 'sobrenombres' que utilizan los pequeños para referirse a los otros centrándose en alguna característica en particular. Así, alguna vez hemos podido escuchar apodos como: gordo, enano, empollón, gafotas, etc.
Los apodos empiezan a aparecer sin ninguna intención ofensiva a partir de los 4 años, pero empiezan a molestar a quienes los reciben. Y como padres nos preguntamos cómo podemos enseñar a los niños a defenderse del daño que causan los apodos que les ponen en el colegio?
¿Por qué los niños ponen motes a otros niños?
Los motes suelen suelen basarse en etiquetas sobre el aspecto físico del niño, su raza, su clase social, sus capacidades, etc. Las estadísticas demuestran que entre los niños de 6 a los 13 años, el 90% de ellos son víctimas de insultos por parte de sus compañeros. Será sobre todo al principio de curso cuando se empiezan a formar las relaciones, donde aparecerán los apodos y con ellos la búsqueda de un estatus social en el nuevo entorno.
La utilización de este tipo de apodos entre los alumnos se reconoce como una manera de agresión y de acoso escolar, a la que todo el entorno le resta importancia. El propio colegio como institución y los profesores no se dan cuenta del daño psicológico y moral que recibe el afectado.
Los adjetivos calificativos que utilizan los niños e, incluso, los profesores para referirse a otros como: guapo, jirafa, vago, el máquina, etc. Acaban por ser sus apodos. Además si se utilizan de manera frecuente durante un largo periodo de tiempo, los niños que lo sufren terminan por asumir que son así. Son etiquetados.
Existen 2 tipos de apodos:
- Negativos
Este tipo de apodos censuran al niño contribuyendo a que tenga una autoestima baja.
- Positivos
Este tipo de apodos exageran mucho algún aspecto o habilidad del niño. Esto puede afectar mucho al niño, ya que habrá ocasiones en las que el pequeño no puede llegar a la altura de lo que se dice de él.
El daño que causan los apodos del colegio
La utilización de los apodos puede traer consigo algunas consecuencias que afectan al día a día de los niños que los sufren. Entre ellos podemos ver:
- Condicionamiento de conducta
Los apodos pueden influir a un nivel biológico en las conexiones nerviosas del cerebro condicionando su forma de actuar.
- Retrasos en el desarrollo
La utilización de los apodos está considerado como acoso escolar y los niños son los más propensos a sufrirlo. Se ha podido comprobar que cuando esto sucede, los pequeños presentan un retraso madurativo. Esto a su vez hace que se vean más débiles que el resto de sus compañeros y, en consecuencia, su desarrollo emocional se ve afectado.
- La autoestima
Los apodos pueden generar en los niños problemas de identidad, sobre todo cuando estos son de carácter discriminatorio, son ofensivos o degradantes. De manera inconsciente el niño adopta un estilo de vida con sentimientos de inferioridad, lo que hace que su autoestima sea baja.
9 claves para enseñar a los niños a defenderse de los apodos
Vamos a exponer dos frentes en la lucha contra los apodos. En la primera línea estarán los propios niños.
El daño que puede provocar el apodo será mayor si el propio niño no puede defenderse. Así, la mejor manera de evitar que los pequeños sean víctimas de los apodos será importante que aprendan esta serie de claves:
1. A ser tolerantes con los demás.
2. A saber decir 'no' para poder marcar sus propios límites con los demás.
3. A saber expresar sus propios sentimientos.
4. A ser respetuosos con los demás, para después poder exigirlo.
5. A darse cuenta de que toda la gente es igual de importante. No hay nadie por encima o por debajo de los demás.
Después habrá una segunda línea formada por los adultos del entorno del niño, que no será menos importante para 'batallar' contra los apodos. Estos son los padres, los familiares y los profesores.
6. Deben hacer que el niño se sienta escuchado y comprendido por el entorno.
7. No utilizar los apodos para dirigirse los unos con los otros dentro de la familia.
8. Enseñar al niño a ser asertivo, y con ello a empatizar con los demás.
9. Enseñarle a manejar sus emociones.
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