6 claves para ayudar a los niños que no siguen las reglas del juego
Cómo enseñar a los niños a respetar las normas y no hacer trampas para ganar
- La importancia de los juegos de reglas según la edad
- Cómo enseñar a los niños que no siguen las reglas del juego
Todos hemos visto niños jugando apasionadamente tanto a juegos al aire libre, juegos de mesa o cualquier otra situación en la que deba haber un ganador. Todos desean ganar y las reacciones cuando no lo logran pueden ir desde aceptar la derrota con honor (los menos), hasta llorar amargamente, enojarse señalando culpables o abandonar el juego sin explicación alguna. Por eso, muchos deciden hacer trampa para asegurarse siempre el triunfo. En Guiainfantil.com descubrimos 6 claves para ayudar a los niños que no siguen las reglas del juego casi nunca.
La importancia de los juegos de reglas según la edad
La competencia por sí misma es buena. Es parte de la vida y se desarrolla en los niños de forma natural a medida que crecen. Nos acompaña siempre, aunque como muchos otros aspectos, el grado de competitividad de cada niño, dependerá de su temperamento, su estilo de crianza y las circunstancias personales que le toque enfrentar.
Normalmente los juegos de reglas empiezan en el preescolar. Se suele pensar que las reglas se desarrollan habitualmente en los juegos de equipo o de mesa, sin embargo, lo cierto es que las reglas están presentes en el juego de los niños desde mucho antes. Son muchos los juegos en los que cada quien sabe lo que tiene que hacer como, por ejemplo, las atrapadas, el lobo, el escondite, etc.
Para los niños más pequeños (de 3 a 5 años) que juegan más por su cuenta, sin tomar en cuenta el desempeño de los demás, que alguien gane solo sirve para volver a empezar, por ejemplo, en las atrapadas.
Para los mayores de 6 años, ya son importantes las acciones de los otros y es parte relevante del juego impedirlas o dificultarlas, porque de ello dependerá muchas veces que ganen o pierdan. A esta edad los niños tienen un concepto muy rígido de las reglas y piensan que no es posible alterarlas, cambiarlas o jugar de un modo diferente. Entender que mientras todos estén de acuerdo pueden cambiar la forma y las reglas del juego es un proceso complejo que se consigue alrededor de los 10 a 12 años.
Los beneficios de que los niños participen en juegos de reglas son, entre otros:
- Es un proceso socializador que enseña a los niños a ganar y perder, a respetar turnos y normas y a considerar las acciones y opiniones de los demás jugadores.
- Son fundamentales para el desarrollo de distintas habilidades.
- Favorecen el desarrollo del lenguaje, la memoria, el razonamiento, la atención y la reflexión.
Cómo enseñar a los niños que no siguen las reglas del juego
Como padres son muchas las cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a desarrollar esta etapa de forma positiva, a respetar las reglas, a no hacer trampas, a aceptar la derrota y, lo más importante, a divertirse independientemente del resultado del juego. A continuación, algunas recomendaciones para conseguirlo.
- Cuidar lo que decimos y lo que les modelamos
Muchas veces cuando vemos algún partido en la televisión o hablamos de deportistas, sin darnos cuenta, damos un valor excesivamente importante a aquellos que ganan y mandamos el mensaje equivocado a nuestros hijos. En vez de ello, tratemos de dar más valor al esfuerzo, a lo valioso de colaborar en un equipo, al juego limpio, a aquellos que saben aceptar su derrota, a lo emocionante que fue el juego independientemente de que nuestro equipo perdiera, etc.
- Fomentar situaciones de juego en familia, ya sea de mesa o al aire libre donde les modelemos:
1. Que lo más importante de un juego es divertirse, aunque no se gane.
2. Enseñarles la importancia del juego limpio: seguir las reglas sin hacer trampa. Engañar es fácil, pero hace que no se disfrute el triunfo de verdad. Además jugar limpio hace que, aunque se llegue a perder, los demás confíen y crean en ellos y quieran siempre invitarles a jugar.
3. Ponerlo en evidencia si les descubres haciendo trampa: dejarles claro que eso hace que el juego pierda lo divertido y se tenga que empezar de nuevo. Además, es importante mostrarles que alguien que hace trampa no encontrará después compañeros de juego, ya que a nadie le gusta jugar con alguien que engaña.
4. Dejarte ganar algunas veces y hacerles saber lo divertido que fue el juego tanto al perder como al ganar.
5. Resaltar los esfuerzos que realicen por aportar al grupo si se trata de un juego de equipo, o las habilidades que muestren en un juego de mesa, por ejemplo, la buena memoria o su habilidad para tomar decisiones. Es importante que se sientan valiosos y apreciados, aunque el resultado no sea que gane la partida.
6. Dejarles que se frustre: Si tus hijos lloran o deciden abandonar el juego porque han perdido, dales un momento para desahogarse y cuando estén tranquilos motívalos a continuar y a descubrir que, si se van, se perderán un rato divertido y agradable.
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