7 motivos por los que un niño de 8 años sigue con berrinches y qué hacer
Aunque las rabietas son cada vez menos frecuentes, te contamos cómo gestionarlas si ocurre
- Las rabietas de los niños de 8 años son menos frecuentes
- Motivos que hacen que un niño tenga berrinches
- Consejos para gestionar la pataleta de un niño de 8 años
Ahora que nuestro hijo ha llegado a los 8 años y que somos ya unos expertos en el manejo de las rabietas parece que las pataletas finalmente van quedando atrás y que se presentan cada vez con menos frecuencia e intensidad. Sin embargo, existen algunos motivos por los que un niño de 8 años puede seguir teniendo berrinches. A continuación te contamos cuáles son esas causas y qué hacer para gestionar la rabieta.
Las rabietas de los niños de 8 años son menos frecuentes
Es cierto que los niños de 8 años cada vez tienen menos rabietas. Esto es debido a que a esta edad, muchos niños han desarrollado ya varios recursos que le permiten ser más tolerantes ante la frustración. En general esperaríamos que un niño de ocho años:
- Esté desarrollando cada vez mejor la capacidad para comprender las emociones propias y las de los demás.
- Pueda usar el lenguaje como forma de identificación, comprensión y expresión emocional, lo que le puede permitirle tener un mejor manejo de sus emociones. (Si hemos venido trabajando con ellos en esto).
- Haya aumentado su capacidad de autocontrol, regulación y comunicación. Ha ganado mucho en autonomía, ya que son capaces de hacer muchas más cosas ellos solos.
- Le guste participar en actividades individuales y, sobre todo, grupales.
- Las relaciones sociales se vuelvan importantes.
- Empiece a verse influenciado de forma más significativa por los demás y a hacer comparaciones entre ellos y él mismo.
[Leer +: Rabietas de los niños según su edad]
Motivos que hacen que un niño tenga berrinches
Sin embargo, no todos los niños entran en el promedio de lo esperado; sabemos que los tiempos de maduración de cada uno son distintos y que existen otras variables que pueden hacer que nuestro hijo aún no desarrolle esas habilidades esperadas que le ayuden a superar la frustración y el enojo tales como:
1. Carácter o temperamento
Hay niños que tienen un carácter mucho más fuerte, impulsivo o intenso que otros que hace que se les dificulte más el manejo de sus emociones.
2. Estilo de crianza
Un estilo de crianza muy permisivo o muy estricto puede determinar que un niño no se encuentre lo suficientemente equilibrado para desarrollar los avances que se esperarían a nivel emocional a su edad.
3. Eventos que no sabe manejar
Existen situaciones que pueden generar estrés o ansiedad en nuestro hijo y ocasionar que presente problemas en el manejo de sus emociones como: cambio de residencia, una mudanza, separación de los padres, nacimiento de un hermano, fallecimiento de una mascota o un familiar, etc.
4. Pobre manejo del lenguaje
Hay niños que presentan ciertas dificultades para comunicar sus sentimientos y sus deseos, y ello puede generarles frustración y mal humor que les hacen hacer rabietas o berrinches frecuentemente.
5. Dificultades escolares
Si un niño se encuentra atravesando dificultades en el colegio puede acumular emociones que no sabe manejar y se hacen presentes a través de continuos berrinches.
6. Dificultades sociales
Como hemos dicho, el área social se vuelve a esta edad ya muy importante. De forma que un niño que se encuentre experimentando dificultades como rechazo, exclusión, burlas, etc.; puede verse seriamente afectado en el área emocional.
7. Miedos
Algunas situaciones pueden generarles tanto miedo a algunos niños que los llevan a tener reacciones extremas y hacer una espacie de berrinche como resistencia a ir al médico, quedarse solos, apagar la luz, etc.
Consejos para gestionar la pataleta de un niño de 8 años
Algunos consejos de manejo de una pataleta de un niño que tiene 8 años son:
- Darle espacio
Si es posible, darle espacio y tiempo para calmarse antes de tratar de intervenir de otra forma; una vez calmado será posible hablar y buscar alternativas de manejo de aquello que le causa frustración y enojo.
- Hablar tranquilamente con él
Cuando esté calmado, analizar la situación juntos y dejarle claro por qué no fue posible que consiguiera o hiciera aquello que deseaba.
- No ceder por el hecho de que haga una rabieta
Como padres podemos negociar y ceder ante algunos temas si son razonables, pero NO cuando la forma de pedirlo sea a gritos. Nuestro hijo debe entender que esa no es la forma de conseguir lo que desea bajo ninguna circunstancia.
- Prepararlo ante las situaciones que le generan enojo o frustración
A estas alturas sabemos el tipo de circunstancia que puede hacer que nuestro hijo, que ya tiene 8 años, reaccione mal. De modo que hablar con él antes de salir y aclararle el tipo de comportamiento que esperamos de él, puede ser de mucha ayuda.
- Leer libros y ver películas
Leer cuentos o libros sobre las rabietas o ver películas que hablen de emociones puede ayudar mucho a los padres a trabajar con sus hijos explorando las emociones y sentimientos de los personajes y ayudarlos así a lograr identificar sus propias emociones y reacciones, para ser capaz de expresarlos y manejarlos adecuadamente.
Si observas que tu hijo a esta edad continúa presentando eventos de enojo importantes, debes observar y analizar qué cosas los están detonando; descartar si hay alguna situación familiar; acercarte al colegio para revisar si existe algún problema a nivel académico o social y actuar en consecuencia.
Si no es posible determinarlo o manejarlo adecuadamente y este tipo de reacciones como berrinches y rabietas son frecuentes, es necesario buscar la ayuda de un profesional que pueda orientarte en su manejo y determinar si es necesaria alguna intervención especial para ayudar a tu hijo a identificar y manejar sus emociones adecuadamente.
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