Consejos para cambiar e identificar conductas negativas en los niños
La regla de oro para transformar comportamientos negativos de los niños en actitudes positivas
- Cómo ayudar a tus hijos a transformar las conductas negativas en positivas
- Ante una conducta negativa de tu hijo, ¡corrige a tiempo y sé perseverante!
Que nuestros hijos tengan conductas negativas suele estresar, preocupar y desencadenar sentimientos de culpa, enfado, tristeza en ellos y los padres. De ahí la importancia de poner consciencia en adquirir herramientas que nos ayuden a guiar a nuestros pequeños a tener comportamientos que fomenten la paz y tranquilidad en el hogar y el entorno social. En este artículo hablaremos sobre la regla de oro para evitar conductas negativas prolongadas en el tiempo y cómo guiarles para transformarlas en comportamientos positivos.
Cómo ayudar a tus hijos a transformar las conductas negativas en positivas
Solemos clasificar las conductas negativas en los niños como ‘malas’, además de querer evitarlas a toda costa. Es verdad que este tipo de comportamientos prolongados en el tiempo suelen ser nocivas para los niños, el entorno familiar y social. Sin embargo, si las observamos con verdadera atención podremos corregir a tiempo y además diseñar un plan personalizado para incentivar a nuestros hijos a mejorar.
Que los niños expresen sus emociones, aunque esto derive en conductas negativas, es bueno ya que les ayuda a conocerse mejor, a gestionar sus sentimientos y a diferenciar lo bueno de lo malo. Por otro lado, a los padres nos da herramientas para guiarles de la única forma que merecen ser tratados: como ‘personitas únicas y diferentes’. Para aprender algo, inevitablemente has de pasar por la experiencia de no saber y de equivocarte: ¿Cómo aprender a jugar fútbol si no lo intentas y si no te caes?
Para transformar las conductas negativas en positivas hemos de valorar el hecho de que las emociones son energía y que la mejor forma de optimizar esta energía es enfocándola hacia dónde queremos. ¿Cómo lo puedes hacer? ¡Atenta a estos consejos!
1. Observa a tu pequeño todo lo que puedas
Ten en cuenta las expresiones corporales y verbales. Cuando hayas detectado los momentos de conductas negativas y cómo se expresa tu hijo, sabrás el momento en el que debes actuar para acompañarle en la identificación de lo que siente y así dirigir esa energía hacia otro lugar.
2. Identifica lugares o entornos que incentiven las conductas negativas
Esto te dará señales sobre aquello que incomoda a tu hijo y que actúa como posible detonante. Identificarlos es de gran utilidad para incentivar la responsabilidad en los niños y conciencia sobre el entorno.
3. Detecta qué personas potencian las conductas negativas
Observa si tu pequeño cambia de comportamiento con determinadas personas o dependiendo del número de personas. Hacerlo te dará pistas sobre cómo ayudar a tu hijo a desarrollar inteligencia emocional para que pueda conectar mejor con el entorno. Enséñale la importancia de no juzgar y la posibilidad infinita que tiene para elegir qué tipo de persona quiere ser.
[Leer más: Enseñar a los niños a no juzgar ni criticar repercute en su felicidad]
4. Descarta necesidades básicas sin cubrir
Es normal que los pequeños tengan comportamientos negativos si tienen hambre, sueño o están cansados. La observación también te ayuda a detectar estas necesidades que en algunos momentos pueden pasar inadvertidas.
5. Idea el plan de acción personalizado para tu hijo
Ahora que ya sabes los momentos y detonantes que llevan a tus hijos a tener conductas negativas, podrás pensar en las estrategias que utilizarás para ayudar a canalizar esta energía hacia comportamientos que les empodere y les haga más felices. Nadie mejor que tú sabe lo que le gusta a tu pequeño, ahora solo tienes que utilizar tu creatividad para sacarle partido.
Ante una conducta negativa de tu hijo, ¡corrige a tiempo y sé perseverante!
Una vez has explorado las conductas negativas de tus hijos, observándolas, ayudándoles a identificarlas y guiándoles hacia comportamientos positivos, llega el momento de la regla de oro: corregir a tiempo es una de las reglas más valiosas en la educación de nuestros pequeños.
Es importante hacer entender a los niños que no deben tener ciertas conductas y que estará mal tanto si llueve, como si hace sol. Para que los niños tengan buenos comportamientos es imprescindible la coherencia. Si les corriges un día y otro no, ellos no entenderán el concepto y lo seguirán haciendo. Si eres perseverante, evitarás desgastarte con repetidos castigos y enfados con tus hijos.
En algunas ocasiones esta recomendación se puede confundir con falta de flexibilidad. Sin embargo, se trata de tener claro qué tipo de comportamientos no son cuestionables y cuales puedes dejar que los vivencien y experimenten.
Para ello te recomiendo que pienses: ¿Qué valores son incuestionables y por qué? Por ejemplo, 'tengo claro que corregiré y seré perseverante cuando la mala conducta de mi hijo ponga en riesgo la integridad física o psicológica del niño o de los demás’. ¡Observa, ayuda, corrige y guía a tus hijos hacia conductas de amor y paz!
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