Juegos para mejorar la tolerancia a la frustración en los niños
¿Cómo puedes manejar la frustración en tu hijo? ¡A través del juego! Proyecto 12 meses, 12 cuidados para la salud mental
- Juegos para mejorar la tolerancia a la frustración en los niños
- Actividades de trabajo en equipo para manejar la frustración en niños
- Cómo manejar la frustración en tu hijo de manera eficaz
Gracias al proyecto 12 meses, 12 cuidados para la salud mental, te traemos estos juegos para mejorar la tolerancia a la frustración en los niños. Este sentimiento es muy necesario para el desarrollo emocional de tu pequeño, es por ello que entre más puedas apoyar a tu hijo, mejor podrá comportarse ante esa sensación sin sentirse mal. Además de los juegos, encontrarás unos tips eficaces para manejar la frustración de manera correcta.
Juegos para mejorar la tolerancia a la frustración en los niños
La tolerancia a la frustración es una habilidad muy necesaria para el desarrollo emocional de los niños. Aprender a manejarla de manera constructiva ayuda a enfrentar desafíos y a desarrollar la resiliencia. Aquí, algunos juegos y pasatiempos diseñados para mejorar esta habilidad en los niños.
- Rompecabezas y puzzles. Los rompecabezas son excelentes para enseñar a los niños a manejar la frustración. Al enfrentar piezas que no encajan, los niños aprenden a ser persistentes y a buscar soluciones alternativas. Comienza con rompecabezas simples y aumenta la complejidad.
- Juegos de mesa. Juegos como el parchís, el ajedrez, o los juegos de cartas son útiles para enseñar a los niños a esperar su turno, a seguir reglas y a manejar la derrota. Estos juegos llegan a ser frustrantes cuando no se gana, pero también son buenos para aprender a aceptar la derrota con gracia.
- Construcción con bloques. Construir con bloques es una actividad que fomenta la paciencia y la resolución de problemas. Los niños pueden experimentar frustración cuando sus construcciones se caen, pero aprendan a intentarlo de nuevo y a mejorar sus habilidades motoras y de planificación.
- Juegos de estrategia. El 'Jenga' o 'Torre de Hanoi' son excelentes para desarrollar la tolerancia a la frustración. Estos juegos requieren una estrategia cuidadosa y paciencia, ya que cualquier movimiento en falso puede desmoronar el progreso.
Actividades de trabajo en equipo para manejar la frustración en niños
También los juegos de trabajo en equipo son ideales para el manejo de la frustración de los niños, ya que deben tomar en cuenta a otros pequeños y no siempre tienen la misma perspectiva. Aquí las actividades que serán útiles para tu hijo:
- Juegos cooperativos. Los juegos cooperativos, donde todos los jugadores trabajan juntos para alcanzar un objetivo común, ayudan a los niños a manejar la frustración de manera positiva. Juegos como 'Pandemic' o 'Forbidden Island' enseñan a los niños a colaborar, a compartir la responsabilidad y a manejar la frustración.
- Actividades artísticas. El arte y las manualidades son terapéuticos y una excelente manera de enseñar a los niños a manejar la frustración. Pintar, dibujar o hacer esculturas con plastilina permite a los niños expresarse y lidiar con el desafío de perfeccionar sus obras.
- Juegos de rol. Los juegos de rol o dramatizaciones permiten a los niños experimentar situaciones frustrantes en un entorno controlado. Pueden actuar como personajes que enfrentan desafíos y aprender diferentes formas de manejar la frustración.
- Deportes y juegos físicos. Los deportes como el fútbol, el baloncesto o el atletismo enseñan a los niños a manejar la frustración en un entorno competitivo. A través de la práctica, aprenden a aceptar la derrota, a celebrar las victorias con humildad y a trabajar en equipo.
Cómo manejar la frustración en tu hijo de manera eficaz
La frustración es esta emoción que va desde el enfado a la tristeza cuando no conseguimos lo que queremos o algo no sale como habíamos imaginado o esperado. Esta frustración que está tan asentada en la sociedad de hoy en día, es decir, en la sociedad de la inmediatez en la que queremos y tenemos todo ya la tenemos que trabajar con dos conceptos dos aspectos importantísimos: el esfuerzo y el tiempo, o sea, postergar la recompensa.
Vamos en primer lugar con el esfuerzo. El esfuerzo significa que para que un niño quiera o consiga algo tiene que actuar de esta manera: le vamos a poner la pelota en su tejado, y en vez de caer en el pedir, por ejemplo, quiero una chuche, quiero más tiempo de pantalla, quiero ir al parque, quiero jugar con este amigo o quiero irme a la casa de los abuelos, vamos a pasar al 'qué puedo hacer yo para lograr o conseguir esto que yo quiero'.
También le estamos dando la capacidad de negociación, es decir, esta capacidad de 'si yo deseo algo, ¿qué puedo hacer para conseguirlo de esta manera?' Vamos a utilizar el ejemplo de las pantallas: un niño que no tiene acceso a los videojuegos y quiere empezar a jugar sí que puede sentarse con sus padres y decir: 'si yo juego media hora o una hora los sábados a este videojuego, ¿qué puedo hacer? Puedo terminar los deberes antes, puedo ayudar en una tarea doméstica o echar una mano a mi hermano'.
De esta manera, el niño dirá '¿qué puedo hacer yo o qué esfuerzo debo hacer para conseguir algo que me resulta placentero?' En segundo lugar está el tiempo, ya que cuando nosotros nos frustramos es porque queremos a veces algo para 'ya', de manera inminente y a los niños les tenemos que enseñar que las cosas llevan su tiempo que hay que esperar y que la espera es algo maravilloso.
¿Qué podemos hacer, por ejemplo, si un niño quiere ir al cine a ver una película? Podemos fijar una fecha y no tiene que ser ese mismo día o ese mismo viernes, a lo mejor podemos dilatarlo a 15 días y que tenga esa espera si un niño quiere algo material o que lo desea mucho, podemos pedir que lo espere a lo mejor para pedirlo en Navidad a papá Noel o a los Reyes Magos, o pedirlo por su cumpleaños.
La idea es que las cosas tengan un tiempo de demora y que tengan una causa de porqué recibe eso. El esfuerzo y el tiempo son dos aliados para ir tolerando mucho mejor la frustración y por supuesto enfrentarse precisamente a la propia frustración y convivir con ella es lo que va a generar un mayor 'callo' y una mayor independencia de esta emoción.
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Bibliografía
- Garrido-Rojas, L. (2006) Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 38, núm. 3. Fundación Universitaria Konrad Lorenz (ed.) Colombia, pp. 493-507 Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/805/80538304.pdf