Los 3 filtros de Sócrates para que los niños no hablen mal de los demás
La educación emocional y nuestro ejemplo enseñar a nuestros hijos a no difundir falsos rumores
- La fábula de los 3 filtros de Sócrates adaptada a los niños
- Enseñar a los niños a que no hablen mal de los demás
- El ejemplo de los padres para educar a sus hijos
- La importancia de la educación emocional de los niños
- Qué hacen los padres para que los niños no participen en rumores
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Todos queremos que nuestros hijos sean buenos compañeros y capaces de rodearse de buenas amistades que le ayuden en su día a día. Para ello, es importante que les enseñemos a que no hablen mal de los demás ni sean partícipes de expandir rumores o críticas dañinas. Además de tener en cuenta nuestro ejemplo y la educación emocional, la técnica de los 3 filtros de Sócrates nos puede ayudar en este objetivo. ¿Sabes en qué consiste?
La fábula de los 3 filtros de Sócrates adaptada a los niños
¿Alguna vez has oído hablar de los 3 filtros de Sócrates? Cuenta la historia que hubo un día en el que este filósofo griego se encontró a sus alumnos muy nerviosos y agitados, por lo que les preguntó qué les ocurría. Estos respondieron que había escuchado rumores y chismorreos que hablaban mal del propio Sócrates.
Ante esta contestación, el filósofo les pidió que se tranquilizaran y les enseñó esta técnica de los tres filtros por la que debían de pasar todos los mensajes que les llegaran o que ellos mismos transmitieran. Si dicho rumor no superaba estos 3 filtros, no merecía que nadie lo escuchara ni le hiciera caso. Estas tres preguntas son:
1. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decir es cierto?
2. ¿Es algo bueno lo que vas a decir?
3. ¿Será útil lo que vas a decir?
Enséñale a tu hijo estos 3 filtros de Sócrates. Pídele que, antes de decir algo sobre alguien o antes de hablar mal de otro, someta a sus palabras a estas tres preguntas; las tres preguntas del filósofo. Después tendrá que valorar y decidir si expresarlo o no. Si lo que desea decir, no es cierto, ni bueno, ni útil, ¿para qué decirlo? Aprovecha estos filtros para enseñárselos a tu hijo y así estarás dando tus primeros pasos en ser un gran modelo a seguir.
Enseñar a los niños a que no hablen mal de los demás
Además de enseñarles a los niños la técnica de los 3 filtros de Sócrates, no podemos olvidar estas otras cuestiones. Reflexiona sobre ellas y transmíteselas a tus hijos.
- Enseñar a los niños a hablarse a ellos mismos con cariño (para que lo hagan también con el resto)
Hablar de los otros hace que nos fijemos en los errores, fracasos o problemas de los demás. Pero, te invito a reflexionar: ¿Y no es en esto (en los errores y en los que hacemos mal) en lo que nuestro diálogo interior se centra al hablar de nosotros mismos? ¿No solemos machacarnos con aquello que sentimos o podríamos haber hecho mejor?
Seguramente la respuesta será que sí, por lo tanto, es importante que enseñemos a nuestros hijos a tener un diálogo interno protagonizado por el amor a uno mismo. Cuando cambias tu diálogo interior y aprendes a expresar tus emociones y a enfocarte en las cosas buenas y bonitas, acabarás haciendo lo mismo con los demás. De esta forma, dejarás de hablar sobre los demás y ejercer una crítica poco constructiva.
- Cuidado con cómo tu hijo interpreta tus palabras
No olvides que, aunque no lo parezca, nuestros hijos siempre nos están observando y aprendiendo de nosotros. Por ello, los padres debemos tener cuidado de aquello de lo que hablamos cuando los niños nos escuchan. Es por este motivo, por el que debemos evitar hablar mal de otras personas, ya que ellos aprenderán a tener este tipo de lenguaje crítico y dañino hacia otros.
Hablar de los demás puede llevarnos a expresar emociones tan subjetivas que el niño cuando las escuche no sabrá valorar si son o no subjetivas. Por lo tanto, si parece que expresamos envidia, haremos que nuestros hijos sientan envidian. Si expresamos lenguaje negativo para otros, nuestros hijos aprenderán a expresarse así con otros niños.
- Seamos consecuentes
Y por último, hablar de los demás te llevará a que finalmente te califiquen como hipócrita. Debemos enseñar a los niños a ser consecuentes con sus palabras y sus actos.
El ejemplo de los padres para educar a sus hijos
Dentro de nuestro objetivo de enseñar a los niños a que no hablen mal de los demás, debemos tener en cuenta dos importantes pilares: el ejemplo que los padres ofrecemos a nuestros hijos y su educación emocional (la aceptación y gestión de sus emociones y sentimientos).
Porque, tanto si tu hijo ha aprendido más a hablar de los demás que de sí mismo, como si tu hijo sabe expresar sus emociones, hay algo que debes saber: tú has sido su modelo a seguir. Esto nos debe hacer reflexionar a todos los padres lo importante que es nuestro ejemplo a la hora de que los niños aprendan las conductas que son adecuadas y cuáles deben evitar.
Por lo tanto, una vez que los padres hemos tomado conciencia de la situación, vamos a hacer lo posible para cambiar aquellos comportamientos que consideremos inadecuados; porque no depende de nadie más que de uno mismo que nuestros hijos aprendan a expresar sus sentimientos y hagan menos críticas de los demás. Tanto lo uno, como lo otro, es esencial para que los niños aprendan a construir relaciones sanas con sus amigos y el resto de personas con las que comparte día a día.
La importancia de la educación emocional de los niños
Si quieres que tu hijo aprenda a partir de ahora a expresar más sus emociones y sentimientos mientras se aleja del hábito de hablar de los demás, puedes tener en cuenta lo siguiente:
- Acepta las emociones de tus hijos sin criticarlos ni juzgarlos.
- No te rías ni hagas burla de sus emociones y sentimientos. Aunque para ti pueda ser una tontería (por ejemplo, que estén triste porque se les ha doblado el folio en el que iban a dibujar) para ellos, es lo más importante que les está sucediendo en ese momento. Y, por ello, tenemos que validar sus emociones.
- Ayúdale a que se exprese literalmente, usando el lenguaje emocional adecuado.
- Escucha atentamente. Fuera distracciones.
- Recuerda la empatía, ponerse en su lugar durante esa muestra de sentimientos.
- Enséñale a usar los verbos emocionales (siento, noto, percibo…).
- Utiliza el humor con amor.
Qué hacen los padres para que los niños no participen en rumores
Como hemos dicho antes tú, como madre o padres, eres el modelo a seguir por tu hijo o hija. Por ello, practica lo siguiente:
- Habla de tus emociones siempre que puedas, y hazlo en primera persona: 'Me siento...'. Expresa un sentimiento cada vez que quieras hablar, no acumules sentimientos o no te expresarás específicamente.
- Sé específico con tus emociones. Por ejemplo, no digas a tus hijos 'Estoy bien'; sustitúyelo por 'Me siento alegre, me siento agradecido, me estoy irritando...'.
- Enseña a tus hijos el lenguaje emocional, para ello usa juegos de emociones, cuentos o poemas para que aprendan a expresarse no solo con las emociones básicas (alegría, tristeza, sorpresa, ira, miedo o asco) sino con un mundo emocional más extenso.
- Si es posible, puedes crear en casa un lugar para expresar emociones, así cualquier miembro de la familia podrá ir a ese lugar y los demás sabrán que ese momento es para expresarse emocionalmente.
- También es recomendable crear un diario de emociones. Escoge una libreta, ponla en casa en un lugar a la vista y cada uno de los miembros de la familia, lo usará para expresar emociones. Imagina que mamá estará todo el día fuera, pues puede dejar un mensaje a cada miembro de la familia donde le puede desear un feliz día o expresar que les echará de menos o cualquier otro mensaje que ayude a expresar sentimientos.
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