Niños inconformes y exigentes que nunca están satisfechos del todo
Cómo educar a tus hijos para que no sean niños insatisfechos
- Reconocer a un niño inconforme o exigente que nunca está satisfecho
- Lo que NO debes hacer para fomentar esta conducta en tus hijos
- Esto SÍ evita que los niños sientan insatisfacción continuamente
En nuestros tiempos, donde hay cada vez más estímulos, más opciones de todo, más tecnología, más programas de televisión, más series, más videojuegos, más juguetes, más de todo, parece paradójico, pero es cada vez más frecuente encontrarnos con niños inconformes, que nunca están satisfechos del todo y que cada vez son más exigentes en los diferentes entornos en los que se desenvuelven.
Reconocer a un niño inconforme o exigente que nunca está satisfecho
A continuación, algunas características que pueden presentar los niños que entran en este grupo:
- Parecen nunca estar satisfechos con nada
Si tienen un videojuego nuevo, ya están deseando el que va a salir después, si piden algo en un restaurante se arrepienten y piensan que debían haber elegido lo que pidió alguien más y no lo disfrutan, si reciben un regalo muestran poco entusiasmo y así parecen estar eternamente insatisfechos en todos los contextos.
- Son excesivamente críticos
Se las arreglan para ver lo negativo y encontrar defectos en todo.
- Se aburren pronto
No importa de qué actividad se trate, después de un rato están queriendo hacer algo más porque dicen que se han aburrido.
- Se comparan continuamente
Están permanentemente midiéndose contra los demás y deseando lo que otros tienen, aunque para cuando lo consiguen, ya han descubierto algo más que no tienen y así se mueven en un ciclo de deseo permanente.
- Tienen baja tolerancia a la frustración
Si no reciben lo que esperan pronto o si algo no sale como esperan, les cuesta manejar su enojo y frustración. No podemos olvidar, tal y como se señala en el trabajo de investigación 'Aprender a tolerar la frustración en el segundo ciclo de Educación Infantil' de Gemma Viaplana para la Universidad Internacional de La Rioja, la frustración surge cuando se busca un objetivo que queda bloqueado por algún motivo. Esto provoca una emoción desagradable, que todos hemos sentido en algún momento, y que debemos aprender a gestionar desde la infancia.
- Muestran poca empatía
Normalmente les cuesta considerar el punto de vista de los demás y ponerse en el lugar del otro.
¿Y qué podemos hacer para evitar que los niños lleguen a convertirse en permanentes inconformes e insatisfechos? A continuación vamos a revisar 13 claves con lo que sí y lo que no debemos hacer para gestionar esta situación con nuestros hijos e hijas.
Lo que NO debes hacer para fomentar esta conducta en tus hijos
Ninguno padre desea que su hijo llegue a ese nivel de insatisfacción y muestre esos comportamientos; sin embargo, este tipo de conductas son el resultado de pequeñas acciones o falta de límites que sin querer se van tejiendo a través de los primeros años y para cuando es evidente es muy difícil ya manejar la situación. Debemos recordar que la personalidad de los niños, es en gran medida resultado de lo que viven.
A continuación, algunos consejos para evitar o frenar esta situación. Esto es lo que NO debemos hacer desde que son muy pequeños:
1. Acceder a todos sus deseos, aunque tengamos muchas ganas de complacerles.
2. Llenarlos de regalos y de lo más nuevo antes de que si quiera lo pidan o de que hayan disfrutado algo el tiempo suficiente.
3. Dejar pasar los berrinches y las rabietas sin hablar de ello o poner consecuencias.
4. Dejarlo siempre decidir a él sin tomar en cuenta las opiniones de los demás.
5. Fomentar la competencia con sus compañeros a cualquier nivel.
Esto SÍ evita que los niños sientan insatisfacción continuamente
Sin embargo, estas son algunas de las claves que SÍ debemos tener en cuenta desde que los niños son muy pequeños:
6. Dejarlos frustrarse a veces, a pesar de que reaccionen mal; solo probando lo que es tener un deseo incumplido podrán hacerse más tolerantes a la frustración.
7. Dejar que se esfuercen por conseguir las cosas que desean, ayudándoles a establecer metas y a entender que algunas cosas llegan solo después de haberse esforzado por ellas.
8. Ayudarles a encontrar satisfacción en las cosas pequeñas, a usar la imaginación, a jugar con cosas sencillas, a disfrutar aquello que no cuesta nada.
9. Permitir que saquen el mayor provecho de un juguete o de una experiencia antes de ofrecerles la siguiente.
10. Enseñarles a aceptar que no siempre las cosas son parejas y que en ocasiones pueden recibir menos que los demás y eso está bien y no pasa nada.
[Leer +: El sentido de la justicia de los niños]
11. Ayudarles a sentirse seguros de ellos mismos y a no compararse continuamente con los demás; enseñarles a apreciar lo que son, lo que tienen y lo que les rodea.
12. Dejarles claro que la competencia es con ellos mismos siempre.
13. Modelar con el ejemplo. No podemos pretender que sean flexibles y adaptables si nosotros nos ponemos exigentes y hacemos escenas de enojo constantes cuando las cosas no nos salen como esperamos.
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