Rabietas de los niños de siete años - Cómo entenderlas y acompañarlas

¿Cómo podemos los padres calmar las rabietas de nuestro hijo de siete años? ¿De qué modo podemos acompañarle al gestionar los berrinches sin rabia? Este tipo de conductas que tienen los niños a los 7 años, pero también durante el resto de su infancia son un tema constante de interés para los padres, ya que siempre estamos pensando en la mejor forma de ayudarles a que entiendan estas emociones.

Los niños van creciendo y, por lo tanto, las razones de sus pataletas y frustraciones van cambiando. Es por eso por lo que nuestra forma de acompañarlos también debe ser un poco diferente a lo que hacíamos antes. ¡Sigue leyendo para saber cómo actuar en esta nueva etapa de tu niño!

Cómo cambian las rabietas en los niños de siete años

Un niño de siete años, por mucho que entienda las cosas y por muy desarrollada que esté ya su capacidad intelectual (párate un segundo a pensar en todo lo que ha aprendido tu pequeño en los últimos meses) no quiere decir que sepa manejar bien sus emociones; especialmente su rabia, su ira, su frustración o sus enojos.

Y, como tiene más fuerza, más temperamento, más recursos del lenguaje, más práctica en eso de negociar y pelear por lo que quiere, a ti, como padre o madre, te da la impresión de que esas rabietas tienen un matiz diferente a las de antes.

Los niños cambian, evolucionan, crecen, se hacen mayores, por eso, los berrinches que presentan en esta nueva etapa también pueden ser distintos. Lo que queremos decirte con esto es que tu modo de acompañarle también debe ser algo diferente. Es momento de plantearse cuáles son las necesidades de un niño de 7 años y cómo podemos ayudarle a gestionar cómo se siente en un momento de explosión emocional.

Educación emocional: emociones de los niños y niñas de 7 años

A esta edad, los niños saben gestionar sus emociones mucho mejor; saben incluso ponerles nombres y más de una vez se animan a compartir contigo cómo están: 'me siento triste', 'estoy enfadado porque pensaba que iba a sacar más nota', 'me siento feliz de haber salido a cenar en familia'...

Con todo y con eso, todavía les queda un largo camino por andar hasta llegar a la meta de convertirse en expertos en inteligencia emocional y, sobre todo, en no dejarlas salir en forma de torbellino. Hasta que llegue ese preciado momento, todo depende del pequeño y de su grado de madurez; todavía quedará más de un berrinche y más de dos.

Sí que es cierto que las rabietas se distancian más en el tiempo, tardan menos en desaparecer, antes los niños podían estar más de una hora 'en bucle' y ahora en unos minutos se habrán calmado, pero como su lenguaje es más rico, también puede que haya más frases desafortunadas y poco apropiadas por parte de tu hijo o hija.

¿Por qué tu hijo de 7 años aún tiene pataletas?

Casi todos los niños y niñas tienen rabietas, lo que sucede es que a unos les duran más que a otros, para unos son más intensos que para otros. ¿Cuáles son los motivos?

- Un temperamento fuerte que con el paso del tiempo y con ayuda de sus padres (recuerda que eres un ejemplo para él) tendrá que saber controlar.

- Momentos de tensión o ansiedad que no sabe cómo manejar. Por ejemplo, nervios ante situaciones concretas como el examen del día siguiente o empezar en un colegio nuevo.

- Cambios importantes como la llegada un hermano a la familia.

- El mal manejo de los límites, puede que no conozca o no tenga bien claro cuáles son los límites y las normas de convivencia por las que os regís en casa.

- Problemas emocionales ante acontecimientos como la separación de los padres o la enfermedad o pérdida de un familiar.

- El cansancio, el estrés y las prisas por ir al colegio todos los días, quedarse en la actividad extraescolar, volver a casa, hacer los deberes y no tener apenas tiempo para jugar, desconectar o simplemente no hacer nada.

Entender y acompañar los berrinches de los niños de siete años

Si te has preguntado alguna vez de qué modo podrías acompañar a tu niño de siete años para que aprenda a controlar sus rabietas, qué podrías hacer para que se sienta mejor y, muy importante también, cómo o qué hacer para evitar que el mal humor se te pegue, algo que no es sencillo cuando tu hijo grita, desafía o golpea cosas, es que ya has dado el primer paso.

1. Sé un buen modelo
Si tú reaccionas mal ante la frustración, ¿cómo iba él a ser más maduro? Si notas que la situación te supera, mejor apartarse un momento que acabar perdiendo los nervios.

2. Encuentra el motivo de su enfado
¿Qué es lo que hace que se sienta así? ¿Se puede negociar? ¿Puedes ayudarle de alguna forma? ¿Te puedes anticipar a la situación? Las normas están para cumplirse, pero, según de qué se trate, se puede dialogar para llegar a un consenso. Enseñar a los niños de siete años a negociar es un muy útil.

3. No cedas cuando no tienes que hacerlo
Una cosa es negociar y dialogar y otra muy distinta es ceder a los caprichos solo por evitar una situación de conflicto en casa, en el supermercado o donde pille la rabieta. En importante y necesario que tu hijo vea que puede hablar contigo pero que a la vez te muestras firme cuando tienes que serlo. Puede que ahora no lo vea así, pero todos esos límites son por su bien.

4. Evita discutir con tu hijo en un momento de rabieta
Da igual que tus argumentos sean los mejores del mundo, si se los das cuando está en pleno berrinche ten por seguro que no escuchará ni una sola palabra, al contrario, a su parecer, le estarás 'echando la charla' cuando en verdad necesita un abrazo o un poco de espacio (depende del niño).

5. Cuando haya pasado todo, hazle preguntas cortas
Tu hijo de 7 años, igual que cuando era más pequeño, necesita saber que estás ahí; que, aunque no apruebes su conducta, le quieres y le apoyas. Por este motivo, las preguntas cortas '¿estás mejor?', '¿en qué momento crees que te has empezado a enfadar?', '¿qué crees que podemos hacer la próxima vez para evitar esto?' pueden ser de gran utilidad tanto para el niño como para ti.

Fomenta una buena comunicación, mantén la calma, muestra siempre a tu hijo amor incondicional y verás como todo se soluciona.

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