Bebé de un mes. Desarrollo del bebé mes a mes
El bebé recién nacido en su primer mes de vida - Desarrollo físico, lenguaje, sueño, alimentación, cuidados...
- El físico del bebé en su primer mes de vida
- Los sentidos del bebé en su primer mes de vida
- Los reflejos del bebé durante el primer mes
- El lenguaje y la comunicación del bebé con un mes
- El sueño del bebé de un mes
- La alimentación del bebé en su primer mes de vida
- El vínculo materno con el bebé recién nacido
- Otros aspectos que debes tener en cuenta para el cuidado y bienestar del bebé de un mes
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¡Tu bebé ya está contigo! Seguramente tenías unas ganas enormes de ver su carita, de sentir su corazón latir junto al tuyo, de poder acariciarle y abrazarle... Comienza ahora la que podríamos denominar como la mejor aventura de tu vida y, aunque no hay un itinerario cerrado, sí que podemos darte unas pistas sobre cómo discurrirá el primer mes de vida de tu bebé. ¿Cómo es el desarrollo del bebé en este primer mes?
El físico del bebé en su primer mes de vida
Durante el primer mes de vida del bebé, su principal necesidad consiste en establecer un ritmo respiratorio regular y constante y dominar funciones como el llanto, el estornudo, la tos, el bostezo y todo aquello que le pueda suponer un esfuerzo al pequeño. Los cinco sentidos del bebé en su primer mes de vida se encuentran preparados para recibir estímulos y procesar informaciones básicas, que más tarde se irán desarrollando.
La cabeza del bebé es grande y pesa mucho y carece de fuerza en el cuello, así que tendrás que sujetarla con mucho mimo. Se está todavía formando, así que deberás tener ciertos cuidados para que tu hijo no sufra ningún tipo de malformación o la aparición de plagiocefalia, una deformidad del cráneo en los niños. A la hora de meterlo en la cuna, intenta que su cabeza mire hacia el lado derecho y, en otras ocasiones, hacia el lado izquierdo, y que no pase mucho tiempo en la misma postura.
Además, el bebé consigue mover sus pies y manos. Si te fijas, desde sus primeros días es capaz de flexionar las piernas y los brazos hacia sí mismo, aunque lo haga de manera inconsciente. El bebé de un mes ejercita sus reflejos. Consigue agarrar los dedos de sus padres e incluso tirar de ellos y abre y cierra los ojos cuando algo le molesta, por ejemplo, la luz del sol. Y, quizás lo más bonito, con un mes el niño ya empieza a regalarle a los padres su primera sonrisa. ¿No es maravilloso?
Los sentidos del bebé en su primer mes de vida
Aunque, al principio, el bebé no conoce bien su cuerpo y sus sentidos no están del todo desarrollados, el recién nacido se relaciona desde muy pronto con el mundo exterior. En esta etapa, el bebé todavía no ve con nitidez. Apenas consigue ver sombras a una corta distancia de medio metro. Los primeros colores que comenzará a distinguir serán el blanco, el rojo y el negro.
En los primeros días de vida, el niño todavía no es capaz de fijar la mirada y, por eso, lo que más le llama la atención es el contorno de los ojos y el movimiento de la boca de las personas que le rodean. Le gusta que acaparen su curiosidad con juguetes que tengan luces y sonidos, ya que le divierte. Pero mucho cuidado, porque pueden provocar un efecto inverso en el niño y sobreestimularle demasiado.
También verás que intenta comunicarse contigo a través de la boca y que, al abrirla y cerrarla, parece que quisiera hablar, pero para esto queda todavía mucho.
En cuanto al sentido del oído, el bebé de un mes es capaz de percibir prácticamente todos los sonidos, aunque le llegan como si fueran una especie de eco, ya que todavía no puede detectar la fuente o el origen. La exposición a los diferentes sonidos creará un mapa cerebral en su memoria (mapa tonotópico) que se irá perfeccionando a lo largo de los meses y hasta alcanzar los tres años de edad aproximadamente.
Si se inquieta, intenta tranquilizarle hablándole con cariño y dándole muchos mimos. Es necesario que el niño sienta afecto y protección, pues esto le dará la seguridad que ya tenía en el interior del útero de la madre. También puedes cantarle nanas para que se relaje, duerma mejor, mejore su estado de ánimo, le permita adquirir nuevas habilidades motoras y os ayude a fortalecer ese vínculo que madre y bebé crearon dentro el útero materno.
Los reflejos del bebé durante el primer mes
¿Cuáles son los reflejos que se desarrollan en el bebé durante su primer mes de vida? A continuación, citamos los más importantes:
- Reflejo de búsqueda
Si acaricias la mejilla del bebé con un dedo, la tetina o el pezón notarás como gira levemente su cabecita en esa dirección mientras abre la boca. Se trata de un reflejo básico que le ayuda a detectar el pecho o el biberón fácilmente para, de esta manera, poder comer y alimentarse.
- Reflejo de succión
Una vez que la tetina del biberón o el pezón toquen sus labios, el bebé comenzará a succionar. Es otro de los instintos básicos. Además, es habitual que los recién nacidos se lleven las manos o los dedos a la boca para chuparlos.
- Reflejo de sobresalto
El bebé todavía no dispone de lenguaje verbal para comunicarse, por eso, expresa sus emociones mediante la comunicación no verbal. Ante un movimiento brusco o ante un sonido fuerte, el pequeño reaccionará llorando o pegando patadas rápidas (como ya hacía en el vientre de mamá antes de nacer).
- Reflejo de presión
Es uno de los reflejos que más llama la atención de los bebés. Cuando colocas un dedo en la palma de su mano o en la planta de sus pies y el pequeño cierra el puño y lo agarra con todas sus fuerzas. ¡Y menuda fuerza!
Aunque a priori no te lo parezca, estos reflejos son muy importantes ya que determinan que la actividad cerebral y neurológica del recién nacido se está desarrollando con normalidad.
[Leer más: Los reflejos primarios y secundarios del bebé]
El lenguaje y la comunicación del bebé con un mes
Tendrás que esperar todavía bastante tiempo para que oigas a tu bebé decir sus primeras palabras, pero eso no quiere decir que no te puedas comunicar con él. Además de utilizar el llanto para expresar sus emociones y deseos, el bebé de un mes ya es capaz de emitir algunos pequeños sonidos, sobre todo, sonidos guturales muy similares a los de las vocales.
Lo más llamativo es su capacidad de comprensión. La voz y el rostro de su mamá es lo que más atrae su atención y, ante su presencia, es probable que se mueva, que sonría, que abra mucho los ojos o que cese el llanto.
[Leer más: El lenguaje del bebé de 0 a 2 meses - Comunicación del recién nacido]
El sueño del bebé de un mes
La teoría nos dice que, durante el primer mes, el bebé apenas está despierto. Se supone que se pasa durmiendo casi todo el día y que solo se levanta durante cortos períodos para comer, pero no siempre es así y esto es algo que desespera a los padres y que añade más estrés al día a día.
Dentro del útero materno, el niño solía dormir por el día (se cree que es porque la madre tiene más actividad y ese movimiento hace que el bebé concilie mejor el sueño) mientras que por la noche permanecía despierto y es por ello el momento cuando se notaban más las patadas.
Ahora fuera, el recién nacido tiene que regular sus ciclos de sueño y, para ello, te recomendamos que, si duerme por el día, lo haga con la luz solar, que no cierres cortinas ni bajes persianas y que hagas 'el ruido' que corresponda con ese momento. En cambio, por la noche crea un ambiente relajado como el que tú utilizas para dormirte.
Para que te hagas una idea (pero recuerda que son datos) suelen dormir mucho, de 16 a 20 horas al día. En las primeras semanas, su sueño diurno suele interrumpirse a intervalos de 2 o 3 horas para sus tomas de leche, a medida que el bebé vaya creciendo también aumentará el espacio de tiempo entre las tomas.
La respiración del bebé de 1 mes es algo ruidosa e irregular y, sobre todo, muy diferente a la de los adultos, ¡parecerán como unos pajaritos! Para que te hagas a la idea y lo entiendas: los mayores emitimos 20 respiraciones al minuto y los niños entre 40 y 60, de ahí que los padres se asusten. ¿A que parece que su pecho se mueve constantemente y que se le va a salir el corazón? ¡Eso es porque su cuerpo tiene poca grasa y los movimientos se notan más!
Ante todo, en lo referente al sueño del bebé, ten en cuenta que este debe adaptarse a un nuevo entorno desconocido para él y que es totalmente normal que se muestre intranquilo en algunos momentos. Como madre o padre, intenta crear un espacio tranquilo y relajado para que el bebé descanse e intenta aprovechar esos momentos (en la medida de lo posible) para descansar tú también y recuperar fuerzas.
La alimentación del bebé en su primer mes de vida
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna como único alimento para el bebé durante los seis primeros meses de vida y, si se puede, una vez que se realiza la introducción de la alimentación complementaria y de los sólidos, continuar con el amamantamiento hasta que el pequeño cumpla los dos años.
En cualquier caso, si la madre no puede dar el pecho al recién nacido por la circunstancia que sea, el niño puede alimentarse con biberón a través de la leche de fórmula. Si es así, te aconsejamos que te informes bien sobre el mejor tipo de leche: leche de soja, para bebés prematuros, de vaca (se recomienda a partir del año de vida), para los intolerantes a la lactosa...
Tanto si el bebé es alimentado con lactancia materna como con lactancia artificial, no es necesario administrar ningún suplemento, salvo indicación médica, teniendo en cuenta también el lugar del nacimiento del bebé (en países con poca luz, quizás se le sugiera un refuerzo de alguna vitamina). De ahí que sea muy importante acudir a las distintas revisiones pediátricas para que el especialista controle el peso y la talla del bebé y verifique que son los apropiados a su edad.
Según el informe 'Guía práctica para padres. Desde el nacimiento hasta los tres años', elaborado por la Asociación Española de Pediatría, 'durante los tres primeros meses de vida, el bebé ganará unos 900 gramos al mes y crecerá aproximadamente 3,5 cm mensuales'.
El vínculo materno con el bebé recién nacido
Según pasen los días, la conexión entre tu bebé y tú irá en aumento y solo con mirarle a la cara sabrás qué es lo que le ocurre. Le encanta que le cojan en brazos y le acunen. Paséale por los distintos rincones de la casa y que escuche distintos sonidos. Que el niño se vaya familiarizando con su hogar y con los distintos ruiditos que escuchará todos los días es muy importante.
Y que nadie te diga que el niño se malacostumbra cuando está en tus brazos, ¡es mentira! Si le dejas llorar en lugar de tenerlo cerquita de ti lo único que conseguirás es crear en él ansiedad, desconfianza y que desarrolle una falta de autoestima.
El bebé reconocerá a su mamá por su olor y le encantará estar en sus brazos para escuchar los latidos de su corazón, de esta manera se siente protegido. ¿Sabes lo que puedes hacer para que te note a su lado, por ejemplo, cuando tú te estés duchando? Ponerte una mantita de tela sobre ti durante un rato largo y, después, dejarla cerquita de él. No será lo mismo, pero se relajará durante un tiempo.
El bebé descubre, en esa etapa, que el llanto es su único y, por lo tanto, su mejor recurso para conseguir atención. Todos los llantos del bebé serán distintos y se producirán por un motivo concreto. Con el tiempo aprenderás a identificarlos, pero esta pequeña guía te puede ayudar: neh-hambre, owh-sueño, eh-ganas de eruptar, eairh-cólicos o gases y, por último, heh-calor o pañal sucio.
Otros aspectos que debes tener en cuenta para el cuidado y bienestar del bebé de un mes
- Un cuadro bastante frecuente que afecta, según la Asociación Española de Pediatría, a 1 de cada 4 niños en sus primeros meses de vida son los llamados cólicos del lactante. Se tratan de episodios repetidos de llanto intenso y desesperado aparentemente inexplicables. Este trastorno preocupa mucho a los padres, sin embargo, son inocuos, no tienen trascendencia médica y suelen desaparecer espontáneamente, por lo general, antes de los tres meses.
- Seguro que, con el paso de los días, habéis perfeccionado la técnica de bañar a vuestro bebé, pero ten en cuenta que siempre debes hacerlo en un ambiente cálido, con agua tibia y tener a mano la toalla, el pañal y su ropita para secarle y vestirle lo antes posible.
- Aunque el vínculo con la mamá es muy muy intenso, no se puede perder de vista el papel del padre en estas primeras semanas de vida del bebé (y en todo su desarrollo). Es posible que el papá se sienta en ocasiones excluido de la relación mágica entre el bebé y la madre (y que sienta algunos celos), por eso hay que involucrarle en su crianza y cuidados (dejando que le bañe, que le cambie el pañal o que le dé el biberón en el caso de que se haya optado por la lactancia artificial). De esta forma, el bebé crecerá con un apego seguro hacia sus dos figuras de referencia.
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Bibliografía
- Asociación Española de Pediatría (AEP). (2013). Guía práctica para padres desde el nacimiento hasta los 3 años. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/sites/enfamilia.aeped.es/files/guia_practica_padres_aep_1.pdf
- Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME). (2015). Cuidados de las criaturas en los primeros meses de vida. Disponible en: https://www.federacion-matronas.org/wp-content/uploads/2018/01/criaturas.pdf
- Sánchez Pérez, C. Rivera González, R. Correa Ramírez, A. (2015). Et al. El desarrollo del niño hasta los 12 meses. Orientaciones al pediatra para su vigilancia con la familia. Acta Pediatr Mex, 36, pp. 480-496. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2015/apm156h.pdf