El mal humor de los padres afecta al desarrollo de los hijos
Razones por las que debemos evitar el mal humor a la hora de educar a los niños
- De qué forma el mal humor de los padres perjudica a los niños
- Por qué es bueno que los padres se involucren más en la educación de los hijos desde el pensamiento positivo
Puede que tengas un mal día y estés enfadado, o que un recuerdo del pasado te haga estar más triste y melancólico de lo normal. Puede que sientas frustración y todo lo veas negro o que un día no tengas ganas de hablar con nadie. El estrés, las vivencias del día a día, nos afectan, y no podemos evitar estar de mal humor en algunas ocasiones. Pero... ¿qué sucede si es algo habitual? ¿Qué ocurre cuando parece que siempre estamos de mal humor?
La ciencia acaba de demostrar que el mal humor de los padres afecta al desarrollo de los hijos. Te explicamos hasta qué punto.
De qué forma el mal humor de los padres perjudica a los niños
Lo que nos dice la ciencia, lo podría decir el sentido común. Es obvio: si tu pareja está de mal humor... ¿no te afecta? Lo mismo ocurre con los hijos. Si sus padres están de mal humor y se muestran constantemente 'enfadados con el mundo', esto también les afectará a ellos.
La ciencia sin embargo va más allá, e insiste en lo terrible que puede llegar a ser para los niños tener unos padres con constante mal humor. Es decir, los típicos padres 'gruñones'.
Todo esto surge a raíz de una investigación de psicólogos de la universidad de Míchigan (Estados Unidos). Su estudio (basado en el seguimiento de más de 700 familias a lo largo de varios años) demostró que los diferentes estados emocionales de los padres afectan directamente al desarrollo emocional y cognitivo de los hijos. Sobre todo, se descubrió que es el padre en concreto quien más afecta al desarrollo emocional de los hijos. Y aunque los estados emocionales de la madre también influyen, las conclusiones fueron claras con el peso del 'poder' que ejercen los padres.
Pero... ¿en qué medida? ¿Qué les puede suceder a los niños con padres especialmente malhumorados? Los investigadores descubrieron mediante su análisis de seguimiento, que los niños con padres que siempre están de mal humor, bien sea por estrés o por depresión, pueden presentar a la larga todos estos problemas:
- Alteraciones en los niveles de desarrollo.
- Baja autoestima e inseguridad.
- Más estrés y angustia.
- Problemas de habilidades sociales. Dificultad para relacionarse con otros niños.
- Una mayor probabilidad de sufrir depresión.
- Mayores problemas para controlar sus emociones.
- Mayor posibilidad de desarrollar conductas agresivas.
Además, el estudio señaló una 'edad clave' en los niños, una edad en la que ese 'malhumor' de los padres les afecta de forma especial: entre los 2 y los 3 años. A esta edad, los niños comienzan a interiorizan normas y límites, investigan cómo librarse de ellos, analizan el comportamiento de sus padres... Y captan a la perfección el estado emocional de sus progenitores. Todo les afecta más. Digamos que los 2 años viene a ser un reflejo (a baja escala) del periodo de adolescencia, al ser un momento de cambios y búsquedas y crecimiento personal (maduración). Por eso, el mal humor de los padres, a esta edad, afecta más (sobre todo al desarrollo del lenguaje y de la inteligencia).
Por qué es bueno que los padres se involucren más en la educación de los hijos desde el pensamiento positivo
Cuando los padres (además de la madre) se involucran en la educación de sus hijos, y lo hacen no desde el mal humor, sino desde el positivismo, los hijos se desarrollan de forma mucho más favorable. El mismo estudio que indica que debemos erradicar el mal humor de nuestro hogar, nos ofrece como incentivo todas estas ventajas. Si los padres se involucran en la educación de los hijos desde el buen humor, conseguiremos que nuestros hijos desarrollen todas estas habilidades:
- Serán más estables desde el punto de vista emocional. Ganarán en inteligencia emocional.
- Tendrán mejores resultados en el colegio.
- Desarrollarán mayores habilidades sociales.
- Serán menos agresivos y mostrarán un carácter más sociable.
Está claro que la forma de crianza es fundamental en la formación del carácter y personalidad de los hijos. Y padres y madres deberían saber que la forma con la que ellos ven la vida va a ser crucial en el desarrollo emocional y cognitivo de sus hijos. De ahí que los expertos insistan tanto en el pensamiento positivo para educar a los hijos.
Recuerda: dificultades encontraremos siempre, y obstáculos, y momentos 'de bajón anímico'. Puedes darte la vuelta, hundirte y demostrar a tu hijo que hay que tirar la toalla o enfrentarte a los problemas desde el optimismo (aunque al final no se consigan superar). Tu hijo entenderá que en la vida siempre hay que intentarlo todo, porque a veces se gana... y vale la pena intentarlo.
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