4 claves para lograr la inclusión real de todos los niños en el aula
¿Cuál es la diferencia entra la integración y la inclusión y cómo podemos fomentarlas entre los alumnos?
- La inclusión en el aula no es lo mismo que la integración
- 4 herramientas para conseguir la inclusión real de los niños
- Una última reflexión sobre nuestros centros escolares
Nos encontramos en pleno siglo XXI, y podemos decir que la educación ha avanzado mucho en las últimas décadas en cuestión de Alumnado Con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (ACNEAE). En los dos últimos siglos hemos pasado por cuatro estados: exclusión, segregación, integración e inclusión. Nos vamos a centrar en las dos últimas: integración e inclusión. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿hemos logrado la inclusión real de todos los niños en las aulas?
La inclusión en el aula no es lo mismo que la integración
Antes de plantearse esta u otras cuestiones, es importante entender la diferencia entre integración e inclusión:
- ¿Qué es la integración?
En el caso de Alumnos Con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (ACNEAE), integración es una metodología para incorporar a los niños en el sistema educativo ordinario. Pero no solo en el centro, sino también en sus aulas. Es decir, que en las diferentes clases de nuestros centros educativos participen tanto alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE) como no, formen parte plenamente de las actividades que se desarrollen en el aula.
En determinadas áreas, los maestros adaptan los contenidos, explicándoles conceptos o dándoles la sesión correspondiente, bien sacando a los niños de la clase o entrando los especialistas en el aula.
- ¿Qué es la inclusión?
Inclusión es cuando a los niños con cualquier tipo de dificultad se les incluye en la rutina de su clase y aprenden los mismos contenidos a la vez que todos sus compañeros. La educación inclusiva se basa en que los programas educativos son los que se tienen que adaptar a las características de cada niño, y no los niños a estos. Esto significa poder recibir todos los soportes necesarios para que todos los alumnos sean capaces de participar plenamente en el día a día de los centros, favoreciendo la presencia y participación en ellos.
La educación inclusiva es la mejor forma que un alumno con Necesidades Educativas Especiales tiene para aprender y beneficiarse, a su vez, de estar en sociedad. De esta manera, los demás niños conocen y entienden cómo son las personas con discapacidad, la que sea, y esto no es otra cosa que aprender en diversidad.
Una vez entendemos la diferencia entre estos dos conceptos, podemos preguntarnos si en los centros escolares existe verdaderamente la inclusión. Si nos centramos en los colegios españoles, que son los que yo más conozco, hay que destacar una respuesta negativa. Y es que, aunque hemos avanzado mucho, aún nos quedan muchas cosas por aprender. ¿Qué herramientas podemos utilizar para llegar a la inclusión real en las aulas?
4 herramientas para conseguir la inclusión real de los niños
1. Cambiar la metodologíaMientras que el mundo está cambiando de una forma vertiginosa, la educación se está quedando anclada en el pasado. La metodología que se aplica es del siglo XIX, los profesores del XX y los niños del XXI. Hay que dar un giro de 180º a la educación infantil: enseñar por proyectos, fuera los libros y también las tabletas.
2. No 'primarizar' la educación infantil
Exigimos que los niños de educación infantil aprendan a leer y a escribir, pero puede ser que muchos no estén preparados para ello, y esto no significa que tengan ninguna dificultad; que ojo, todas las tenemos.
Cabe recordar que, por ejemplo en España, los dos primeros ciclos de infantil no son etapas obligatorias, cosa que olvidan tanto las familias como los maestros. Esto provoca que a los niños que entren directamente en primaria les tengan que hacer una adaptación curricular.
3. Mejorar la transición de infantil a primaria
El cambio de la educación infantil a la primaria es cada vez más nulo. Estamos educando a niños cada vez más independientes, con menos creatividad, con poca iniciativa y sin ningún tipo de opción a equivocarse. En cambio, todos saben leer y escribir a los 5 años, ¿paradójico, no creen?
En cambio, de 1º a 6º de primaria se trabaja prácticamente de la misma manera y con una metodología del siglo pasado. En este sistema educativo no hay cabida para los alumnos que se salen de la norma. Es importante tener en cuenta también que un niño de 11 años no está preparado para ir al instituto, habría que retrasar la transición de primaria a la secundaria.
4. Formar a docentes en la práctica
En competencia digital, necesidades educativas, metodologías activas, neurociencia, neuro didáctica, pero no desde la teoría, sino de una manera práctica. Es importante que además de la teoría, los estudiantes de magisterio sepan aplicarlo de manera práctica en las aulas. De esta manera, cuando los profesores se enfrenten los diferentes casos que habrá en su clase, sabrán como tratar a cada uno de los niños de la manera precisa. Pero lo realmente primordial es que tengan vocación.
Una última reflexión sobre nuestros centros escolares
Debemos ser más realistas y no compararnos con otros países: no somos Finlandia, ni mucho menos finlandeses, para lo bueno y para lo malo. Es mejor poner soluciones, así que vamos a comenzar la casa por los cimientos y crear unos centros reales con niños reales, con sus diferentes familias y necesidades. Para conseguir la inclusión educativa es necesario ir implementando cambios poco a poco, y tener siempre muy presente que ningún niño adquiere los conocimientos de la misma manera.
Todos tenemos un talento, todos somos únicos; ¿por qué no agitar y ver qué pasa?
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