Berrinche el primer día de clases - Cómo calmar la pataleta de los niños

Cómo calmar el berrinche del primer día de colegio

El inicio de septiembre y el final de las vacaciones marcan la vuelta a la rutina. Muchos niños comienzan el primer curso de escuela infantil o colegio y, otros tantos, retoman las clases después de varias semanas sin acudir al centro escolar. Las vacaciones suelen estar cargadas de momentos familiares, de compartir diversión, descanso y planes alternativos que, durante el curso, es más difícil llevar a cabo.

Es por esto, por lo que, aunque para algunos niños la vuelta al cole se puede vivir como algo ilusionante, para otros puede terminar desencadenando en emociones desagradables (que no negativas).  Al fin y al cabo, este cambio conlleva una separación tanto física como afectiva de sus cuidadores de referencia, que puede terminar expresándose en forma de rechazo, tristeza, enfado y resistencia a quedarse en el centro escolar. Es importante saber que es sano que estas emociones salgan, y que hay que permitir un espacio para poder escucharlas.

Como padres, dejar a nuestro hijo llorando en la escuela y tener que irnos puede llevarnos a vivirlo con una gran culpabilidad y angustia. Por eso, en primer lugar, sería conveniente que, en la medida de lo posible, el centro escolar pueda proporcionar cierta flexibilidad en la adaptación; según las diferentes necesidades que presente cada niño y/o familia. Cuando la culpabilidad aparece, es importante que se entienda como un proceso normal, consecuencia de la separación, e igualmente, de la aparición de estas emociones.

Nuestra misión como padres se basa en el acompañamiento. En ningún caso se deben reprimir, no escuchar o negar las emociones que se puedan estar sintiendo en ese momento. Dejar llorar y el famoso: "ya se le pasará" tampoco deben de ser nunca una opción. A corto plazo, puede parecer una solución fácil y efectiva, sin embargo, a largo plazo puede resultar muy perjudicial.

Consejos esenciales para el primer día de clases de los niños

Para lograr una mejor adaptación al colegio, podemos recurrir a los siguientes puntos:

1. Mostrar una actitud tranquilizadora
Los niños se co-regulan a partir del adulto y, por tanto, a partir de las emociones y actitudes que perciben en su entorno. Si al final nos enfrentamos a una situación que les provoca angustia desde el nerviosismo o la desinhibición, será mucho más difícil la gestión. En cambio, si la afrontamos con paciencia, transmitiendo tranquilidad, eso será lo que les llegue a los niños.

2. Validar emociones
En ocasiones, a los adultos nos cuesta tolerar y sostener las emociones más incómodas de los niños y tratamos de acabar con ellas cuanto antes. Sin embargo, todas las emociones son necesarias y funcionales y es importante conocerlas y aceptarlas como parte del proceso de crecimiento. En este caso, validar las emociones que puedan sentir, tanto del niño como de los adultos, ayudará a aumentar su conocimiento emocional y a sentirse incondicionalmente aceptados, independientemente de lo que sientan.

3. Tratar de llevar la rutina desde la calma
Las mañanas con niños pueden llegar a ser difíciles y estresantes porque tenemos que cumplir con una serie de tareas en un tiempo limitado. Promover el trabajo familiar en equipo y utilizar herramientas como una agenda visual (que permita estructurar la rutina), canciones y juegos, pueden facilitar y/o amenizar estos ratos.

4. Anticipación de la situación
Explicarles lo que va a pasar puede hacer que los niños sientan cierta seguridad a la hora de vivirlo posteriormente. Se puede hacer a través de dibujos, cuentos, conversaciones, etc. Es recomendable incluir apoyos visuales, tratando de que sean lo más reales posibles (fotos del colegio, de la profesora, etc.) puesto que generalmente procesan mejor la información visual que la información auditiva.

5. Despedirse siempre
Anteriormente se pensaba que la mejor solución era no despedirse de los niños cuando el adulto abandonaba una estancia. Sin embargo, actualmente se sabe que el niño necesita saber que sus padres se van porque, aunque en el momento de la despedida cueste, favorece el vínculo y permite establecer un clima de confianza, al ir entendiendo que volverán.

6. Objetos de apego para el primer día de clases
Permitirle algún objeto de apego o símbolo que le permita recordar a sus padres y que en un tiempo breve volverá a estar con ellos; por ejemplo: dibujarle un corazón en la mano, darle un peluche pequeño o dejarle una prenda con tu olor, puede darle seguridad y tranquilidad en esos momentos de separación. Este gesto simple puede ayudarle a sentirse acompañado, incluso cuando no estés físicamente presente.

En general, es esperable que el nivel de angustia baje a medida que pasa el tiempo, puesto que se van haciendo ajustes internos en toda la familia. Sin embargo, lo ideal sigue siendo que tanto el niño, como los padres puedan recibir el mayor acompañamiento posible por parte de la institución, así como el máximo respeto a su ritmo y tiempos.

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