La culpa de las madres al llevar por primera vez al bebé a la guardería

Cuando una mamá trabaja y la mayoría de las veces no tiene en dónde dejar a su pequeño, se recurre a la guardería. En países como México, reciben a los bebés desde los 40 días de nacido, ya que el permiso de maternidad solo otorga a las nuevas madres 40 días de incapacidad antes y 40 días de incapacidad después de nacer el bebé, tiempo en el que se debe resolver quién cuidará al recién nacido y cómo serán las rutinas. De ahí que, al elegir el maternal, aparezca la culpa de las madres al llevar por primera vez al bebé a la guardería, ¿cómo gestionarla?

¿Por qué las mamás sentimos culpa de llevar al bebé al maternal?

¡Ay, la culpa de madre! Esa vieja amiga nuestra que aparece en los momentos más inesperados, como cuando llevamos al bebé a la guardería por primera vez. Me acuerdo perfecto del día en que, con el corazón apretado y una sonrisa medio falsa, dejé a mi pequeña en la guardería. 'Será bueno para ella', me repetía una y otra vez, como si fuera un mantra que me salvaría del remolino de emociones que sentía.

Pero, ¿sabes qué pasó? Apenas mi hoy ex marido y yo cruzamos la puerta de la guardería, la culpa se me presentó en forma de lágrimas. ¡Qué drama! Me imaginaba a mi bebé, pobrecita, preguntándose por qué su mamá la había abandonado en ese lugar desconocido. ¡Como si ella supiera lo que estaba pasando! Pero ahí estaba yo, con lágrimas en los ojos y siendo arrastrada hacia afuera por mi ex.

En ese momento me sentí la peor madre del mundo. Mientras manejaba a mi trabajo (lo que me llevaba una hora) llamé 7 veces para saber si mi hija estaba bien. Ella tenía un caso de reflujo severo y yo que me la había pasado en estado de contemplación los últimos 40 días, quería que las maestras hicieran lo mismo, si no podía ahogarse. Ese era mi miedo principal: que no estuvieran para rescatarla a tiempo.

Por supuesto, mi ex marido había hecho lo propio: ya también había llamado 3 veces para preguntar por su hija, hasta que la maestra nos dijo muy amablemente que si sucedía algo, nos llamarían. Ese miedo y la culpa de dejarla me acompañó durante todo el día, hasta que me di cuenta de que había caído en la trampa de pensar que era la única madre en el planeta que había dejado a su bebé en la guardería.

¿Qué clase de madre hace eso? ¡Resulta que casi todas! Así que, con un poco de sentido común y mucho café, empecé a cambiar mi perspectiva. Para empezar, recordé que la guardería es un lugar donde aprenden, juegan y socializan, porque, seamos sinceras, por mucho que amemos a nuestros bebés, la conversación sobre el pañal número 37 del día no es exactamente lo que se llama 'una charla emocionante'.

En la guardería, ellos tienen a otros bebés con quienes compartir sus descubrimientos y nuevas palabras. Por lo que esa culpa que sentí, fue desapareciendo. Cada vez que veía a mi niña salir de la guardería con una sonrisa y una historia de cómo 'compartió' su juguete (o lo intentó), sé que hice lo correcto. Hoy, 13 años después, mi hija no solo convirtió a su maestra en 'mamá Elvia', sino que yo también aprendí a no ser tan aprehensiva con ella.

Tips para soltar la culpabilidad de dejar a tu hijo en la guardería

La famosa culpa de mamá es esa sensación que se cuela en el corazón justo cuando estamos dejando al bebé en la guardería por primera vez, la conozco bien. Pero aunque parezca egoísta, un ratito de tiempo para una misma sí que ayuda a ser una mejor mamá. Aquí, algunos tips (sí, de madre a madre) para que esa culpa vaya disminuyendo hasta que se desvanezca por completo:

• Recuerda que no eres una mala madre. Aunque la culpa te haga sentir lo contrario, llevar a tu bebé a la guardería NO es un acto de traición. Al contrario, estás tomando una decisión que es buena para ambos. Así que cada vez que la culpa te carcoma, di: '¡Hago lo mejor para mi bebé y para mí!'
• Haz un plan de escape... mental. Cuando dejes a tu bebé en la guardería, en lugar de quedarte ahí con la carita triste, piensa en algo que te haga feliz. Piensa en lo que harás en ese rato que tienes para ti misma. Y si, por casualidad, un día decides dedicarte a una pequeña siesta, ¡no te sientas culpable! Esa siesta te hará una mamá más fresca y con más energía.
• Habla con otras mamás. La experiencia compartida es una cura infalible para la culpa. Pregúntales a otras mamás cómo fue su primer día de guardería. La mayoría te contará una historia similar a la tuya, con llantos y pañuelos (más de tu parte que del bebé).
• Confía en los profesionales. Este es un consejo de oro: las maestras y cuidadores en la guardería están ahí porque les encanta estar con bebés. Ellos saben lo que hacen, y tu pequeño está en buenas manos. Así que deja que ellos hagan su magia mientras tú haces la tuya.
• No te olvides de celebrar las pequeñas victorias. Cada día que tu bebé pasa en la guardería, está aprendiendo algo nuevo y tú estás ganando un poco más de confianza. Celebra cada sonrisa, cada manita pintada y cada paso que das en este camino de ser una mamá que equilibra el amor con la necesidad de darle lo mejor si sales a trabajar.

Esto dicen las mamás en rrss sobre la culpa de tener al bebé en una guardería

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