Las OTRAS asignaturas escolares que todos los niños deberían estudiar

Hace unos días leí en las redes sociales una publicación viral que decía: 'Otro día más sin usar el mínimo común múltiplo ni el máximo común divisor'. Aunque confieso que me reí, tengo que reconocer que me hizo reflexionar. ¿Cuántos son los contenidos curriculares que ofrecemos a nuestros alumnos que, en realidad, no son tan necesarios? ¿Y cuántos aprendizajes esenciales para la vida diaria nos estamos dejando por el camino? A continuación te explico 6 de las 'otras' asignaturas que creo que todos los niños también deberían estudiar.

¿Qué aprenden los niños en el colegio?

Tanto niños como adolescentes nos hacen muchas veces la misma pregunta con respecto a lo que estudian en el colegio: '¿Y esto para qué?', 'Yo nunca voy a hacer raíces cuadradas', '¿De qué me sirve saber lo que es el sujeto y el predicado?'. Y es cierto... Nosotros tampoco sabemos responderle a esas preguntas y tampoco sabemos si en un futuro necesitarán tener ese conocimiento o no.

En cambio, hay algo que sí sabemos que necesitan saber para desenvolverse en su día a día, en sus relaciones sociales y que influirá en su calidad de vida. Estos contenidos son los siguientes y sería interesante que se impartieran como una asignatura más del currículum escolar.

Otras asignaturas que los niños deberían estudiar en la escuela

1. Aprender habilidades sociales
Algunos niños aprenden a socializar por observación o imitando a los adultos. En cambio, no siempre sucede esto. Por lo que es fundamental enseñar habilidades sociales con el fin de que sean capaces de desarrollar una buena comunicación así como tener la capacidad para resolver problemas por sí mismos.

Aprender cómo se inician las conversaciones con personas desconocidas, en qué contextos utilizamos un tipo de lenguaje más coloquial o más formal, aprender técnicas de persuasión para hacer buenas presentaciones orales en el trabajo o saber debatir, entre otras.

2. Desarrollar la inteligencia emocional en todos sus ámbitos
Conocer nuestras emociones y aprender herramientas para regularlas debería ser otra asignatura obligatoria y fundamental en toda nuestra trayectoria escolar (desde infantil hasta el bachillerato).

Las emociones son innatas, es decir, nacemos con ellas. En cambio, nadie nos enseña a gestionarlas y en ocasiones, se buscan vías de regulación perjudiciales para nuestra salud y para los de nuestro entorno como es el abuso de sustancias o conductas de riesgo. O incluso, conocer qué es la ansiedad y aprender a gestionarla evitará muchos trastornos emocionales en su futuro.

3. Dar conocimientos sobre nuestro propio cuerpo
Este es otro tema donde hay mucha controversia y genera muchos debates entre los padres (¿adoctrinamiento?). Dejando debates aparte, hay algo que es innegable. La sexualidad forma parte de nuestra vida y es un tema tabú del que poca gente habla o pide información. Pero es importante que enseñemos a los niños a relacionarse con su propio cuerpo.

Conocer nuestro cuerpo, cómo funciona y las posibles consecuencias que tienen ciertos comportamientos, debería ser otra asignatura obligatoria. Conocer cómo funciona tu cuerpo y los cambios que implicará, no es delito ni debería ser un debate. Una niña al igual que un niño tiene derecho a conocer qué es la menstruación, qué anticonceptivos existen, qué conductas suponen un riesgo para su salud... y una vez se tengan esa información, cada uno es libre de decir lo que hacer con ella.

4. Conocer el funcionamiento del cerebro
Otra asignatura escolar debería ir dirigida a conocer el cerebro, sus alteraciones y curiosidades sobre él. El cerebro es el motor de nuestro cuerpo y de nuestras conductas, en cambio, poco se habla de ello en los colegios.

Conocer su funcionamiento es parte de la inclusión. Aceptar que la estructura y el funcionamiento de cada cerebro es único y que hay tantos cerebros como personas, nos permitiría aceptar las diferencias y fomentar la inclusión de la que tanto hablamos y en la que poco nos involucramos...

5. Descubrir cuáles son conductas de riesgo
Y por último, pero no por ello menos importante, tener una asignatura dedicada a descubrir qué conductas son de riesgo y por qué. Por qué probar un tipo de droga supone una conducta de riesgo, saber qué es una adicción y cómo nos afecta a nivel cerebral, conocer personas que han sufrido un accidente de tráfico por una mala praxis al volante, saber qué consecuencias puede tener que enviemos fotos íntimas a un amigo/a, cómo hacer un buen uso de las redes sociales, etc.

6. Hacer un uso responsable de la tecnología
Y, dada la importancia que las nuevas tecnologías e Internet tiene en este momento, también deberíamos ofrecer a los niños en edad escolar los conocimientos para que hagan un uso responsable de las mismas, en especial de las redes sociales de moda como Instagram o TikTok.

Estos contenidos enseñan herramientas para la vida diaria

En general, todos somos conscientes de que estos contenidos son muy importantes y aunque sea duro admitirlo, llegan a ser más importantes que los propios contenidos académicos de matemáticas o sociales.

Un niño con muchos conocimientos pero poco competente socialmente, es un niño destinado al fracaso, pues no tiene herramientas para enfrentarse al mundo laboral ni a tener relaciones sociales sanas.

La prevención siempre debe primar sobre la intervención. La escuela es un contexto de educación, pero sobre todo, de prevención. No tengamos miedo a que nuestros hijos reciban información. Tengamos miedo a que no la tengan y exploren para descubrirlo pudiendo ser las consecuencias irreversibles.

Todas estas son nuestras asignaturas pendientes como sociedad y deberían ser contenidos académicos impartidos por profesionales de la educación o de la salud en los colegios.

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