Claustrofobia en niños. Cuando nuestros hijos sienten fobia a los espacios pequeños
Qué hacer si el niño siente claustrofobia o miedo a los lugares pequeños
- Qué es la claustrofobia en niños
- Qué síntomas indican que el niño padece claustrofobia
- Por qué un niño puede padecer claustrofobia
- Qué hacer si tu hijo padece claustrofobia
La claustrofobia no es otra cosa que el miedo a los espacios pequeños, es un miedo muy frecuente en niños y adultos que, evitarán a toda costa meterse en lugares de los que creen, no podrán escapar como un ascensor, un baño sin ventanas o una habitación muy pequeña.
Conoce cuáles son las causas de la claustrofobia en niños y cómo podemos ayudarles a superar esta ansiedad y temor a los lugares pequeños.
Qué es la claustrofobia en niños
La propia palabra lo dice, es una fobia a estar enclaustrado, a estar encerrado en un lugar del que parece que no vas a poder salir. Se trata de un miedo en irracional y excesivo en los niños que, incluso aparece, antes de que haya ocurrido absolutamente nada.
Los niños que padecen claustrofobia se suelen negar a entrar en lugares pequeños, tanto que harán todo lo posible por escapar de ellos y es difícil convencerles de lo contrario. Subirán siete pisos para no meterse en un ascensor, aguantarán las ganas de orinar si el baño les parece un cubículo sin salida, etc.
Sin embargo, si logras convencer a tu hijo de que entre en un lugar pequeño y, por fin sube en el ascensor se puede desencadenar en él un ataque de pánico, una rabieta, llantos, escalofríos...
La claustrofobia en niños y en adultos puede llegar a interferir en sus rutinas diarias ya que hay quien evita tomar el metro o el avión por el miedo a no salir.
Los lugares más comunes que suelen evitar los niños claustrofóbicos son ascensores, vestuarios en tiendas, baños públicos, túneles, sótanos, habitaciones pequeñas y cerradas, puertas giratorias, coches con cierres centralizados o lavados automáticos de coches.
Qué síntomas indican que el niño padece claustrofobia
Es un trastorno de ansiedad que suele desencadenarse en la infancia o la adolescencia, el que lo padece siente:
- Falta de aire, sensación de asfixia, piensa que se va a quedar sin oxígeno.
- Sudoración y escalofríos.
- Boca seca.
- Sensación de mareos, necesidad de vomitar o incluso el desmayo.
- Aceleración del ritmo cardíaco.
- Temblores.
- Confusión y desorientación.
Los niños con claustrofobia no suelen sentir miedo al lugar pequeño en sí, sino a quedarse sin aire dentro, por lo tanto cuando llegan a un lugar que les produce ansiedad suelen revisar las salidas y se quedan cerca para poder salir cuando antes o simplemente no entran.
Por qué un niño puede padecer claustrofobia
Algún tipo de experiencia angustiosa y traumática suele ser el desencadenante de la claustrofobia en niños. En ocasiones quedarse atrapados en algún lugar por accidente es el causante de este trastorno.
Otras circunstancias son: haber padecido algún tipo de abuso o intimidación, tener algún familiar cercano o conocido con claustrofobia o que en alguna ocasión se perdieron de sus padres en una zona muy concurrida.
Ese trauma queda en la memoria del niño que relacionará la sensación que tuvo a la del peligro al estar confinado en un lugar pequeño.
Qué hacer si tu hijo padece claustrofobia
- No te burles de tu hijo ni le restes importancia a sus sensaciones, en lugar de ayudarle, estarás reforzando el miedo que siente.
- Cuando hables de sitios pequeños utiliza palabras positivas como acogedor o cómodo.
- Si crees que la situación es exagerada e impide al niño llevar una vida normal, es recomendable que te plantees llevarle al psicólogo para que realice con el una terapia conductual, de esta forma, podrá trabajar mediante ejercicios para "resetear" su mente y evitar que sienta miedo a los lugares pequeños.
- Enseña a tu hijo a realizar ejercicios de respiración y relajación: tomar respiraciones profundas desacelera el ritmo cardíaco y reduce el nivel de ansiedad y estrés.
- Sé un ejemplo para tu hijo y no verbalices tus miedos ya que muchos de los miedos infantiles se heredan de los padres.
- Trata de hablarle de otra cosa o distraerle si tenéis que subir a un ascensor, evita que su mente se disperse y comience a agobiarse.
- Juegos en casa: realiza juegos que impliquen estar en lugares pequeños pero que resulten divertidos como crear una tienda de campaña con mantas y meterse dentro a jugar. O utiliza una caja grande de cartón para crear una pequeña casa de juguete o un castillo.
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