El secreto para que los niños sean muy felices - Alegría en la infancia

Cuando nos convertimos en padres o madres algo que a todos nos preocupa es saber si nuestros hijos son felices o no, si podemos hacer algo para que ellos se mantengan siempre alegres y que la vida les sonría en todo momento. Para conocer un poco más sobre cómo fomentar la alegría en la infancia -que es una época que no se olvida en toda la vida- recurrimos al consejo de expertos en el tema.

En Guiainfantil.com hablamos del secreto para que los niños sean muy felices y del poder de la felicidad en la vida de los niños. Te explicaremos cómo activar las hormonas de la felicidad, te contaremos en qué consiste 'el frasco de los momentos felices' y también hablaremos sobre cómo ser una madre o padre feliz. ¡No te lo pierdas!

El poder de la felicidad en la vida de los niños

De acuerdo con Mario Pinel, pedagogo, 'la alegría es el mejor remedio para el desánimo'. Los niños, la mayoría del tiempo, están felices y disfrutan de cada experiencia. Esto se debe a la falta de apego que ellos tienen con las cosas materiales, pues en casi todos los casos, si se les pierde un juguete sabrán encontrar algo que lo reemplace y seguirán jugando sin ningún tipo de problema.

Al llegar a la edad adulta, esto ya no ocurre con frecuencia porque simplemente nos desconectamos de nuestra niña o niño interior que es el que nos hace vivir y ver el presente, el aquí y ahora sin pensar en el futuro ni mirar el pasado.

Sin embargo, no siempre es todo alegría, pues muchas veces los niños también se enojan o tienen rabietas y se 'transforman en Hulk', por decirlo de alguna manera. Pero cuando ya el ciclo de la rabieta se cumple, el niño vuelve a ser un pequeñín alegre como antes. 'Un niño o una niña de pequeños se ríen diariamente muchas horas al día. Nosotros nos hacemos mayores y se nos olvida sonreír, se nos olvida ser felices', comenta el experto y llega a la conclusión de que vivir en el presente es lo que lleva a los niños a ser tan felices sin preocuparse por el pasado o por el futuro.

'Si sientes que estás estresado, coge agua, bebe un poquito', aconseja. Esto desactiva el sistema nervioso simpático y evita el estrés y el miedo. A través de los labios, nuestro cuerpo nos informa que nos encontramos agobiados y ansiosos, pues se notan resecos.

Por eso mismo, es importante nutrir nuestro niño interior para volver a ser felices tal como lo son nuestros hijos pequeños. 'El pensamiento positivo tiene que ver con ser alegre', añade.

Para todos los niños, la alegría tiene que ver con el entusiasmo de algo que los apasione, ¿y qué apasiona más a un niño pequeño que jugar? De acuerdo al experto, la palabra entusiasmo proviene de 'entheos' que significa 'tener a los dioses dentro'. Es decir que los niños están casi todo el día iluminados, entusiasmados y son felices, ¿por qué? Porque disfrutan del momento presente. 'Estás iluminado por algo que está por encima de ti', comenta.

'La alegría es algo que en el momento que lo sueltas, has soltado una parte de ti muy importante que te permite ser una persona de referencia tanto si eres padre, madre, si eres un educador... Te hace perder esa capacidad de tener una actitud positiva ante la vida, de tener un pensamiento optimista y sobre todo esa actitud positiva que te hace generar un entorno y un mundo donde estar con personas mola más', concluye Mario Pinel.

Cómo activar las hormonas de la felicidad en los niños

De acuerdo a Marta Romo, pedagoga especializada en neurociencia, existen cuatro hormonas responsables de la felicidad tanto en los adultos como en los niños. La dopamina es una de las más conocidas por todos nosotros. 'Es un neurotransmisor. Es como un analgésico natural del cuerpo. Está relacionado con el bienestar, con la búsqueda del placer, con el sentirse bien. Nos motiva, nos ayuda a esforzarnos para conseguir lo que nos proponemos', comenta.

Para que los niños se sientan en un entorno que pueda activar esta hormona, debemos asegurarles un buen descanso, es decir, que duerman las horas que su cuerpo necesite, mantenerlos motivados para que hagan ejercicio a diario y celebrar todos sus logros además de reconocer sus esfuerzos, pues esto ayuda a mantener su autoestima mucho más alta.

Otro de los neurotransmisores que se encuentra en nuestro cuerpo es la serotonina que está muy vinculada también con la autoestima, con sentirnos importantes, con la autoconfianza y también con los momentos de disfrute. Para activarla, es importante que compartamos tiempo de juego con ellos. Un buen consejo que nos dio la pedagoga es que practiquemos a diario todas las noches el agradecimiento de todo aquello que tenemos y que hagamos esto con nuestros hijos, para que ellos también adquieran el hábito.

La tercer hormona, que también puede influir en la felicidad de nuestros pequeños, es la oxitocina. Está vinculada al afecto, a los besos y a los abrazos. A todos nos gustan los abrazos y esto activa esta hormona aunque nuestros peques ya sean mayorcitos.

Por último, podemos mencionar también las endorfinas que son unos péptidos que funcionan como neurotransmisores. 'Estos sí que son los analgésicos naturales de nuestro organismo. Nos ayudan a tener una respuesta ante el dolor mucho más llevadera incluso ante el estrés y el miedo', comenta. En los niños se activa por medio del movimiento, del baile y al cantar.

Frasco de la felicidad para generar pensamientos positivos en los niños

Puedes armar un frasco de la felicidad que servirá para generar pensamientos positivos en los niños. La pensadora Elsa Punset propone que lo implementemos de la siguiente manera: 

Todos los días, todos en la familia deben escribir en un papel algo bueno que les haya pasado. Posteriormente, deberán recortar dichos pensamientos y colocarlos en un frasco de vidrio de boca ancha. A fin de mes, solo tendrán que abrir el frasco y leer los mensajes positivos que allí depositaron, ¡genial!

Cómo ser una madre o padre feliz (para que tus hijos también lo sean)

La doctora en psicología Silvia Álava nos cuenta que, muchas veces, después de tener hijos, no somos las personas más felices del mundo. Al respecto asegura que 'por desgracia, es muchísimo más habitual de lo que nos imaginamos porque en ocasiones estamos confundiendo la felicidad pensando y creyéndonos este mito: para ser feliz lo que necesito es tener un hijo', comenta.

Al respecto, la doctora asegura que la felicidad debe estar en el interior de cada persona y no depender de nada ni de nadie externo. Los hijos pueden ser motivos de alegría, pero también de preocupaciones, de no dormir o de noches de insomnio. Por eso mismo recalca que es importante sentirnos bien pero por nosotras mismas como mujeres o como personas realizadas.  'No debemos pensar que los hijos tienen que ser la fuente de nuestra felicidad'.

Es más normal de lo que piensas creer que si nosotros no somos felices, eso se lo vamos a contagiar a nuestros hijos. Si bien nuestros hijos necesitan que estemos alegres y bien, esto no significa que debamos estarlo las 24 horas del día porque esto es algo imposible. Tu hijo lo que va a necesitar siempre es que tú estés a gusto contigo misma y te encuentres serena y tranquila, que confíes en tus habilidades maternas y que tengas la certeza de que estás haciendo bien las cosas.

Lo importante es entender las emociones desagradables y contar con estrategias que te permitan regularlas para que no interfieran en tu vida de todos los días. Si tú aprendes esto, es probable que por imitación tu hijo también lo aprenda y pueda, en un futuro, equilibrar sus emociones de forma positiva.

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