Los riesgos de la competitividad en los videojuegos para los niños

¿Es beneficiosa para los niños la competitividad en los videojuegos?

Patricia Fernández, Periodista
En este artículo
  1. Alertan por la competitividad en los videojuegos para los niños

La competitividad siempre ha existido. El hombre necesita sentirse bien consigo mismo y muchas veces no encuentra otra manera de hacerlo que comparándose con los que le rodean.

Es normal encontrar a niños compitiendo en el patio en sus juegos habituales, en los deportes, e incluso, por los estudios o las notas; pero esa competitividad, que es en un ámbito reducido y con los compañeros que conocemos, ha pasado a ser preocupante en el caso de los nuevos videojuegos multijugador online.

¿Puede tener riesgos la competitividad en los videojuegos para los niños? ¿afecta en algo a la vida del niño?

Alertan por la competitividad en los videojuegos para los niños

Riesgos de la competitividad en los videojuegos de los niños

La mayoría de los juegos infantiles son competitivos, lo mismo ocurre con algunos juegos tradicionales de mesa, como puede ser el ajedrez o el parchís, entonces ¿por qué es peor la competitividad de los videojuegos para los niños que en el resto de juegos?

Ser el mejor y ganar al contrario puede ser una buena manera de superación personal y de subirnos el ego, y en ese punto, los juegos tradicionales tienen una ventaja frente a los videojuegos, y es que, principalmente, los demás contrincantes estaban presentes en el combate. Esto provoca que, cuando los demás niños pierden ante un adversario, los sentimientos de euforia o de tristeza son compartidos por todo el grupo generando empatía en los propios niños, que observan las reacciones tanto de ganadores como de perdedores. Incluso, aunque el niño gane, puede llegar a sentir una especie de triunfo agridulce al comprobar que su compañero de juego derrotado lo está pasando mal.

Esta interacción genera un aprendizaje emocional muy intenso, que sirve para poder medir sus sentimientos en un futuro frente a otras personas para no herir sensibilidades, además de potenciar una mayor tolerancia hacia la frustración de perder; algo que, sin duda, pasará en algún momento de la vida del niño.

Sin embargo, en el caso de los videojuegos multijugador online, es decir, aquellos en los que el niño estando solo en su casa, puede jugar contra otros participantes a través de internet, no ocurre así.

Los demás participantes del juego se “esconden” detrás de un avatar que lo representa, y bajo un nombre de usuario que seguramente no es el suyo. El niño no puede ver sus caras, ni sus expresiones durante el juego.

Por otro lado, la mayoría de los videojuegos adictivos a los que los niños están enganchados, tienen relación con la competitividad, que es la verdadera responsable de la adicción, y son juegos de contenido violento. Muchos de ellos son los denominados “Shooter games” es decir, juegos donde debemos matar a los demás participantes para poder sobrevivir. Este tipo de juegos, según los últimos estudios realizados al respecto, fomentan la violencia en el niño que tiene comportamientos y reacciones más agresivas e insensibles que los compañeros que jugaban a otro tipo de juegos.

No hay que olvidar que estos juegos fomentan la individualidad y el aislamiento dejando de lado la empatía, ya que no se puede empatizar con un muñeco virtual, además de aumentar el estrés del niño por una competitividad continua, su adicción a los videojuegos, fomentan sentimientos más hostiles hacia los demás y conducen a la depresión.

Además, otro de los problemas que genera esta competitividad online, es que los niños emplean gran parte de su tiempo libre en esos juegos, por lo que los sentimientos de frustración al perder son frecuentes, y muchas veces difíciles de superar por los niños más inmaduros. Esa frustración y deseos de competir en todo momento también se traslada a su vida diaria dentro del aula o de sus casas, generando unos sentimientos negativos que les arrastran a no poder disfrutar de su día a día.

Esto no significa que la competitividad no sea positiva para el niño, pero siempre debemos elegir juegos que generen competitividad contra uno mismo, como son los puzzles o juegos de aprendizaje, ya que estos carecen de efectos negativos y mejoran la capacidad del niño a superarse sin tener que “matar” a nadie por el camino.

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