Colorido juego sensorial para jugar con la motricidad fina de los niños
Esta actividad, que enseña clasificación y lógica matemática, es para niños de 2 y 3 años
- Crea tu propio juego sensorial para los niños
- Esta actividad mejora la motricidad fina pero, ¿qué más?
¿Es posible aprender los colores de manera divertida? La respuesta a este interrogante es 'sí', pero ¿y la lógica en los niños más pequeños puede también ser divertida y amena? La respuesta también es 'sí'. ¿Y se puede mejorar mientras se juega la motricidad fina? La respuesta vuelve a ser afirmativa. Ahora la pregunta es inevitable: ¿Cómo? Haciéndola atractiva para los niños y niñas, a través de actividades coloridas y juegos sensoriales.
En esta ocasión te propongo un ejercicio diferente y divertido. Este desarrolla fundamentalmente la clasificación, que representa los primeros pasos hacia el aprendizaje de conceptos matemáticos más complejos. La clasificación genera una serie de relaciones mentales a través de las cuales los niños y niñas agrupan objetos según semejanzas y diferencias, en función de diferentes criterios: forma, color, tamaño, etc. Pero, además, ayuda a mejorar la psicomotrocidad fina de los pequeños y estimula sus sentidos. ¡Vamos a verlo!
Crea tu propio juego sensorial para los niños
Materiales:
- Folio o cartulina blanca
- Regla
- Ceras, rotuladores o lápices de colores
- Bolsa de congelar con cierre hermético
- Pompones de olores
- Aceite corporal de bebé
- Cinta de carrocero o adhesiva negra (opcional)
Este juego sensorial está enfocado al alumnado de primer ciclo de Educación Infantil, concretamente a alumnado entre 2 y 3 años y medio aproximadamente y clasificaremos pompones atendiendo a su color con unos materiales novedosos y motivadores para ellos. ¿Quieres saber de qué se trata? ¡Pues vamos allá!
Siguiendo estos sencillos seis pasos podemos llevar a cabo nuestra actividad.
1. Sobre un folio o una cartulina blanca coloreamos líneas verticales de los colores que vayamos a utilizar. Para saber el tamaño de estas franjas de colores, colocamos la bolsa de congelar sobre el folio y dibujamos su silueta. El rectángulo que haya resultado, lo dividimos en partes (tantas como colores vayamos a utilizar). Hay que intentar que todas las columnas queden del mismo grosor.
2. Pegamos el folio o cartulina sobre la parte trasera de la bolsa de congelar.
3. Rellenamos la bolsa de congelación con aceite corporal hasta la mitad.
4, Vertemos los pompones en la bolsa de congelación, tantos como deseemos y colores hayamos elegido.
5. Cerramos bien la bolsa con ayuda del cierre hermético. Si lo deseamos, podemos precintarla más aún con cinta de carrocero o adhesiva negra para evitar posibles fugas. ¡Nunca se es lo suficientemente previsor!
6. Dejamos la bolsa tumbada sobre una superficie lisa y ¡a clasificar colores! Para una mejor sujeción y que no se mueva mucho la bolsa, podemos usar de nuevo la cinta de carrocero o adhesiva negra para pegar la bolsa por los lados a la mesa o al suelo, dependiendo de dónde hayamos planteado la actividad.
Ahora, los niños solo tienen que tratar de llevar los pompones al color que corresponda en la cartulina con columnas arcoíris. ¡Muy divertido y estimulante!
Esta actividad mejora la motricidad fina pero, ¿qué más?
Además de ser divertida, esta actividad propone grandes beneficios a los pequeños que participan en ella. Estos son algunos de los más evidentes:
- Desarrollar la lógica en los niños
El conocimiento lógico matemático es fundamental para el desarrollo cognitivo del niño y de la niña, por ello se trabaja desde la primera infancia, para potenciar funciones cognitivas como la percepción, la atención o la memoria.
En el primer ciclo de Educación Infantil el niño y la niña experimenta con objetos que le rodean, descubriendo algunas de sus propiedades, como el tamaño, forma, color, etc. Por este motivo es importante desarrollar actividades con objetos que tenemos por casa y que el niño y niña ve y observa.
- Fomentamos la discriminación
Con este recurso conseguimos que el niño o la niña sea capaz de identificar, discriminar y relacionar colores con sus respectivos pompones, de una manera lúdica y amena para ellos y ellas.
- Estimulación de los sentidos
Esta actividad también nos proporciona un alto contenido sensorial, ya que gracias al aceite corporal que introducimos dentro de la bolsa se crea una textura blanda, escurridiza, gordita y que fluye, no es estática, sino que cambia cuando la tocamos y eso genera nuevas experiencias manipulativas en nuestros hijos e hijas que difícilmente podrán experimentar en otras circunstancias.
- Favorece el desarrollo de la motrocidad fina
Todo ello favorece al desarrollo de la psicomotricidad fina, tan importante en estas primeras edades (0-3 años) y a trabajar la coordinación óculo manual, factor clave en nuestra actividad que junto con la observación y atención garantizará la diversión y éxito de este llamativo recurso.
Os animo a que lo llevéis a cabo en casa, os gustará tanto como a vuestros hijos e hijas.
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