Recursos educativos para enseñar la oración del Salve Regina a los niños

Ahora te traemos distintos recursos educativos para enseñar el Salve Regina a los niños, oración que también se conoce solo como Salve y es una de las que no faltan en catequesis cuando los niños están cerca de hacer la Primera Comunión. Con estas actividades, tu hijo podrá aprender este tradicional rezo cristiano y podrá comprender bien el significado que se esconde en cada una de sus frases.

Junto al Credo, el Ave María y el Padre Nuestro, resulta en las oraciones básicas del catolicismo. Por eso es imprescindible que tu hijo se las aprenda, ya que son parte de su inicio en la vida cristiana. Te traemos la oración del Salve Regina en un formato que bien puedes imprimir para que sea mucho más sencilla la lectura. Conoce más de estos recursos educativos y ponlos en práctica.

Recursos educativos: actividades para que los niños aprendan el Salve Regina

La oración el Salve junto con el Padre Nuestro, el Credo y el Ave María forman parte de las oraciones con más tradición del cristianismo. Se estudian en el catecismo cuando los niños se preparan para recibir la Primera Comunión, se escuchan en las misas de los domingos y se emplean como forma de comunicarse con la Santísima Trinidad.

En el caso del rezo Salve Regina se destina a la Virgen María para encontrar el apoyo que tanto se necesita en los malos momentos. Además, con ella le pedimos a la Virgen que nos haga ser justos ante Dios nuestro Señor. Y es que, aun siendo pecadores, ella, madre de Dios, acude en nuestro auxilio siempre que lo necesitamos.

A continuación, lee con los niños el Salve y después comentad juntos su significado:

Tras la lectura y como ejercicio para que comprendan qué quieren decir los versos que forman esta oración realiza con los niños las actividades y juegos que te proponemos:

1. Corrige las frases que tienen algún error

Prepara varias frases cambiando una o varias palabras y di a los niños que traten de averiguar dónde está el fallo. Así poco a poco se irán aprendiendo la oración de memoria, pero entendiendo qué significa.

2. Verdadero o falso

También puedes hacer unas preguntas cortas para que ellos digan sin son verdaderas o no:

¿La Virgen María es misericordiosa?

¿La Virgen es piadosa?

¿En la oración le pedimos que cuide de nosotros?

3. Sopa de letras

Diviértanse buscando las palabras que aparecen en la oración, iluminen cada una con distintos colores, ¡se divertirán muchísimo!

4. El Salve con pictogramas

Este ejercicio es de los que más suele gustar a niños y niños. Se trata de leer la oración cambiando algunas palabras por dibujos, por ejemplo, 'Dios te salve, Reina y (dibujo de la Virgen) de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de (dibujo de lágrimas)'.

5. Dibuja tu propia Virgen María

Como la oración está dedicada a la Virgen María, podemos decir a los niños que hagan su propio dibujo. Aunque también podemos imprimir la imagen y dejar que los niños lo coloreen a su gusto.

6. Completa la frase con las palabras que faltan

En este caso lo que harán los niños será ir completando las frases con las palabras que hemos omitido. ¡Seguro que les sale muy requetebién! Y cuando no se acuerden de algo solo tienen que volver a leer la oración.

La oración cristiana Salve Regina explicada a los niños frase a frase

El Salve Regina es uno de los rezos más populares. Se trata de una oración católica dirigida a María la madre de Jesús que en sus orígenes estaba escrita en latín. A su vez, antaño era una de las cuatro antífonas del Breviario a la Virgen junto con Alma Redemptoris Mater, Ave Regina Coelorum y Regina Coeli. Veamos qué quieren decir cada una de las frases que la forman:

1. Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.

Salve es el respetuoso saludo que también se utiliza como augurio de buena salud. Cuando decimos a la Virgen: 'madre de misericordia' estamos dejando ver la gran devoción que sentimos por ella.

2. Dios te salve a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.

Clamamos a la Madre de Dios pues fuimos expulsados del paraíso por comer del fruto prohibido.

3. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

Antes de hacer la petición se realiza la alabanza a la madre de Dios con una expresión coloquial: 'ea'. Después rogamos para que nos traiga la paz de Jesús, su hijo.

4. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

A continuación, se elogia a María por ser generosa y piadosa y se le pide que rugue por nosotros.

5. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

La última petición es para que nos ayude a ser dignos de presentarnos ante Dios y de este modo tener el honor de recibir de las bendiciones de Jesucristo.

La importancia de la oración cristiana Salve Regina para niños

¿Sabías que se cree que este rezo ya existía en el siglo XI? Incluso antes de la primera cruzada, por eso es que tiene una vocabulario tan cortés y elegante. Una oración sencilla y breve con la que se honra a la madre de Nuestro Señor y se le pide que nos ayude a ser dignos de disfrutar de la vida eterna. En sus versos se mezclan la pena del peregrino junto con la esperanza del creyente.

Es muy común que los niños la aprendan antes de hacer la Primera Comunión para que después también puedan recitarla al final de todas las misas desde Pentecostés hasta el Adviento, en la Romería del Rocío o al entrar en una iglesia o en una Basílica.

A su vez, la oración se completa con las siguientes frases que también puedes dar a conocer a tus hijos: 'Oremos: Omnipotente sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparasteis el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María, para que fuese merecedora de ser digna morada de vuestro Hijo; concedednos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo, Señor nuestro. Amén'.

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