Quiero rezar el Credo - Cuento corto para niños sobre oraciones básicas

Te presentamos 'Quiero rezar el Credo', un cuento corto para niños sobre oraciones básicas, con el que tu aprenderá a rezar el Credo de una manera divertida y mucho más práctica, ya que los cuentos cortos son didácticos y refuerzan el aprendizaje. En este caso, toca el turno al Credo, que es de las oraciones más importantes dentro de la religión católica de camino para la preparación de la Primera Comunión.

Cuento corto infantil para aprender a orar - Quiero rezar el Credo

Había una vez una niña llamada Lucía, quien veía a su abuelita rezando cada tarde en un rincón de la casa, llena de fe y absorta en el rezo. Un día, decidió acercarse para preguntarle: 'Abuelita, ¿qué haces?' La abuela sonrió, acarició su cabeza y le respondió: 'Estoy rezando el Credo, querida. Es una oración que nos ayuda a entender lo que creemos como católicos'

Lucía se quedó pensativa y luego dijo, 'Me gustaría aprender a rezarlo, abuelita'. Ella le sonrió, le dio un abrazo cálido y le prometió ayudarla. Al día siguiente, su abuelita le explicó a Lucía que el Credo comienza diciendo: 'Creo en un solo Dios Padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra...' Y le aclaró que esto significa que creemos que Dios es quien creó en su totalidad lo que vemos a nuestro alrededor.

Al paso de los día y poco a poco, Lucía fue aprendiendo más partes del Credo, siempre con la ayuda de su abuelita, que con paciencia y cariño, le iba explicando el significado de cada frase. Incluso le enseñó a rezar el llamado Credo de los Apóstoles que era un poco diferente. Cuando llegaron a 'creo en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro', Lucía preguntó qué significaba.

La abuelita, muy sabia, le explicó que como católicos creemos en la resurrección, es decir, en volver a la vida eterna junto a Jesucristo. Con esas explicaciones tan certeras y tras varias semanas, Lucía logró aprender el Credo. Estaba muy emocionada y decidió rezarlo a diario con su abuelita. Cada vez que lo hacía, sentía una conexión especial con Dios y su fe se fortalecía.

Lucía aprendió que el Credo, junto al Padre Nuestro, no es solo un conjunto de palabras que se dicen, sino una guía espiritual que nos ayuda a entender y vivir nuestra fe. Y desde ese día, a Lucía le entró la inquietud de aprender más oraciones y de hacer su Primera Comunión, por eso, cuando su abuelita se enteró se ofreció a ser su madrina y a enseñarle a rezar. ¡Lucía aceptó encantada!

Actividades de comprensión lectora sobre el cuento corto

A continuación, te dejamos unas preguntas y actividades de comprensión lectora para resolverlas con tu peque: 

1. ¿Quién es el personaje principal del cuento?
2. ¿Con quién quería aprender a rezar el Credo?
3. ¿Por qué Lucía quería aprender a rezar el Credo?
4. ¿Cómo explicó la abuelita la frase: 'Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra'?
5. ¿Cómo reaccionaba Lucía después de aprender cada parte del Credo?
6. ¿Cómo cambió Lucía después de aprender a rezar el Credo?
7. ¿Qué representa el Credo para los católicos?

También pueden llevar a cabo estas actividades, por ejemplo, actuar este cuento como una pequeña obra de teatro: una amiguita puede ser la abuelita y tu hija Lucía, e incluso podrían cambiar los personajes si tu hijo es niño y usar su propio nombre. ¡Se divertirán mucho! También puedes pedirle a tu hijo que haga un dibujo de lo que entendió o qué tal colorear el que te dejamos aquí:

Para hacer más efectiva la enseñanza, pueden recitar línea por línea el Credo e irlo relacionando con escenas o imágenes que les ayuden a recordarlo. También hacer una reflexión de lo que entiende por cada frase del Credo, hará que tu hijo lo comprenda igual que Lucía lo hizo con su abuelita. La idea es que tu pequeño no solo memorice la oración, sino que la comprenda y la rece con fervor.

Los dos tipos de Credo que los niños pueden aprender a rezar

Comúnmente durante la misa se reza el Credo largo, cuyo nombre correcto es el Credo niceno-constantinopolitano, el cual pertenece a los concilios de Nicea y Constantinopla, que fueron llevados a cabo para dar una respuesta a las herejías arriana y de los pneumatómacos (así se llamaba a quienes luchan contra el Espíritu Santo). 

Los dos formatos distintos y uno no es mejor que el otro, solo cambia la longitud del mismo. El Credo de Nicea no desestima el de los Apóstoles, al contrario, se basa en él y lo complementa con más conceptos sobre Dios Padre. Se le llama Credo de los Apóstoles porque se cree que fue escrito por ellos. Aquí te dejamos el Credo de Nicea:

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos.
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho.

Que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras,
y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre,
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa católica y apostólica.

Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

El Credo de Nicea o niceno se reza durante la misa dominical para confesar públicamente la fe en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. En tanto que el Credo de los Apóstoles se recita en bautizos o en ceremonias importantes como bodas, Semana Santa, Fin de Año, Año Nuevo o para arrullar al Niño Jesús, ya que este Credo es considerado como el original.

Algunos recursos educativos para que los niños aprendan otras oraciones básicas

Estos recursos educativos sirven para que tu hijo aprenda a rezar correctamente las oraciones básicas:

1. Rezar el Padre nuestro. A través de juegos y actividades se puede enseñar a los niños a rezar el Padre Nuestro, la oración católica más importante, ya que es la que el propio Jesús dejó a sus discípulos y que sirve para comunicarse con Dios de manera directa.
2. ¿En qué consiste el Ave María? La oración del Ave María es la anunciación de la llegada de Jesús a la vida de la Virgen María y se puede aprender gracias a distintos recursos educativos, dentro de la catequesis. Se reza casi siempre al final de la misa dominical.
3. Rezando el Credo. La oración del Credo es de los pilares de la religión católica porque se manifiesta la profesión de la fe cuando los pequeños están próximos a hacer la Primera Comunión. Con juegos se puede aprender rapidísimo.
4. La oración del Salve Regina. Con recursos didácticos el Salve Regina lo pueden aprender los niños con más entusiasmo. Esta oración se conoce a veces solo como Salve. No hay que confundirla con el Ave María, sino que se trata de una distinta con igual importancia.
5. Aprender a rezar el Gloria con los niños. Se llama en realidad 'Gloria in excelsis Deo', pero es más conocido como El Gloria. Es un himno litúrgico que se canta en las misas del Tiempo Ordinario cada domingo. Es de las oraciones básicas en la que se reconoce la Gloria inmensa del Creador.
6. Hora de ir a la cama: el Ángel de la Guarda. Cuando llegue la hora de dormir de tu pequeño recen la oración al Ángel de la Guarda, su guardián personal al que pueden pedirle su protección celestial para cada día y que jamás lo deje solo.

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