Cómo responder las preguntas de tus niños sobre la muerte con empatía

¿Cómo hablar de algo que no conocemos? ¿Cómo hablar de la muerte a los niños? ¿Qué es morirse? No hace falta que seamos niños para que nos hagamos estas preguntas una y otra vez. Y si la duda persiste para los mayores, ¡imagínate para los más pequeños de la casa! Es difícil explicar lo inexplicable. Pero eso, no quita importancia al tema. Alrededor de los cuatro años de edad, muchos niños se harán y harán a sus padres esas preguntas, así que te diremos cómo responder las preguntas de tus niños sobre la muerte con empatía.

Cómo contestar a las preguntas de los niños sobre la muerte

Y ¿qué hacemos? La muerte es un tema delicado y hay que elegir bien las palabras para no causar un efecto negativo en los niños. ¿Qué tienen que saber los niños respecto a la muerte? Más allá de las creencias religiosas que cada familia desee transmitir, hay verdades, compartidas por todos, que no pueden dejar de decirse. Por ejemplo:

¿Qué es morir?

Morir es terminar de vivir. Las explicaciones como 'se ha ido', 'está en el cielo', 'lo perdimos' o 'desapareció', no son tranquilizantes si no se les explica claramente que de lo que se trata es del final de una vida. Los niños, según su edad, perciben la muerte de manera distinta. Por ejemplo, los menores de 5 años suelen ver la muerte como algo temporal, mientras que los mayores empiezan a entender que es permanente.

Es importante tener en cuenta el desarrollo emocional de cada pequeño al abordar el tema de la muerte, ya que sus preguntas pueden variar en complejidad y profundidad. Para los más chiquitos, la muerte puede parecer un concepto reversible, es decir, que la persona puede 'regresar' en algún momento, mientras que los mayores empiezan a percibir la realidad de su irreversibilidad.

¿Tú te vas a morir? ¿Y yo? ¿Cuándo?

No debemos engañarles diciendo 'cuando seamos viejecitos'. Sabemos que lamentablemente no es siempre así: mueren bebés, niños, jóvenes, adultos y viejos. Morimos cuando se nos acaba la vida. Todo lo que nace, muere. Hasta aproximadamente los seis años de edad, los niños no se angustiarán con el tema de la muerte. Hablarán con naturalidad y después continuarán con su juego o su película. Nos angustiamos los adultos.

Como notamos en los ejemplos citados, los niños necesitan saber que el cuerpo sin vida queda en el cementerio, donde están las tumbas y en un lugar está escrito el nombre, apellido, fecha de nacimiento y de fallecimiento 'de la persona que murió'. Allí se puede ir a recordarlos siempre que se quiera. Una inquietud recurrente en los niños y en todo ser humano.

Cuando los padres hablan sobre la muerte con sus hijos, es importante que controlen sus propias emociones para no transmitir miedo o ansiedad. Los niños suelen ser muy sensibles a las emociones de los adultos. Si un padre habla de la muerte con tristeza excesiva o miedo, el niño puede asociar la muerte con algo angustiante. Mantener la calma y usar un tono tranquilo permite procesar la información más sanamente.

¿Qué queda de los muertos?

Algunos hablarán del alma y es importante que cuidemos las expresiones a fin de que el niño no busque algo intangible como el alma en un lugar físico y concreto, temiendo su aparición. Otra manera de responder podría ser: 'quedan los álbumes de fotos, los recuerdos, todo lo que nosotros y aquellos que le conocieron contamos de él, quedan los momentos compartidos junto a él y la marca que dejó en nuestras vidas'.

Antes de terminar es importante señalar que cuando los niños no hacen preguntas acerca de la muerte de un ser querido, no significa que no las tengan. Ellos perciben que formularlas abiertamente provocaría angustia e incomodidad en los adultos. Si de esto no se habla, es posible que aparezcan síntomas (físicos y psíquicos) de distinta gravedad. La verdad puede ser triste, pero ignorarla, puede ser incluso peor.

8 tips para contestar a las preguntas de los niños sobre la muerte

Comprender la realidad de la muerte es importante para el desarrollo de los niños, por eso es recomendable que ellos reciban una información sencilla y entendible para su edad. A los niños pequeños, con solo decirles que la muerte ocurre cuando el cuerpo deja de funcionar por alguna enfermedad, accidente u otro porqué, es suficiente. Para los mayores, esa explicación no basta.

Por ello, la editorial Rubio propone 8 consejos para explicar la muerte a los hijos, de una forma tranquila, concisa y empática:

1. Ajusta la conversación con base a la edad y al grado de maduración de tus hijos. Por ejemplo, si un niño de tres años pregunta qué significa morir, puedes decirle que 'la persona ya no está viva y su cuerpo ya no funciona', lo cual es suficiente para esa edad. Pero si un niño mayor hace la misma pregunta, podrías añadir detalles sobre por qué sucede la muerte y que es lo natural en la vida.
2. Usa un lenguaje sencillo, basado en hechos muy claros. Cuéntales ejemplos a tus hijos y trata de ser lo más específica posible.
3. Considera las fantasías de tu hijo a la hora de hablarles sobre la muerte. Asegúrate de que no ha quedado duda porque cuando no les explicas la muerte, la tendencia es que ellos crean sus propias teorías, basadas en cómo ven el mundo que les rodea, y eso puede generar angustias.

4. Habla a tu hijo en un tono tranquilo. Los niños reflejan las emociones de los padres. Los niños deben asociar la muerte a emociones de serenidad, aunque el evento sea triste.
5. Explica a tu hijo que la muerte es irreversible, que es el final de la vida y esta no puede volver.
6. Es importante explicarle que la muerte es parte de un proceso natural de la vida, como las plantas, por ejemplo, y que con la muerte, el cuerpo deja de respirar, caminar, y de funcionar.
7. La muerte tiene siempre un motivo o una razón. No ocurre sin motivo.
8. Es importante hablar de la muerte con los niños pero aún más de lo que hay antes de la muerte. Anima a tu hijo a que se cuide, a que sea amable y agradecido con lo que tiene. Que la vida solo hay una y tenemos que vivirla de la mejor manera posible.

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