14 cosas que debemos enseñarles a nuestras hijas y no pueden olvidar
Papás y mamás deben reflexionar sobre su propios condicionamientos de género para no reproducirlos con sus niñas
- ¿Qué mensajes queremos transmitir a nuestras hijas?
- Mensajes y conductas que empoderan a nuestras hijas
- Más cosas que debemos enseñarles a nuestras hijas para que sean plenamente felices
Nuestras hijas se merecen una educación libre de estereotipos y discriminación de género. Por eso es importante que desde que son pequeñas mamá y papá se impliquen en su educación para que se sientan libres, autónomas y empoderadas, a la vez que conozcan el respeto hacia los demás pero también hacia sí mismas. Estas son las 15 cosas que debemos enseñarles a nuestras hijas y no pueden olvidar.
¿Qué mensajes queremos transmitir a nuestras hijas?
Piénsalo bien, ¿qué te gustaría transmitir a tu hija o hijas para que cuando crezcan sean mujeres fuertes, empáticas y emocionalmente saludables? Contestar a esta pregunta no es fácil, porque quizás primero tendremos que revisar nuestro interior, aceptar nuestros propios aprendizajes de género y transformarlos. Es difícil que una madre pueda enseñarle a su hija a amarse si no lo está haciendo consigo misma, o que un padre sea un ejemplo de masculinidad cuando dice comentarios sexistas con sus amigos delante de ella.
1. Quererse tal y como es
Fomentar en nuestras hijas una autoestima sana es la mejor manera de asegurarles una vida feliz. Por eso, es importante que aprendan desde muy temprana edad a amar su cuerpo y su mente, a quererlo de manera natural y, por supuesto, a querer a los demás tal y como son. Que aprendan a identificar su manera de ser, con sus virtudes y defectos, para que se acepten a ellas mismas antes de solicitar la aceptación de nadie más.
2. Respetar la diversidad
Una educación que respete la diversidad humana permite tanto a niñas como a niños abrir su mente y aprender a que el amor puede darse y recibirse de millones de maneras. Si nuestras hijas aprenden desde temprana edad a respetar el género, la etnia, la condición económica o la discapacidad de las personas que están a su alrededor, aprenderán además que ellas también tienen el derecho de ser respetadas por los demás.
3. Decir no con asertividad
Quizás esta sea una de las lecciones más difíciles de enseñar a nuestras hijas, pero es esencial para prepararlas para su futuro en la sociedad en la que actualmente vivimos. Como mujeres, tendrán que enfrentarse seguramente más de una vez a alguna situación patriarcal que las discrimine, por ello, es importante que aprendan a enfrentarse a esa situación con asertividad. ¿Cómo? Deja que en casa expresen sus emociones o que se sientan con libertad de decir ‘no’ de manera tranquila y sin culpas ni juicios negativos.
4. Identificar situaciones de violencia de género
Meterlas en una esfera de cristal donde no conozcan el mundo no es protegerlas, más bien es dejarlas sin ningún tipo de herramienta para enfrentarse a la realidad. Y esa realidad es que aún la violencia de género (así como otros tipos de violencia) está presente en nuestra vida, desde las más identificables como aquellas que se esconden entre los hábitos y costumbres sociales. No tiene nada de malo hablar de ellas si en un momento dado aparecen de alguna manera en su vida: mostradas en una película, en un momento en clase, en una situación familiar…
Mensajes y conductas que empoderan a nuestras hijas
El hecho de que enseñemos a nuestras hijas aspectos como la importancia de quererse a una misma o poner límites ante la discriminación no significa que no tendrán que enfrentarse a ella, pero al menos les ayudaremos a saber cómo actuar ante ciertas situaciones e incluso a que en su vida busquen siempre rodearse de un entorno saludable y libre de cualquier tipo de violencia u opresión de género. Es un pequeño y a la vez enorme granito de arena, un regalo para nuestras hijas y para las futuras generaciones.
5. Defenderse física y emocionalmente
Desafortunadamente, hoy en día es casi una necesidad que las mujeres aprendan a defenderse. No dudes en alentar a tu hija a aprender algún arte marcial o llevarla una temporada a clases de defensa personal. Nunca se sabe si le salvará la vida alguna vez. En cuanto a la defensa emocional, explícale que la mejor manera de defenderse es una comunicación sana y respetuosa.
6. Respetar su cuerpo
No tiene nada de malo enseñarle a tu hija la importancia de respetar su cuerpo. Hay muchas maneras de hacerlo, desde enseñarle cuáles son sus zonas íntimas y la importancia que tienen (el por qué nadie debe tocarlas sin su consentimiento) hasta enseñarles a cuidarlo de manera saludable (buena alimentación, ejercicio, no realizar actividades que lo dañen…) o incluso dejar que tomen decisiones sobre el mismo (si usan tampón, compresas o copa menstrual, si se hacen un piercing o tatuaje...).
7. Aceptar y gestionar sus propias emociones
Desde que son bebés les pedimos que den un beso a un familiar incluso cuando no quieren. ¿Por qué hacer algo así? ¡Sus razones tendrán! Si como mamás y papás respetamos a nuestras hijas, ellas entenderán desde la infancia que merecen ser respetadas. Obviamente debemos acompañar sus emociones, tanto las positivas como las negativas, pero nunca minimizarlas, quitarles importancia, juzgarlas o reprimirlas.
8. Conocer su sexualidad
Nuestras hijas tienen derecho a aprender sobre sexualidad en todos los sentidos y acorde a su desarrollo. Y cuando hablamos de sexualidad no nos referimos solo a que conozcan los riesgos de las relaciones sexuales (como las enfermedades de transmisión sexual o el embarazo), sino también que no tienen por qué sentirse presionadas para tener o para no tener relaciones sexuales.
9. Perseguir sus sueños y tener aspiraciones
Una desgarradora realidad es que aún hoy en día muchas mujeres tienden a dejar a un lado sus sueños y metas para dedicarse a los demás (hijos, familiares…). Si es una decisión libre y deseada, no tiene nada de malo, pero también es otra realidad que muchas de esas mujeres se sienten incompletas con ello, lo que afecta a su autoestima. Debes mostrar a tu hija que tiene derecho a tener aspiraciones y objetivos de vida y a perseguirlos, a valorarlos y priorizarlos en su vida; que en sus relaciones personales y profesionales es importante encontrar ese equilibrio entre el cuidado hacia los demás y el cuidado mutuo.
Más cosas que debemos enseñarles a nuestras hijas para que sean plenamente felices
Como progenitores, siempre cometeremos muchos errores, pero es nuestra responsabilidad moral ―no solo con nuestras hijas sino con la sociedad― tratar de dejar de reproducir la discriminación hacia las mujeres que aún permanece, pero de la que cada vez más personas, mujeres y hombres desean alejarse.
10. Descubrir la igualdad de género
El hecho de que aprendan que tanto en casa como en el exterior debería tener los mismos derechos y obligaciones que los hombres es indispensable para que en su momento pueda reivindicarlos. La igualdad de género comienza en casa, en los roles que observa en mamá, papá, hermanos, abuelos... No podemos cambiar a los demás, pero sí podemos cambiarnos a nosotras y nosotros mismos, lo que repercute en el entorno.
11. Respetar y no juzgar a otras mujeres
Uno de los legados patriarcales que aún seguimos arrastrando es la competencia femenina. Es habitual que se critique los actos de las mujeres de manera mucho más natural que los actos de los hombres; incluso vemos constantemente cómo mujeres juzgan a otras mujeres porque las primeras 'no se comportan' socialmente como las segundas consideran que es la manera correcta. Nuestras hijas deben entender que las mujeres no son adversarias sino compañeras de las que aprender y en las que apoyarse. La solidaridad femenina mueve mundos y fronteras, de la misma manera que podemos fomentar otros tipos de solidaridades.
12. Jugar con lo que le guste
Los juguetes no tienen porqué tener género. Una muñeca bebé es válida tanto para niñas como para niños, porque de alguna manera enseña a cuidarnos unos a otros, algo que tarde o temprano tendremos que hacer; lo mismo que jugar a los coches puede ser igual de divertido para un niño que una niña, porque es un juego dinámico que refleja un aspecto de la realidad social. Por tanto, lo ideal es dejar a un lado esa idea de 'juguetes para niñas' y 'juguetes para niños'.
13. Buscar quién es. Ellas no son princesas, ni ellos príncipes
Deja a un lado esa idea de que las niñas son princesas que deben ser rescatadas por príncipes. Obviamente tu hija para ti es tu princesa, porque la sientes como alguien demasiado importante en tu vida, pero si es así, enséñale entonces otra manera de ser princesa. Una princesa que por derecho puede ser reina, una princesa autónoma, capaz de tomar decisiones por sí misma, que no necesita casarse con un hombre para validar su capacidad...
14. Reconocer y aprender de sus errores
Las mujeres afrontamos muchas presiones sociales por el hecho de ser mujeres. En ocasiones, pensamos que no puede notarse que nos hemos equivocado, que no podemos más o que realmente no llegamos a todo. El síndrome de la supermujer es un aspecto de la realidad moderna que también es importante abordar para que las más pequeñas puedan reconocerlo. ¡Y es que no tienen que ser perfectas!
Como habrás intuido, este artículo trataba solo de ofrecer algunas pautas para educar en igualdad a nuestras hijas, sino también de alentar a papás y mamás a reflexionar sobre su propios condicionamientos de género para no reproducirlos con sus hijas. Te propongo un ejercicio muy bueno para terminar: escribir todo aquello que nuestros padres y madres nos decían y que puede estar relacionado con la manera en que nos mostraban lo que 'debía' ser una mujer. ¿Qué nos ha salido? A partir de ahí, tú tienes la llave para cambiar lo que quieras con respeto a la educación de tus hijas.
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