Los rezos, las oraciones y las plegarias son una forma excelente de comunicarnos con el Señor, pero también lo son para pararse a pensar, a reflexionar y para guardarnos uno o varios momentos en el día a día para dar las gracias o pedir a Dios todopoderoso que cuide de nuestros seres más queridos. Si quieres que tu familia siga con esta larga tradición cristiana, no te pierdas las oraciones que deberían aprender a rezar los niños antes de cumplir los 10 años.
¿Cuándo podemos decir estas oraciones con los niños? ¿en qué momento las pueden recitar ellos a modo de ejercicio personal? Pues en cualquiera: al acostarse, al levantarse, antes de tomar los alimentos servidos a la mesa, la mañana de antes de hacer un examen, cuando estamos preocupados por un familiar... No es necesario fijar un momento concreto del día para hablar con el Señor. Él siempre está ahí dispuesto a escucharnos.
Las plegarias que hemos recogido en este listado son sencillas, de fácil compresión e ideales para que las reciten y las aprendan los niños antes de cumplir los 10 años. Forman parte del Santo Rosario que niños y niñas reciben en su Primera Comunión. Explícales qué quiere decir cada una de ellas, resuelve todas las dudas que tengan y diles que, si lo desean, pueden terminar la oración con unas palabras propias.
1. Oración de San Francisco por la paz
Hazme un instrumento de tu paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el
Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde hay desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Señor, haz que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
Porque es:
Dando que se recibe;
Perdonando que se es perdonado;
Muriendo que se resucita a la
Vida Eterna.
2. Que tu gracia nos inspire
Señor, que tu gracia nos inspire,
que sostenga y acompañe nuestras obras,
para que nuestro trabajo comience en Ti,
como en su fuente,
y tienda siempre a Ti como a su fin.
3. Para empezar el día
Comienza el día, Señor, Dios nuestro;
te suplicamos que tu
amor llene nuestros corazones
para que nos ayudemos unos a otros.
Y que todo lo que hoy hagamos sea una ofrenda para ti.
4. Para pedir perdón
Yo confieso, ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa;
por eso ruego a Santa María, siempre
Virgen,
a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mi ante Dios nuestro Señor.
5. Para dar gracias
por tantos beneficios como nos das.
A Ti, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
Me gustaría contar a todos las maravillas
que haces con nosotros. Tú nos amas
con un amor sin fin. ¡
Gracias, Señor mío!
6. Bendición de la mesa
Bendice, Señor, a cuantos hoy comemos este pan.
Bendice a quienes lo hicieron, a quienes no lo tendrán,
y haz que, juntos, lo comamos en la Mesa celestial.
Gracias te damos, Señor, por el pan que nos mantiene,
y enséñanos a compartirlo con los que no lo tienen.
La liturgia y la tradición cristiana reúne tal cantidad de oraciones para los feligreses que resulta complicado anotarlas todas. Por eso, hemos tratado de darte a conocer las más significativas y las que mejor pueden aprender tus hijos. Decirlas de manera individual a modo de rezo o plegaria, pondrá de manifiesto la buena voluntad y la fe que profesamos a nuestro Señor Jesucristo.
7. Salve Regina
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia
Vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve
A Ti clamamos, los desterrados hijos de Eva
A Ti suspiramos, gimiendo y llorando
En este valle de lágrimas
Ea, pues, Abogada Nuestra, vuelve tus
Ojos misericordiosos hacia nosotros
Y muéstranos Jesús, el fruto bendito de tu vientre
Después de este destierro
Oh, clemente
Oh, piadosa
Oh, dulce Virgen María
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestros Señor Jesucristo. Amén.
8. Ángelus
El
ángel del Señor anunció a María
y Ella concibió por obra y gracias del Espíritu Santo. Dios te Salve, María.
He aquí la esclava del Señor,
hágase en mi según tu palabra. Dios te Salve, María.
Y el Verbo de Dios se hizo carne
y habitó entre nosotros. Dios te Salve, María.
9. El símbolo de los Apóstoles. Credo
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
10. Bendito sea Dios
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la Excelesa Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su catísimo esposo.
Bendito sea Dios en su Ángeles y en sus Santos.
11. Oración por la familia
Bendecimos tu nombre, Oh Señor
por enviar a tu propio Hijo encarnado
a formar parte de una familia,
para que, al vivir en ella,
experimentara sus preocupaciones y alegrías.
Te pedimos, Señor,
para que en la fuerza de tu gracia,
sus miembros tengan prosperidad,
posean el regalo invaluable de tu paz,
y como Iglesia viviente en el hogar,
testimonien de tu gloria en este mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
12. El rayo de tu claridad
Tú, Señor, que eres
la verdadera fuente de luz y de sabiduría
y el soberano principio de todo,
dígnate a difundir
sobre las tinieblas de mi entendimiento
el rayo de tu claridad.
Remueve en mi
muchos frutos de cosas buenas.
La oración se debe entender como un ejercicio para pensar, reflexionar, pedir por nosotros y los nuestros y dar las gracias por lo bueno que hay en nuestra vida. Pero también hay que verlo como una forma de comunicación con Dios, es mediante estos rezos que podemos entablar una conversación con el Señor.
13. Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
te ofrezco en este día,
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía. Amén.
14. La oración del Señor: el Padrenuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal, amén.
15. Bendiciones cotidianas
Que Dios te bendiga.
Que Dios esté contigo.
Que Dios esté en tu corazón.
Que Dios te bendiga y te proteja.
16. Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos,
¡Oh, Santa Madre de Dios!
No desoigas nuestras súplicas
en nuestras tentaciones,
antes bien, líbranos de todo mal.
¡Oh, Madre santa y bendita!
17. Oración a María
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Omnipotente y sempiterno Dios,
que con la cooperación del Espíritu Santo,
preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María
para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo;
concédenos que celebramos con alegría su conmemoración,
por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes
y de la muerte eterna.
Por el mismo
Cristo nuestro Señor. Amén.
18. Señor mío Jesucristo
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois,
Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
19. Padre eterno
Convierte hacia ti nuestros corazones,
para que, viviendo consagrados a tu servicio,
te busquemos siempre a ti,
que eres lo único necesario,
y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
quien contigo y el Espíritu Santo
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Puedes leer más artículos similares a 19 oraciones que deben aprender los niños antes de cumplir los 10 años, en la categoría de Religión en Guiainfantil.com.