Cómo educar sin etiquetas sexistas - ¿Es niño? Fuerte ¿Es niña? Delicada

En nuestra sociedad, aún persisten etiquetas que son muy estereotipadas, por eso debemos aprender cómo educar sin etiquetas sexistas - '¿Es niño? Fuerte ¿Es niña? Delicada', las cuales condicionan cómo percibimos y educamos a los más pequeños. Estas ideas limitan el desarrollo de los niños y niñas, reforzando estereotipos de género que afectan su autoestima y habilidades. Aquí, cómo fomentar la igualdad y permitir que cada niño crezca libre de prejuicios.

La igualdad de género en la educación - ¡Fuera etiquetas sexistas!

Personalmente no puedo evitar hablar de esto porque tengo dos niñas y un niño. Cuando me quedé embarazada, pensaba que este tema estaba superado y que podría educarles en igualdad sin ningún problema. Sin embargo, me encontré con una realidad diferente: la división de género está más marcada que nunca, incluso más que cuando yo era pequeña.

A lo largo de los años, las dinámicas sociales sí que han cambiado, pero ciertos comportamientos y expectativas refuerzan los estereotipos que limitan a los más jóvenes. Esto hace que la tarea de educar en igualdad sea más desafiante. Un ejemplo de esto es el tema de los pendientes o aretes en otros países: lo llevamos tan interiorizado que creemos que es algo inocuo.

A muchas niñas, nada más nacer, les perforan las orejas porque aún se piensa que es una tradición que no tiene consecuencias, pero al final, es una marca de género que indica al mundo que esa bebé es una niña. Al inicio todos los bebés son iguales, más si los ponemos juntos, porque no podríamos distinguirlos, así que esta práctica envía un mensaje que condiciona cómo nos dirigimos a ellos.

Este tipo de gestos, aunque parezcan insignificantes, refuerzan la idea de que niños y niñas deben ser tratados de forma distinta. Pero, ¿cómo cambiarlo? Aceptando que es difícil hacerlo todo bien y nos va a seguir saliendo de manera automática porque así fuimos educados. Al reconocer nuestros sesgos y ser conscientes de nuestras acciones nos permite avanzar hacia una crianza más equitativa.

Algunas estrategias positivas para la crianza equitativa en los niños

Una estrategia que considero muy útil es cambiar mentalmente el sexo en las situaciones cotidianas. Por ejemplo, si mi hija fuera un niño, ¿le diría esto? O, si mi hijo fuera una niña, ¿me comportaría igual? Este ejercicio permite analizar si las palabras y comportamientos serían diferentes, así como a identificar patrones que no siempre son evidentes.

A veces, resaltamos ciertos aspectos solo porque se salen de lo que consideramos 'normal' según el género. Por ejemplo, si una niña es más activa o se ensucia en el barro, lo señalamos como algo destacable. Pero, si un niño muestra esas mismas características, nos parece normal. Del mismo modo, si un niño prefiere leer, armar puzzles o hablar con amigas, lo vemos como algo inusual, mientras que en una niña no lo haríamos.

Estas actitudes pueden enviar mensajes contradictorios a los niños sobre lo que se espera de ellos según su género. Así que cambiando el sexo de los roles en nuestras reflexiones nos damos cuenta de que no es justo que, si no hacemos algo con unas personas, lo hagamos con otras, o viceversa. Creo que esta es la manera más fácil de identificar qué cosas no estamos haciendo de forma justa.

Este ejercicio mental no solo nos permite reconocer desigualdades, sino que nos invita a reflexionar un poco más a fondo sobre cómo nuestras palabras y acciones perpetúan aquellos estereotipos que afectan a niños y niñas desde una edad temprana. Solamente de este modo podremos ir eliminando estas divisiones de género que tanto daño hacen a los niños y que no son justas.

Cómo enseñar a tus hijos a observar con una mirada crítica al mundo

Podemos empezar por explicar a los niños cómo está organizado el mundo. Por ejemplo, cuando entramos en una tienda, podemos decirles: 'Las personas adultas tenemos la falsa idea de que las niñas y los niños son muy diferentes. Por eso, aquí hay una parte toda rosa, con princesas y unicornios, y otra llena de coches y dinosaurios. ¿Qué os parece?'.

Al plantear estas preguntas, les damos la oportunidad de observar el mundo con una mirada más crítica. Esto fomenta el pensamiento reflexivo y empodera a los niños para cuestionar las normas sociales. Es crucial que ellos identifiquen estas divisiones porque al hacerlo, desarrollan la capacidad de desafiar ideas preconcebidas y construir su propio entendimiento del mundo.

Por ejemplo, un niño que comprende que las etiquetas de género son arbitrarias puede sentirse más libre para explorar intereses que tradicionalmente no se asocian con su género, como bailar, cocinar o cuidar de otros. Del mismo modo, una niña puede sentirse empoderada para perseguir actividades consideradas 'masculinas,' como los deportes extremos o la ingeniería.

Creo que la única manera de empezar a cambiar las cosas es enseñándoles a mirar con sorpresa y curiosidad las divisiones de género que hay. Además, los adultos debemos ser conscientes de nuestro lenguaje y comportamiento. Con pequeñas acciones, como elogiar a las niñas y a los niños por su inteligencia, valentía o creatividad, van marcando una gran diferencia en su desarrollo.

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