Enseña a los niños a diferenciar qué necesitan de qué desean

Los padres deben potenciar en casa el valor del esfuerzo

Silvia Álava Sordo, Psicóloga
En este artículo
  1. Consecuencias de vivir en el consumismo en el seno familiar 
  2. Señales de que el niño tiene un problema de consumismo 
  3. Cómo enseñarle al niño a diferenciar qué necesita y qué desea 

Hay muchas casos en los que el consumismo se convierte en un problema dentro del seno familiar. Cuando esto ocurre, ¿qué se debe hacer? En ocasiones el consumismo va mucho más allá de lo que nos estamos imaginando. Si no quieres caer en su trampa, debes mostrarles a los niños las diferencias entre qué necesitan y qué desean. 

Consecuencias de vivir en el consumismo en el seno familiar 

educar al niño en la cultura del esfuerzo

El consumismo nos lleva a descuidar cosas tan necesarias e importantes como es la dieta diaria o los estudios. En el caso del primer punto hace que, 'por un día', cambiemos unas sabrosas lentejas por una pizza. Y lo hacemos también porque hacer un plato de cuchara implica tiempo y dedicación.

Pero también supone un cierto esfuerzo y cuando nosotros dejamos de hacerlo y vamos a esa cultura rápida del fast-food, ¿Qué consecuencias tiene esta actitud sobre los niños? De primeras ellos estarán encantados, pero a medio y corto plazo, además de no aportarles un beneficio para su salud y acarrearles problemas de obesidad y malnutrición, tampoco les estaremos educando en el esfuerzo. 

Los estudios es la segunda faceta en la que el consumismo puede hacer mucho daño. Los padres deben trabajar la persistencia y el esfuerzo y no caer en la idea del refuerzo inmediato. Y lo mismo ocurre con el deporte. Si el niño vale para una actividad física concreta, deberá esforzarse, deberá practicar, deberá entrenar y no abandonar a la primera de cambio.  Si tú quieres hacer algo, ¡hay que esforzarse para conseguirlo! 

Señales de que el niño tiene un problema de consumismo 

niño consumista

Esta situación que te voy a relatar a continuación es un claro ejemplo de un niño que está cegado por el consumismo. Hemos ido al cine y hemos tomado unas palomitas, ¡un plan fantástico en familia! Pero resulta que esto no es todo para el chaval, y es que se enfada porque a la salida de la película los padres decidimos irnos a casa en lugar de acudir a cenar a su restaurante favorito. 

Sin duda, una conducta que nos está alarmando de que el niño se ha dejado contagiar por la fiebre del consumismo. ¿Cómo sabe si nuestro hijo lo sufre también? ¡Atenta a los siguientes puntos! 

- Cuando vemos que los niños se vuelven unos tiranos.

- Cuando no disfrutan con lo tienen. 

- Cuando exigen más y más. 

Cómo enseñarle al niño a diferenciar qué necesita y qué desea 

qué necesitan de qué desean

Hay que hacer una aclaración, y es que los primeros que tenemos que distinguirlo somos los mayores. Nunca debemos olvidar que los niños aprenden por imitación y nosotros somos su mejor ejemplo. El espejo en el que se miran. ¿Qué quieres que vea? 

Sí que es cierto que necesitamos cubrir un mínimo de necesidades básicas (ropa, comida, estudios...) pero el resto son cosas que deseamos o que queremos, por eso lo mejor es enseñarles a los niños, por un lado, a agradecer y dar las gracias y, por otro, hay que hacerles conscientes de lo que tienen y a aprender a disfrutar de los buenos momentos. 

No hay que dejarse llevar por la sociedad y por las modas, que cada vez son más rápidas y efímeras, y que emplean la estrategia de hacernos creer que necesitamos algo, cuando no es así. ¿Cuántas veces te han llegado tus hijos a casa diciéndote que necesitan una marca de zapatillas en concreto porque sus compañeros las tienen?

Esto resulta muy peligroso, sobre todo en la adolescencia, porque es una etapa en la que por sentirse 'integrados en un grupo', los niños hacen lo que los demás. ¡Tengo que tener lo que tienen los demás! Y esto no es así, por eso es tan importante trabajar con los niños los conceptos de 'qué necesitan' o 'qué desean' dentro el seno familiar. 

Si elevamos 'esas zapatillas' a una categoría de necesidad y nuestro hijo no las tiene. ¿Qué va a ocurrir? Se pondrá irascible, estará enfadado todo el día y de muy mal humor. Debemos centrarnos en lo que queremos y en los valores por los que nos gustaría que nuestros hijos nos recuerden y que, a su vez, sean los valores que les acompañen en el camino de la vida.

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