Enseñar a los niños a ser precavidos (sin caer en el exceso de cautela)

Debemos enseñar a nuestros hijos a tener precaución y ser prudentes sin llegar a ser miedosos

María José Padilla, Coach educativa
En este artículo
  1. Por qué enseñar a los niños a ser precavidos y prudentes
  2. El peligro de educar a los niños con un exceso de cautela
  3. Consejos para que los niños aprendan a tener precaución
  4. La fábula de los tres filtros para enseñar a los niños prudencia

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define 'precaución' como 'reserva, cautela para evitar o prevenir los inconvenientes, dificultades o daños que pueden temerse'; como lo contrario a precavido es ser temerario o imprudente. En este sentido, los padres deseamos enseñar a nuestros hijos a ser precavidos y prudentes, para que tengan cuidado. Sin embargo, nunca podemos olvidar que transmitirles a los niños un exceso de cautela, pueden llevarles a ser miedosos.

Por qué enseñar a los niños a ser precavidos y prudentes

Enseñar a los niños a ser precavidos

A los padres nos encanta mandarles mensajes de precaución a nuestros hijos para que sean más precavidos: 'cuidado no te vayas a caer', 'mira por dónde vas, que te puedes hacer daño', 'abrígate que puede hacer frío', 'no corras que te puedes lastimar un pie', 'si no haces los deberes hoy, no disfrutarás del fin de semana con los primos', 'no comas tan rápido que te caerá la comida mal'...

Y así todas estas lecciones que pretendemos que nuestros hijos asuman para ser prudentes en su vida y tomen las precauciones necesarias para no lastimarse ni física ni mentalmente.

Sin embargo, hay niños que son precavidos, otros que pueden llegar a serlo y algunos que son temerarios. Lo importante es que esta capacidad se puede aprender y que como padres, la podemos enseñar. Las ventajas que conllevará que nuestro hijo sea precavido pueden ser:

- Aprenderán a poner más atención a lo que hagan.
- Desconfiarán de las situaciones que no les sean de su agrado.
- Serán más comunicativos porque buscarán el apoyo de los padres.
- Preguntarán las dudas que le surjan referente a ciertos temas.
- Serán niños más autónomos.
- Puede llegar a ser niños más tranquilos.

El peligro de educar a los niños con un exceso de cautela

El exceso de cautela al educar a los niños

Por el contrario, diremos que ser precavidos en exceso puede acarrear problemas a nuestros hijos. En este sentido, los padres debemos estar atentos al tipo de mensajes que transmitimos a nuestros hijos para que es exceso de cautela no les lleve a sufrir:

- Pueden llegar a ser niños más miedosos (si nos sobrepasamos en inculcarle la precaución y lo que hacemos es inculcarle el miedo).
- Quizás lleguen a ser más lentos (porque les costará más trabajo y tiempo, decidirse).
- Pueden ser niños que no tomen decisiones de manera rápida.
- Quizás sean niños que tengan demasiada precaución en situaciones que no es necesario. 
- Y es posible, que sean niños que desconfíen de amigos, familiares y personas cercanas.

Consejos para que los niños aprendan a tener precaución

Enseñar a los niños a tener precaución

Por lo tanto, como en casi todo lo relacionado con la educación y la crianza de los niños, el éxito estará en encontrar la justa medida; el equilibrio. Vamos a enseñar a nuestros hijos cómo ser precavidos para que todo sean ventajas. Para ello, podemos llevar a cabo lo siguiente:

1. Juega con tus hijos a realizar hipótesis de situaciones posibles que se les pueda dar en el colegio, con amigos o en la familia.

2. Cuéntale una historia o posible situación y dale varias opciones como respuesta, permítele que elija y razona con ellos la decisión. Además de estar enseñándole a ser precavido, estarás trabajando su pensamiento crítico.

3. Aprovecha las noticias o situaciones reales para explicarle qué maneras de proceder son posibles y las ventajas e inconvenientes que cada situación puede conllevarle. Haz hincapié en la más precavida.

4. Aumenta la comunicación con ellos, para explicarle el porqué de las decisiones o consejos que les das, desde la precaución.

5. Ayúdale a entender frases como: 'Hombre precavido, vale por dos', 'Confiamos porque somos precavidos' o 'Si sales a navegar, no te canse el preparar' (el refranero está lleno de frases que te pueden ayudar).

6. Aprovecha los cuentos que hay sobre este valor para inculcarles a tus hijos esta capacidad de una forma amena y divertida.

7. Enséñale a pensar antes de hablar o a pensar antes de actuar con tu ejemplo, recuerda que para nuestros hijos somos el modelo a seguir.

También podemos enseñar a nuestros hijos a ser precavidos con personas extrañas o desconocidas; a tener cuidado con el dinero para que aprendan a valorarlo; a ser precavidos con sus pensamientos negativos o a callarse en ciertos momentos para no hacer daño a los demás.

La fábula de los tres filtros para enseñar a los niños prudencia

Fábula de los tres filtros de Sócrates para los niños

Uno de los mejores recursos educativos que podemos usar para educar a nuestros hijos, como ya sabes, son los cuentos infantiles. Estas historias están repletas de moralejas y enseñanzas que los niños pueden llevar a su día a día. En este caso, para enseñar a los niños a ser precavidos, te proponemos que les cuentes la fábula de los tres filtros. ¿La conoces? Empieza así...

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y le dijo:

- ¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando mal de ti.

Sócrates lo interrumpió diciendo:

- ¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de 'los tres filtros' lo que me vas a decir?

- ¿Los tres filtros...?

- 'Sí' - replicó Sócrates. - El primer filtro es la verdad. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?

- No, lo oí decir a unos vecinos...

- Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la bondad: ¿lo que me quieres decir es por lo menos bueno?

- No, en realidad no; al contrario.

- ¡Ah! - interrumpió Sócrates. - Entonces vamos a al último filtro. ¿Es necesario que me cuentes eso?

- Para ser sincero, no. Necesario no es.

- Entonces - sonrió el sabio - Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... Sepultémoslo en el olvido.

Recuerda que también el mundo emocional se puede entrenar y que unos padres positivos y precavidos ayudarán a sus hijos a serlo también. A veces, es mejor ocuparnos de ser padres con valores que intentar que nuestros hijos sean ejemplo de esos valores.

Por último, no olvides aquello que dijo el poeta Friedrich Schiller: 'Aquel que es demasiado precavido realiza muy poco en la vida'. O la siguiente frase, que se atribuye al filósofo Voltaire: 'El que vive prudentemente, vive tristemente'.

Así que encontrar el límite para que nuestros hijos sigan creciendo en prudencia (y, sobre todo, en amor) sigue siendo parte de nuestro compromiso y responsabilidad, como padres. Confía en ti.

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