Prepárate para dar a luz sin miedo - Las hormonas aliadas en el parto

Sabemos que el miedo es una emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro real o imaginario y embarazada este aumenta. Ahora, prepárate para dar a luz sin miedo, las hormonas aliadas en el parto que te presentaremos te serán de mucha ayuda. Has llegado ya a la recta final de la gestación, por lo que es momento de estar lista.

El miedo desde el punto de vista biológico, es un mecanismo de defensa y de supervivencia. También se lo podría definir como una emoción complementaria al dolor, ya que el miedo nos alerta de peligros que pueden constituir una amenaza a nuestra salud o integridad física. Dolor y miedo suelen estar ligados entre sí. Por ello queremos decirte que dejes de lado esa emoción con estos consejos.

¿Cómo prepararte para dar a luz sin miedo?

Como hemos mencionado hay hormonas aliadas, pero también ha una hormona bastante inoportuna y queremos hablar primero de ella porque es la posible raíz del miedo. Hablamos de la adrenalina, que es la hormona del inicio y del final del parto cuando aparece el reflejo de expulsión ayudando a la mamá a contar con la fuerza necesaria para que nazca su hijo. Sin embargo, su aparición en elevadas cantidades durante el trabajo de parto podría interferir su evolución.

La adrenalina se segrega cuando la mujer siente mucho frio o, en este caso, miedo: la sangre se dirige a los brazos y piernas, los músculos se contraen, aumenta el ritmo cardíaco y el cuerpo se prepara para la huida o para la lucha. Es entonces cuando el trabajo de parto puede ralentizarse o incluso suspenderse, lo cual aumenta el dolor y las molestias.

El miedo al dolor en el parto es uno de los tantos miedos que pueden acompañar a la mamá durante todo el embarazo. Pero no es el único, hay tantos miedos como mujeres embarazadas. Es por eso, que el miedo al dolor es uno de los más habituales de la mujer embarazada. En este caso, podría desencadenarse por las fantasías que ella tenga respecto del parto, por experiencias anteriores si las hubo, por comentarios de otras personas, etc.

Por lo tanto, el miedo en ella se dispararía por un peligro imaginario. Para poder manejar o controlar esas fantasías (imaginarias) que la atemorizan durante los meses previos al nacimiento, es importante contar con información acerca del proceso del parto. Conocer cómo funciona el cuerpo durante ese momento, ayudará a calmar la ansiedad y hará que el proceso transcurra con más calma y en consciencia.

¿Conoces las hormonas aliadas en el parto? Oxitocina, Prolactina y Endorfinas

Ahora sí, hablemos de las hormonas aliadas, pero primero es importante saber que el parto es un hecho cerebral y fisiológico y, por lo tanto, es involuntario, ya que está controlado por el cerebro primitivo que es el que tenemos en común con los mamíferos. Para que las contracciones comiencen y continúen rítmicamente dando lugar al nacimiento del bebé, es necesario que se segregue un cocktail de hormonas, entre otras, la Oxitocina, conocida como 'la hormona del amor', porque también aparece en otras situaciones ligadas al placer.

Esta es la principal responsable del avance del trabajo de parto, ya que provoca las contracciones necesarias para lograr modificaciones en el cuello del útero que llevan a la dilatación. También las contracciones ayudan a que el bebé se desplace por el canal de parto y por último, ayuda a desprender y a expulsar la placenta dando lugar al alumbramiento que representa el final del parto. En este momento se segrega un pico de oxitocina y aparece también otra hormona llamada Prolactina, 'la hormona de la maternidad', asociada a la producción de leche materna.

Además, es necesaria la segregación de las hormonas Endorfinas, que constituyen una 'anestesia natural' y ocupan un lugar central en el proceso del parto, ya que se liberan en áreas del cerebro que ayudan a calmar el dolor. Este tipo de 'anestesia' es producida por nuestro propio cuerpo. Tienen un efecto analgésico similar a los opiáceos porque inhiben las fibras nerviosas que transmiten el dolor.

Por ello, son las llamadas 'hormonas de la felicidad', ya que mejoran el estado de ánimo, disminuyen la ansiedad y provocan una sensación de bienestar. Se segregan también en momentos alegres, por ejemplo, cuando reímos, cantamos y bailamos, comiendo chocolate o cuando hacemos ejercicio o algún deporte, y por supuesto cuando vemos a las personas que amamos.

Estas hormonas también aparecen en el bebé, es así que en el momento del nacimiento tanto mamá como bebé están bajo sus efectos, lo que favorece el vínculo entre los dos. Por ello, se sugiere el contacto piel con piel en los primeros minutos luego del parto y que permanezcan juntos el mayor tiempo posible. Se habla de ese momento como 'la hora sagrada'.

Proceso para que las hormonas aliadas del parto puedan segregarse

Para transitar un mejor trabajo de parto entonces es necesario que el complejo de hormonas del amor y de la felicidad estén a tope y que el complejo de las hormonas del miedo, aparezca solo cuando deban aparecer (al inicio y al final del parto) y no durante el mismo. Para que esto sea posible deberíamos crear un ambiente ligeramente cálido y amoroso.

En ese ambiente es vital que la mujer pueda estar acompañada por las personas que ella desea, sin demasiados ruidos, sin nadie que le grite y le de órdenes y, especialmente, que sienta la libertad de hacer lo que le plazca: bailar, caminar, cantar, ponerse en cuatro patas, en cuclillas, abrazarse a alguien, que le hagan un masaje, darse un baño… De allí que la mejor recomendación es que pueda pasar la mayor parte del tiempo del trabajo de parto en su propia casa.

Asimismo, además de las hormonas es importante que la mamá pueda disminuir la actividad de su neocórtex, es decir que calme su mente y sus pensamientos, que se 'desconecte' por unos momentos del mundo y se conecte con el proceso y con ella misma. Este cambio de consciencia favorece el equilibrio hormonal tan necesario durante el proceso.

Hay que recordar siempre que somos mamíferas y como todas ellas, la mujer también debe sentirse segura al momento de dar a luz. Basta con observar a algún animal doméstico a la hora de tener a sus crías: las perras o gatas eligen algún lugar oscuro y alejado de la casa, donde no se sientan observadas ni amenazadas ellas o sus cachorros. ¡Eso mismo necesita la mujer que está dando a luz!

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