Qué tipos de prácticas se consideran violencia obstétrica en el parto
La maniobra de Kristeller o el abuso de las cesáreas se considera violencia obstétrica
- Qué es la violencia obstétrica en el parto y cuándo se produce
- Prácticas de la violencia obstétrica: los partos instrumentalizados
- La maniobra de Kristeller también es violencia en el parto
- ¿Cómo pueden las mujeres detectar la violencia obstétrica?
¿Has oído hablar alguna vez de la violencia obstétrica? ¿Sabes qué es? ¿Qué tipo de prácticas se pueden considerar violencia obstétrica en el parto o en el embarazo? ¿Conoces a alguien que la haya sufrido? Explicamos cómo podemos reconocer la violencia obstétrica por parte de los profesionales sanitarios y qué podemos hacer, en la medida de lo posible, para tratar de evitarla en un momento tan delicado como es traer al mundo a un bebé.
Qué es la violencia obstétrica en el parto y cuándo se produce
Hablamos de violencia obstétrica cuando nos referimos a la apropiación de los procesos reproductivos de las mujeres por parte de los profesionales sanitarios. Lo podemos observar, por poner algunos ejemplos ya que hay varias maneras de ejercer esta violencia sobre las mujeres embarazadas, en forma de paternalismo, coacción, falta de respeto a las decisiones que toma la mujer o abuso de intervenciones en el momento del parto. Todas estas prácticas tiene un consiguiente impacto negativo para la mujer y el bebé.
Paternalismo, ya lo sabes, quiere decir tratar a la mujer embarazada como si fuera una niña pequeña, cuando, en verdad, la mujer es responsable de su cuerpo y sus pensamientos. El profesional, cuando ejerce esta violencia, deja de comportarse como tal para tener una actitud de sobreprotección y de toma de decisiones por la otra persona que es totalmente innecesaria e injustificada.
Prácticas de la violencia obstétrica: los partos instrumentalizados
Una de las prácticas considerada violencia obstétrica que muchos profesionales denuncian son los partos demasiado instrumentalizados. Pero, ¿esto qué significa?
Una mamá puede darse cuenta de que se trata de un parto demasiado instrumentalizado cuando las medidas que se toman, las intervenciones que se llevan a cabo no son estrictamente necesarias, ya no están tan justificadas, es decir, hay un abuso de estas intervenciones, lo que supone más riesgos para la madre y para el bebé. Entre estas intervenciones hablamos, por ejemplo, de las cesáreas o las episiotomías.
Pero, no debemos confundirnos: en algunas ocasiones, las intervenciones son necesarias (y solucionan problemas). Es decir, hay partos que requieren de una cesárea y eso está bien. El problema llega cuando se abusa de estas prácticas y se realizan también cuando no son necesarias.
Las estadísticas así lo demuestran, los estudios recientes indican que nos estamos saltando las recomendaciones de organismos oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hoy en día, en España, y también en otros muchos países, tenemos altos porcentajes de cesáreas, inducción e incluso de episiotomías. Dicho de otro modo, se abusa de estas intervenciones haciendo caso omiso a las recomendaciones de emplearlas solo cuando sea estrictamente necesario.
Volviendo a la pregunta de antes, la respuesta es sí. Las Naciones Unidas indican que se considera violencia obstétrica el abuso de cualquier intervención, las acciones que no tienen justificación alguna.
La maniobra de Kristeller también es violencia en el parto
Para dar más datos, más referencias y más ejemplos sobre este tipo de violencia en el parto, tenemos que hablar sobre la maniobra Kristeller. Esta se realiza cuando el profesional sanitario se sube sobre el vientre de la madre para hacer presión durante el parto y así ayudar a expulsar el bebé más rápido. Esta práctica, también se considera violencia obstétrica, está muy poco recomendada.
Por otro lado, en los casos en los que se lleva a cabo ni siquiera consta en el expediente de la madre. Además, no tiene evidencia científica de que aporte nada al proceso del parto y, en cambio, sí que se tiene muchas evidencias de los varios riesgos para la salud de la madre que supone realizar este tipo de técnicas tan invasivas y dolorosas.
¿Cómo pueden las mujeres detectar la violencia obstétrica?
Y, ¿qué pueden hacer los profesionales sanitarios para acabar con la violencia obstétrica en el caso de las embarazadas? En primer lugar, dejar de usar maniobras de parto obsoletas como la que acabamos de ver sería uno de los primeros pasos a dar por parte de los profesionales sanitarios. Pero también es necesario dejar de tener actitudes paternalistas en la que se quita el poder de la toma de decisiones a la madre embarazada. El profesional debe usar sus conocimientos para informar a las familias y que estas puedan elegir lo que desean para su parto desde la información.
Resulta ya complicado de por sí en el momento del parto por lo vulnerable de la situación, que la mujer pueda detectar la violencia obstétrica, es decir, no es momento para luchar contra este tipo de injusticias. Por eso es tan importante la información, que todas y todos conozcamos qué es la violencia obstétrica, cuándo se produce, en qué momento, cuáles son nuestros derechos y en qué situaciones o circunstancias alguien los coacciona.
En segundo punto, se aconseja buscar profesionales que trabajen de acuerdo a la evidencia científica, que estén actualizados en lo que se debe hacer y en lo que no. Pero también que respeten las preferencias y las necesidades de la madre y que trabajen en el parto de acuerdo a ello. Es importante que el profesional sanitario mire a la madre desde la confianza, el respeto y el acompañamiento, pero nunca desde una actitud de tener que decidir por ella.
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