Lunares con pelos en niños, ¿hay que quitarlos?
Todo lo que siempre has querido saber sobre los nevus o lunares con pelos en niños
- Verdades y mentiras sobre los lunares con pelo en niños
- Signos de alarma de un lunar de tu hijo
Los lunares no deberían preocuparnos por cuestiones estéticas, pero en la práctica muchas veces nos agobiamos por este motivo. En especial, los lunares con pelos en niños suelen resultar un tanto desagradables a la vista...
Verdades y mentiras sobre los lunares con pelo en niños
Más de un padre o una madre se habrá hecho la pregunta de si está indicado o no quitar esos pequeños pelos. Hay gente que piensa erróneamente que su retirada favorece la malignidad. Desde Guiainfantil.com te vamos a dar respuesta a este y otros falsos mitos relacionados con los nevus, comúnmente conocidos como lunares.
1. ¿Es conveniente quitar los pelos de los lunares en niños?
No es ni bueno ni malo. Tú debes tomar la decisión. Si te preocupa el efecto estético generado, no hay inconveniente en que los retires. Lo que sí está claro es que los lunares con pelos en superficie suelen ser benignos y tienen un riesgo de malignidad muy bajo.
2. ¿El picor de un lunar es sinónimo de malignidad?
No, necesariamente. El prurito puede tener muy distintos orígenes, pero lo más frecuente es que si el lunar pica, es porque la piel que lo circunda está seca. De tal manera que te aconsejamos que apliques una crema hidratante sin más. Si al niño no se le pasa el picor con esta medida, consulta con tu pediatra de confianza.
3. Cuando el niño se toca un lunar, ¿es más probable que se haga maligno?
¡Falso! No por hurgar con las manos el lunar, este va a sufrir transformación neoplásica. Pero, aun así, si vemos que nuestro hijo se toquetea el nevus, hemos de decirle que hay más riesgo de que se sobreinfecte. Y es que ya se sabe que las manos de los niños no suelen estar tan limpias como debieran, y eso favorece la infección por bacterias.
4. ¿Solo se pueden hacer malignos los lunares que aparecen en zonas foto expuestas?
No es así. De hecho, algunos lunares aparecen en zonas que no suelen estar expuestas al sol, como las plantas de los pies. Dichas regiones son especialmente delicadas, porque los cambios de forma, tamaño y extensión muchas veces pasan desapercibidos a los padres.
Signos de alarma de un lunar de tu hijo
A continuación, te queremos recordar cuáles son los signos de alarma ante cuya presencia has de consultar con tu pediatra, para que se haga una valoración posterior por parte de un médico especialista en dermatología:
- Asimetría de los bordes
- Bordes mal definidos o irregulares
- Cambio en la coloración
- Diámetro mayor de 6 mm
- Elevación/ulceración de la superficie
En niños, hay que prestar también una atención especial a los nevus melanocíticos congénitos (lunares muy grandes presentes en el momento del nacimiento), pues este tipo de lesiones cutáneas tienen más riesgo de que sufran transformación maligna.
Y, por ultimo, recordar la importancia de llevar a cabo una buena política de fotoprotección solar. No te olvides de que en cualquier época del año, las radiaciones solares pueden generar un efecto nocivo sobre la piel de tu hijo.
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