De qué hablar en la cena para conectar con tu hijo y pasar un rato mágico

Hablar tranquilamente y en familia durante la hora de la cena es un método muy sencillo y de lo más efectivo para conectar con tu hijo en un plano emocional. Y es que el mero hecho de contar qué hemos hecho, cómo nos ha ido el día o de qué modos nos hemos sentido nos ayuda a relajarnos, a pasar un rato mágico a reflexionar y, sobre todo y más importante, a estrechar lazos. Dentro de nuestro proyecto 12 meses, 12 formas de conectar, la psicóloga infanto juvenil Mariana Capurro nos da las claves sobre por qué es tan necesario hablar con nuestros hijos mientras comemos o cenamos.

La cena es un momento clave para conectar con tu hijo

Hablar en las cenas con nuestros hijos o, si tienes la oportunidad, también durante las comidas, se convierte en un recurso excelente para reforzar lazos afectivos y fomentar la tan necesaria conexión emocional entre padres e hijos.

Y es que, tras una larga jornada de trabajo, ¿se te ocurre algo mejor que charlar en familia tranquila y relajadamente? Pero estas conversaciones no solo sirven para mejorar nuestro humor, sino que también son excelentes para saber qué han hecho nuestros hijos en la escuela, para compartir con ellos sus inquietudes y sus alegrías e incluso para conocerles un poquito más.

A veces, los padres nos quedamos sin ideas sobre de qué hablar en la cena. Pero, ¿sabes qué? En realidad no hace falta que nos compliquemos demasiado; es suficiente con preguntar ¿qué has hecho hoy? o ¿qué piensas de...? ¡Y disfrutar de la comida!

De qué hablar con tu hijo en la hora de la cena

A continuación, algunos consejos para que conectar con tu hijo mientras habláis durante la cena sea más sencillo y agradable.

1. Crea para tu familia un ambiente acogedor, por ejemplo, una mesa bonita con velas o flores. Así reforzarás la idea de que ese es vuestro momento de conexión emocional, un momento que tú valoras y aprecias mucho por el gran significado que tiene.
2. Comparte con ellos qué tal ha ido tu día, qué has hecho en tu trabajo o incluso cómo te has sentido: contenta, abrumada, cansada... No tengas miedo de expresar tus emociones o pensamientos. De este modo darás pie a que ellos también hablen de sus actividades, sentimientos e ilusiones. Es la mejor forma de iniciar una charla mágica en la cena.
3. Mantén una escucha activa mostrándote atenta y presente y aprovecha para decirles que les has echado de menos durante el día y que de veras aprecias las cenas en familia. Recuérdales que mientras uno habla los otros escuchan.
4. Si notas que tus hijos se muestran reacios a hablar puedes probar a hacerles preguntas cortas concretas como: '¿qué te han dicho sobre tu trabajo de lengua?', '¿en el patio has jugado con tu amigo Marcos?'. De todos modos, al igual que nos sucede a los adultos, los niños no siempre tienen ganas de hablar sobre su día; pero sí que podemos disfrutar de una cena tranquila en la que comentemos otras cosas como los planes del fin de semana o tratemos aquellas actividades que tanto nos gustan.
5. Y si además habéis preparado la cena juntos, los niños pueden ser los encargados de poner la mesa, mejor que mejor. Se darán cuenta de que el buen clima familiar se construye entre todos.
6. ¿Sabías que además les viene muy bien para aprender desde pequeños buenos hábitos alimenticios?

Por qué las familias deben hablar siempre en la cena

Dejar las distracciones a un lado, es decir, apagar la televisión y apartar el celular de nuestra vista, para cenar juntos y en familia es sinónimo de un tiempo de calidad que no tiene precio. ¡Pasaremos un rato mágico de conexión emocional! Es precisamente por eso por lo que cenar en familia debería ser una costumbre diaria.

- Tus hijos y tú estaréis mejorando la comunicación: aprenderán que en su familia hay confianza y se puede hablar de todo con naturalidad y, cuando tengan un problema o algo les inquiete, no dudarán en compartirlo contigo. A su vez, es algo que viene muy bien aquellos niños que tienen ciertas dificultades a la hora de expresarse ya sea por problemas en la pronunciación o en el manejo del lenguaje pues dispondrán de un tiempo en el que las prisas no tienen cabida.

- Al igual que hemos preparado un ambiente agradable es importante que los alimentos que se sirvan a la mesa sean saludables, equilibrados y de calidad. Primero, porque es así como van a adquirir los nutrientes que los niños necesitan para crecer; segundo, porque aprenderán buenos hábitos alimenticios; y, tercero, porque las cenas ligeras y nutritivas ayudan a conciliar mejor el sueño y a tener energía suficiente para la jornada del día siguiente.

- Si eres maestro o maestra, no dudes en aprovechar el momento del almuerzo o el desayuno para obtener todos estos beneficios. Mientras que los niños comen juntos pueden conectar y reforzar lazos para una mejor convivencia dentro del aula. Incuso puede ser un buen momento para resolver algún conflicto o atender sugerencias.

- Además, su rendimiento académico se puede ver beneficiado ya que este ambiente proporciona a los niños seguridad, tranquilidad y bienestar emocional.

¿Sabías que estos son momentos mágicos que los niños, tus hijos, siempre van a recordar? Cuando sean mayores se acordarán con mucho cariño aquellas cenas en familia en las que mamá y papá les prestaban toda su atención. ¡Sin duda, conectar con tu hijo es algo que merece la pena!

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